Reprensiones (MAQ)

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

REPRENSIONES.

Las reprensiones santas y bien intencionados, otras circunstancias requieren y otros puntos piden; á lo menos el haberme reprendido en público y tan ásperamente, ha pasado todos los límites de la buena reprension, pues las primeras mejor asientan sobre la blandura que sobre la aspereza; y no es bien sin tener conocimiento del pecado que se reprende, llamar al pecador sin mas ni mas mentecato y tonto. [1]

  1. En pocas y discretas palabras hace aqui Cervantes el retrato del verdadero y el falso celo, que suele animar á los que reprenden; y si el falso es tan odioso en las reprensiones privadas ¿qué efecto podrá producir cuando se ostenta profanando la cátedra sagrada, como se ha visto en estos desgraciados tiempos para inspirar la venganza con el pretesto de religion y el rencor y el odio con las apariencias de celo? Al reflexionar el daño que semejantes necios, por no decir malos ministros del altar, hacen á la religion que pretenden defender, no puede uno menos de esclamar con Inarco.
    «¡Oh virtud, como te ultrajan!»