Los miserables (Labaila tr.)/II.3.1

Los Miserables
Segunda parte: "Cosette"
Libro tercero: "Cumplimiento de una promesa"
Capítulo I: Montfermeil​
 de Víctor Hugo

Montfermeil en 1823 no era más que una aldea entre bosques. Era un sitio tranquilo y agradable, cuyo único problema era que escaseaba el agua y era preciso ir a buscarla bastante lejos, en los estanques del bosque. El bodeguero Thenardier pagaba medio sueldo por cubo de agua a un hombre que tenía este oficio y que ganaba en esto ocho sueldos al día: pero este hombre sólo trabajaba hasta las siete de la tarde en verano y hasta las cinco en el invierno, y cuando llegaba la noche, el que no tenía agua para beber, o iba a buscarla, o se pasaba sin ella.

Esto es lo que aterraba a la pequeña Cosette. La pobre niña servía de criada a los Thenardier y ella era la que iba a buscar agua cuando faltaba. Así es que, espantada con la idea de ir a la fuente por la noche, cuidaba de que no faltara nunca en la casa.

La Navidad del año 1823 fue particularmente brillante en Montfermeil. El principio del invierno había sido templado y no había helado ni nevado. Los charlatanes y feriantes que habían llegado de París obtuvieron del alcalde el permiso para colocar sus tiendas en la calle ancha de la aldea, y hasta en la callejuela del Boulanger donde estaba el bodegón de los Thenardier. Toda aquella gente llenaba las posadas y tabernas, y daba al pueblo una vida alegre y ruidosa.

En la noche misma de Navidad, muchos carreteros y vendedores bebían alrededor de una mesa con cuatro o cinco velas de sebo en la sala baja del bodegón de Thenardier, quien conversaba con sus parroquianos. Su mujer vigilaba la cena.

Cosette se hallaba en su puesto habitual, sentada en el travesaño de la mesa de la cocina junto a la chimenea; la pobre niña estaba vestida de harapos, tenía los pies desnudos metidos en zuecos, y a la luz del fuego tejía medias de lana destinadas a las hijas de Thenardier. Debajo de las sillas jugaba un gato pequeño. En la pieza contigua se oían las voces de Eponina y Azelma que reían y charlaban. De vez en cuando se oía desde el interior de la casa el grito de un niño de muy tierna edad. Era una criatura que la mujer de Thenardier había tenido en uno de los inviernos anteriores, sin saber por qué, según decía ella, y que tendría unos tres años. La madre lo había criado pero no lo quería. Y el pobre niño abandonado lloraba en la oscuridad.

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Parte 2: libro I (1 2) libro II (1 2 3) libro III (1 2 3 4 5 6 7 8 9 10) libro IV (1 2 3 4) libro V (1 2 3 4 5 6) libro VI (1 2 3 4 5 6 7)
Parte 3: libro I (1 2) libro II (1 2) libro III (1 2 3 4 5) libro IV (1 2 3 4) libro V (1 2 3 4) libro VI (1 2 3 4 5) libro VII (1 2) libro VIII (1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14)
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