Compendio de la filosofía: 60
SENTENCIA SEGUNDA.
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Se ha dicho en segundo lugar, y pasó por proverbio entre los Griegos, que las cosas de los amigos son comunes; de donde argumentaba bellamente Sócrates, que el hombre de bien deba ser dueño de todas las cosas, siendo dueños de ellas los Dioses, de quienes él es amigo. Y Aristóteles dió al proverbio mayor autoridad. Veamos, pues, en que manera sean comunes las cosas de los amigos, porque no es de creer que la muger y los hijos, y otros muchos bienes, que son de un amigo, sean tambien igualmente y en el mismo modo del otro.
Primeramente se puede decir, que las cosas de los amigos sean comunes, y que los bienes de uno sean tambien del otro en este modo. Porque teniendo el uno de los amigos algun bien, y poseyéndolo y gozándolo, quiere el otro amigo que él puntualmente lo tenga y lo posea, y lo goce. Aquel bien, pues, tiene puntualmente aquel uso que él quiere, y de esta forma lo posee él en cierto modo. Y de aquí es, que si el Imperio de los Griegos es de Alexandro, y esto es lo que quiere Parmenion, el tal Imperio es en cierto modo tambien de Parmenion, siéndolo de aquel de quien Parmenion quiere que sea.
Puede tambien explicarse el proverbio de los Griegos de otro modo. Porque estando el amigo dispuesto á usar de sus bienes en provecho del otro amigo, pidiéndolo así la perfecta amistad de que hablamos, parece que este venga en cierta manera á poseerlos, teniéndolos siempre prontos para sus urgencias.