Compendio de la filosofía: 10

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

CAPÍTULO VII.

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La felicidad civil consiste principalmente en el exercicio de la virtud.
Consistiendo la felicidad civil en la suma de muchos bienes, como se ha dicho, podria alguno desear saber en qual de ellos esté puesta principalmente. A lo que respondo, que principalmente consiste en la accion razonable y virtuosa, siendo esta la que principalmente corresponde á la naturaleza del hombre. Para prueba de esto me serviré del argumento de Aristóteles.

Nada corresponde mejor al tañedor, en quanto es tañedor, que tocar bien; y al danzador, en quanto es danzador, que danzar bien; y al ginete, en quanto es ginete, que cabalgar bien; y en fin hablando de todo profesor, en quanto profesor, ninguna cosa le corresponde mas que el exercitar bien su profesion. Esto supuesto, ¿quien no ve que la profesion propia del hombre, impuesta por la naturaleza, no es otra cosa que el seguir la razon? Si se le quita esto, no se distinguirá de las fieras. Luego parece que ninguna cosa le convenga mejor que el hacer las acciones razonables y virtuosas; y que este exercicio es el que principalmente se requiere para la civil felicidad.

Y como la accion virtuosa puede hacerse de dos maneras, por hábito, y sin él, y haciéndose por hábito se hace fácilmente, y haciéndose sin él, se hace difícilmente, y con trabajo, es claro que para la felicidad se requiere aquella accion que se hace por hábito; porque no habiendo hábito, la accion sería molesta, y la felicidad no se compone bien con la fatiga. De este modo arguía Aristóteles, contra quien objetaron dos razones, á las que brevemente responderémos.

En primer lugar dixeron, que toda accion se dirige hacia algun fin; pues ¿como podria ponerse en una accion la felicidad; porque siendo ella el fin último, no podrá ser dirigida á ningun fin? Y los que arguyen así, no entienden bastantemente lo que dicen, y no ven que el fin de la accion puede subsistir, ó fuera de la accion, ó en la accion misma. Expliquemos esta distincion. El fin puede estar fuera de la accion, como quando el Escultor hace la estatua, la qual es el fin, y entónces el fin está fuera de la accion; y de aquí es, que acabada la accion permanece todavía la estatua. Al contrario puede el fin estar en la accion misma, como quando uno bayla por solazarse, cuyo fin es la recreacion que se pone en la accion misma del baylar; y por esto en cesando el bayle cesa la recreacion. Aquella accion cuyo fin se contiene en sí misma, puede decirse juntamente accion y fin, haciéndose no por otra cosa que por sí misma. Tal es la accion virtuosa, la qual si alguno la hiciese por otro fin que por exercitar la virtud, no seria ya accion virtuosa. Por esto dixo bien Aristóteles en el lib. 6: La misma accion buena es fin. Y si esto es así, ¿que inconveniente tendrémos nosotros en decir, que en la acción virtuosa está principalmente colocada la felicidad? Pues por lo mismo que no se dirige á otro fin, puede llamarse fin respecto de sí misma, que es lo que se dice de la acción virtuosa.

Otros han debilitado el argumento de Aristóteles, diciendo que prueba demasiado, ó mas de lo que corresponde, y le han instado en esta forma. Nada puede convenir al tañedor, en quanto tañedor, sino el tocar; ni al danzador, en quanto danzador, sino el danzar; ni al ginete, en quanto ginete, sino el cabalgar: luego si nosotros seguimos los mismos exemplos, será necesario concluir, que nada convenga al hombre, en quanto hombre, sino la accion razonable y virtuosa; y en conseqüencia de esto, nos veremos precisados á decir, que la felicidad consiste en sola la virtud; y así convendremos con los Estoicos. A esta instancia se responde, que es verdad que al tañedor, en quanto tañedor, no le corresponde otra cosa sino el tocar; pero esto sucede, porque el tañedor, en quanto tal, no es otra cosa que tañedor; y lo mismo puede decirse del danzador, del ginete, y de los demas. Por esto si el hombre, en quanto es hombre, fuera únicamente racional, solo le convendria la accion virtuosa; pero componiéndose tambien de alma y de cuerpo, y por tanto nacido para la sociedad, y destinado para los oficios de ciudadano, no es de maravillarse, si ademas de la accion virtuosa, le convengan asimismo otros bienes, como la salud, la belleza, y los honores, sin los que no podria estar la felicidad, para la qual se requiere principalmente la virtud; mas no basta.


Dedicatoria - Advertencia de la traductora - La Filosofía Moral según la opinión de los peripatéticos
PARTE PRIMERA - De la felicidad: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX
PARTE 2º - De la virtud moral en general: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII
PARTE 3º - De las virtudes morales en particular: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII - XIII - XIV - XV
PARTE 4º - De las virtudes intelectuales: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII
PARTE 5º - De algunas cualidades del ánimo, que no son vicios ni virtudes.: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI: (- - - ) - XII: (- - - - ) - XIII: (- - - - - ) - XIV - XV - XVI - XVII - XVIII