Recuerdos del tiempo viejo: 88

Apéndices de Recuerdos del Tiempo Viejo
de José Zorrilla


A las nueve de la noche nos instalábamos los tres en París en casa de una tía de Williez, y a la mañana siguiente, llevándonos a su cuarto antes de almorzar, nos dijo:

—Ahora yo pago su estancia de ustedes en París; porque como ustedes no fuman, les debo en obsequios la parte que de mi contrabando les pertenece por haberme ayudado a introducirlo.

Y abriendo sus dos mundos, vimos que contenían cada uno cincuenta cajas de los mejores vegueros de Vuelta Abajo.

Williez se reía y se aprovechaba de todo. Al mostrarme yo poco satisfecho de su hecho, me respondió:

—¡Bah! Hace medio siglo que mis compatriotas viven engañando al universo, y es justo que haya quien les engañe. Es la ley de la compensación; además, que el buen mercader debe de saber sacar horros los gastos de viaje.

Y entonces me percibí de una coincidencia extraña: en mi arribo a Méjico ayudé a defraudar al gobierno republicano con los relojes de Losada, y a mi vuelta a Francia, a la Hacienda imperial con los tabacos de Williez.



Parte 1

"Este libro no necesitaba prólogo…"

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Parte 2: tras el Pirineo

I - II - III - IV - V

Parte 3: En el mar

I - II - III - IV - V

Allende el mar

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Apéndices

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Hojas traspapeladas

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