Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

VALENTÍA.

No huye el que se retira, respondió don Quijote; porque has de saber, Sancho, que la valentia que no se funda sobre la basa de la prudencia, se llama temeridad, y las hazañas del temeraria mas se atribuyen á la buena fortuna, que á su ánimo; y asi yo confieso que me he retirado, pero no huido; y en esto he imitado á muchos valientes que se han guardado para tiempos mejores.


Sí, que tiempos hay de acometer, y tiempos de retirar, y no ha de ser todo Santiago y cierra España: y en los estremos de cobarde y de temerario está el medio de la valentia.


La valentia que se entra en la jurisdiccion de la temeridad, mas tiene de locura que de fortaleza.


Bien sé lo que es valentia, que es una virtud que está puesta entre los dos estremos viciosos, como son la cobardia y la temeridad; pero menos mal será que el que es valiente toque y suba al punto de temerario, que no que baje y toque en el punto de cobarde: que asi como es mas facil venir el pródigo á ser liberal que el avaro, asi es mas facil dar el temerario en verdadero valiente, que no el cobarde subir á la verdadera valentia.


El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja á la esperanza, y de sabios es guardarse hoy para mañana, y no aventurarse todo en un dia.


¿No sabes tu que no es valentía la temeridad? Las esperanzas dudosas han de hacer á los hombres atrevidos, pero no temerarios.


Tan de valientes corazones es tener sufrimiento en las desgracias, como alegria en las prosperidades. [1]

  1. La verdadera valentia es aquella que ni es necesario contenerla ni escitarla; el hombre de bien la lleva consigo á donde quiera; á los combates contra el enemigo; a una reunion en favor de los ausentes y de la verdad; y á su lecho contra los ataques de los dolores y de la muerte. Asi retrata á esta virtud el autor del contrato social.