Compendio de la filosofía: 46

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

CAPÍTULO VII. editar

Del Arte.


Tratarémos ahora del arte, discurriendo alguna cosa primeramente acerca de su naturaleza, y despues sobre su objeto. Digo, pues, que el arte es un hábito de conocer y distinguir rectamente todo lo que se requiere para hacer buena y perfecta la obra que se hace. Es hábito de conocer, no de hacer; pues consiste en el entendimiento, del qual es propio el conocer; porque el obrar pertenece á las otras facultades.

Ni yo creo que Aristóteles se deba explicar de otra manera en aquel lugar donde dice, que el arte es ..... [1]; las quales palabras, aunque se interpreten por algunos habitum faciendi, mejor se explican por otros, segun yo juzgo, diciendo habitum ad faciendum idoneum; esto es, hábito idoneo para obrar; porque á la verdad ninguna cosa es mas á propósito para hacer bien el trabajo, que el conocer todo aquello que corresponde á su perfecta forma.

Ni vale decir, que se llaman artífices los que hacen, y no los que conocen; porque á la verdad los que conocen el arte, tienen seguramente la virtud que nosotros ahora llamamos arte, aunque no la exerciten, y por esto el pueblo no los llama artífices; pues este nombre se da á los que tienen juntamente la virtud y la exercitan. Y de aquí es, que puede uno tener el arte, y con todo no ser artífice; porque puede faltarle el exercicio, aunque no le falte el conocimiento. A este modo al danzador, á quien se le haya puesto una pierna mala, le falta el exercicio de danzar; pero no le falta el arte; y el pintor, á quien le han quitado el pincel, se dirá que ha perdido el pincel, mas no el arte. Bien es verdad, que el que jamas haya hecho algun trabajo, difícilmente podrá poseer el arte; esto es, conocer todo lo que se necesita para su perfecta forma. Por esto difícilmente entenderá todo lo que se requiere para danzar con garbo, y á compas el que jamas haya danzado; mas una cosa es que el arte se adquiera por medio de algun exercicio, y otra cosa es el que consista en el mismo exercicio.

Mirando el arte á la perfeccion de la obra que se hace, como se manifiesta en su definicion, se ve claramente que tiene un fin muy diverso del que tienen las virtudes morales, las quales se dirigen á perfeccionar al hombre que obra, y no á sus obras; y de aquí es que puede uno muy bien tener una, ó muchas artes, y hacer buenos y perfectos sus trabajos, sin cuidar de hacer buenas y perfectas sus costumbres; y siendo un buen artífice, ser un hombre perverso; y así el arte por sí misma no contiene virtud moral. Antes bien puede uno tal vez faltar al arte con virtud, como el esgrimidor, que por no ofender al amigo que se pone en medio, dexa escapar la ocasion del golpe, el qual haciendo acto de amistad, peca en el arte, y faltando á la esgrima, se perfecciona á sí mismo.

De aquí han sacado algunos una bellísima diferencia que hay entre la prudencia y el arte, y es que contra la prudencia jamas se puede pecar sin vituperio; pero contra el arte se puede tambien pecar con alabanza. Y la razon es: porque el que peca contra el arte puede tener justos motivos de hacerlo, pensando antes á perfeccionar á sí mismo, que á su trabajo; quando el que peca contra la prudencia no puede tener motivo justo de hacerlo, pues si lo tuviese, no pecaria entónces contra la prudencia.

Mas hablemos ahora de la materia en que se ocupa el arte, la qual es ciertamente todo lo que se requiere para la belleza, y para la perfeccion de las cosas que se hacen; porque el arte es el hábito de conocer todo esto. Esta es la causa de que las artes sean muchas; esto es, por ser muy varias las cosas que se hacen, y por tener varias maneras de belleza y perfeccion; pues una forma de belleza se requiere para la danza, otra para un poema, y otra para una pintura.

Dícese tambien, que el arte mira las cosas no necesarias. En efecto, las cosas que se hacen por arte, podrian tambien no hacerse, y se hacen bellas y perfectas, y podrian tambien hacerse de manera que no fuesen perfectas ni bellas; por lo que se ve que no son necesarias en sí ni en su naturaleza: luego el arte puede emplearse tambien acerca de las cosas no necesarias, y en esto es semejante á la prudencia.


  1. Palabra griega.

Dedicatoria - Advertencia de la traductora - La Filosofía Moral según la opinión de los peripatéticos
PARTE PRIMERA - De la felicidad: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX
PARTE 2º - De la virtud moral en general: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII
PARTE 3º - De las virtudes morales en particular: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII - XIII - XIV - XV
PARTE 4º - De las virtudes intelectuales: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII
PARTE 5º - De algunas cualidades del ánimo, que no son vicios ni virtudes.: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI: (- - - ) - XII: (- - - - ) - XIII: (- - - - - ) - XIV - XV - XVI - XVII - XVIII