Compendio de la filosofía: 67
QUESTION QUARTA.
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Siendo la amistad una benevolencia recíproca, luego que esta cesa en el uno de los amigos, al instante cesa, y se rompe la amistad. Ni vale decir, que la benevolencia se conserve en el otro, porque esto no basta para la amistad. Y aquel se dice entre los amigos, que ha disuelto la amistad, que fué el primero á dexar la benevolencia.
Puede tambien disolverse la amistad quedando en ambos amigos la mutua benevolencia. Esto sucede, quando, ó por malicia de alguno, ó por qualquiera otro engaño viene á ocultarse la recíproca benevolencia de tal modo, que el uno de los amigos no cree ya ser bien querido del otro; porque entonces, aunque se puedan decir benévolos, no por esto se dirán amigos, siendo la amistad una benevolencia, no solamente recíproca, sino tambien, como arriba se dixo, publica y manifiesta. Ni vale el decir, que ya una vez se hubiese manifestado, porque ocultándose despues, es como si nunca hubiera sido manifiesta.
Aquel que disuelve y rompe una amistad sin tener razon poderosa (y es difícil tenerla) comete gran culpa, porque destruyendo la amistad destruye una cosa que es muy amiga de la virtud. Y si el uno de los amigos depone la benevolencia disolviendo de este modo la amistad, no por esto debe el otro deponerla tan pronto; antes bien deberá conservarla quanto pueda; siendo la amistad un raro, é inestimable tesoro, del qual se deben conservar diligentemente hasta las últimas reliquias.