La leyenda del Cid: 107
XII
editarVII
editarMas no era todo oro y rosas
en la Valencia del Cid,
ni las fiestas y la huelga
eran frutos del país.
Al cabo de mes y medio
en Valencia de vivir
los condes, como en Edén
musulmán con sus hurís,
les llamó el Cid una noche
cuando se iban a dormir,
y en su aposento metiéndoles
les dijo a los dos así:
«Yernos míos: el Rey Búcar,
poderosísimo Emir
marroquí, con grande armada
viene por mar contra mí.
Tenaz y no escarmentado,
aunque una vez le hice huir,
contra Valencia revuelve
y mañana estará aquí.
Mis yernos sois, y yo os quise
de su llegada advertir,
porque seáis los primeros
en entrar con él en lid.
Para ello buenos caballos
y finas armas os di:
con que mañana, apretad;
y hasta mañana, dormid.»
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Cómo sentó a los dos condes
noticia tal, a decir
no se atrevieron jamás
las nobles hijas del Cid.