Los miserables (Labaila tr.)/IV.4.1

Los Miserables
Cuarta parte: "Idilio en calle Plumet y epopeya en calle Saint-Denis"
Libro cuarto: "El encanto y la desolación"
Capítulo I: Travesuras del viento​
 de Víctor Hugo

Desde 1823, mientras el bodegón de Montfermeil desaparecía poco a poco, no en el abismo de una bancarrota sino en la cloaca de las deudas pequeñas, los Thenardier habían tenido dos hijos varones; ahora eran cinco, dos mujeres y tres hombres, lo que fue demasiado para ellos.

La Thenardier se deshizo de los dos últimos, cuando eran aún muy pequeños, con una singular facilidad. Su odio al género humano empezaba en sus hijos varones. ¿Por qué? Porque sí.

Expliquemos cómo llegaron a librarse de estos hijos. Su gran amiga Magnon, que fuera criada del señor Gillenormand antes de Nicolasa, había conseguido sacarle al pobre viejo una buena pensión para sus dos hijos, haciéndole creer que era el padre. Pero en una epidemia murieron ambos en el mismo día. Esto fue un gran golpe, porque los niños representaban ochenta francos al mes para su madre.

La Magnon buscó una solución. Ella necesitaba dos hijos; la Thenardier los tenía, de la misma edad y sexo, y le estorbaban. Fue un buen arreglo para las dos madres y así los niños Thenardier se convirtieron en niños Magnon.

La Thenardier exigió diez francos al mes por el préstamo de sus hijos, lo que fue aceptado y pagado regularmente. En tanto, el señor Gillenormand iba cada seis meses a ver a los niños, y no notó el cambio.

- Señor -le decía la Magnon-, ¡cómo se parecen a vos!

Thenardier, para evitar problemas, se convirtió en Jondrette. Sus dos hijas y Gavroche apenas habían tenido tiempo de notar que tenían dos hermanos. En cierto grado de miseria se apodera del alma una especie de indiferencia espectral y se ve a los seres como a ánimas en pena.

Los dos niños tuvieron suerte, pues fueron criados como señoritos, y estaban mucho mejor que con su verdadera madre. La Magnon los cuidaba, los vestía bien y jamás decía ni una sola palabra en argot delante de ellos.

Así pasaron algunos años. Pero la redada hecha en el desván de Jondrette repercutió en una parte de esa inmunda sociedad del crimen que vive oculta. La prisión de Thenardier trajo la prisión de la Magnon.

Poco después de que ésta entregara a Eponina el mensaje relativo a la calle Plumet, se verificó en su barrio una repentina visita de la policía y la Magnon fue apresada.

Los dos niños jugaban afuera y no se dieron cuenta. Al volver hallaron la puerta cerrada y la casa vacía. Un vecino les dio un papel que les dejara la madre, con una dirección a la que debían dirigirse.

Los niños se alejaron, llevando el mayor el papel en la mano; hacía mucho frío, sus dedos hinchados se cerraban mal y apenas podían sostener el papel. Al dar vuelta la esquina se lo llevó una ráfaga de viento, y como caía la noche no pudieron encontrarlo.

Se pusieron a vagar por las calles.

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Parte 2: libro I (1 2) libro II (1 2 3) libro III (1 2 3 4 5 6 7 8 9 10) libro IV (1 2 3 4) libro V (1 2 3 4 5 6) libro VI (1 2 3 4 5 6 7)
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