En tercer lugar se ha dicho, que la amistad consiste en una cierta igualdad, lo que fácilmente puede entenderse entendidas las cosas precedentes; pues siendo primeramente los amigos semejantes entre sí en voluntades y pareceres, como se ha demostrado arriba, parece que por esta cuenta puedan decirse iguales, porque todas las cosas semejantes son iguales en aquello en que son semejantes. Por lo qual dixo bien Aristóteles:
la amistad es igualdad y semejanza.
Ademas, si los bienes de un amigo son comunes tambien al otro, como se ha declarado, ¿quien no ve que tambien por esto se viene á introducir entre los amigos una cierta igualdad? Tambien se introduce entre ellos igualdad por otra razon; porque siendo los amigos virtuosos, como ahora suponemos, el que es inferior en grado, no puede sufrir por mucho tiempo el usar todas aquellas ceremonias que los hombres han introducido por ocio, y que él sabe y conoce que son vanas; y el otro amigo que es de grado superior, no debe querer sufrir que él las use. Así fácilmente se reducirán á tratarse con familiaridad, y como si fueran iguales, salvo si se hallasen en público, en cuyo caso, si son verdaderamente virtuosos, obedecerán á la costumbre con disgusto, mas no dexarán de obedecer. De aquí es que los Príncipes, y generalmente los soberbios, no son aptos para la amistad, no pudiendo sufrir con su genio el igualarse jamas á ninguno sea en lo que sea.
