Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

ESCRITORES.

Pero muchas veces acontece que los que tenian méritamente grangeada y alcanzada gran fama por sus escritos, en dándolos á la estampa la perdieron del todo, ó la menoscabaron en algo. La causa deso es, dijo Sanson, que como las obras impresas se miran despacio, facilmente se ven sus faltas, y tanto mas se escudriñan cuanto es mayor la fama del que las compuso.


¿Al dinero y al interés mira el autor? maravilla será qué acierte, porque no hará sino harbar, harbar como sastre en visperas de pascuas y las obras que se hacen apriesa nunca se acaban con la perfeccion que requieren. [1]
  1. He aquí una verdadera profecía del estado en que ha llegado entre nosotros la literatura, y de cuyo cumplimiento se sigue la dolorosa consecuencia de las pocas obras maestras que nos debemos prometer, siendo como son por la mayor parte pobres los escritores. Asi es que se escribe mucho pro fame y casi pro fama, y todo se vuelve como dijo el discreto hidalgo, harbar harbar como sastre en víspera de pascuas. El ingenio que sin medios seguros de subsistencis se apasiona de los encantos de la literatura ¡desdichado de él! Bien puede hacer cuenta que se ha enamorado de una belleza cuyos favores le conducirán á su absoluta ruina. Esperemos no obstante que un gobierno ilustrado y amante de las glorias de su pais provea con sabias y protectoras medidas al bienestar de la clase literaria, y el clima español, tan feraz aun sin cultivo, producirá plantas lozanas y sazonados frutos que le enriquezcan y honren.