Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

ERMITAÑOS.

¿Tiene por ventura gallinas el tal ermitano? preguntó Sancho. Pocos ermitaños estan sin ellas, respondió don Quijote, porque no son los que ahora se usan como aquellos de los desiertos de Ejipto, que se vestian de hojas de palma, y comian raices de la tierra. Y no se entienda que por decir bien de aquellos no lo digo de aquestos, sino que quiero decir que al rigor y estrechesa de entonces no llegan las penitencias de los de ahora; pero no por esto dejan de ser todos buenos, á lo menos yo por buenos los juzgo. [1]

  1. Con la graciosa pregunta de Sancho satiriza Cervantes el abuso que reinaba en su tiempo de estos cómodos ermitaños, verdadera polilla de los pueblos, y aun algunos facinerosos efectivos con capa de virtud como los famosos Don Rafael y Ambrosio Lamela que introduce el autor del Gil Blas. Sin embargo la religiosa circunspeccion de Cervantes no quiere envolver á los buenos que aun en esta clase pudiera haber, aunque no fuesen tan austéros como los antiguos.