Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

El mayor contrario que el amor tiene es la hambre y la continua necesidad; porque el amor es todo alegría, regocijo y contento, y mas cuando el amante está en posesion de la cosa amada, contra quien son enemigos opuestos y declarados la necesidad y la pobreza.


El amor y la guerra son una misma cosa; y asi como en la guerra es cosa licita y acostumbrada usar de ardides y estratagemas para vencer al enemigo, asi en las contiendas y competencias amorosas se tienen por buenos los embustes y marañas que se hacen para conseguir el fin que se desea, como no sean en menoscabo y deshonra de la cosa amada.


El amor en los mozos por la mayor parte no lo es, sino apetito, el cual como tiene por último fin el deleite, en llegando á alcanzarle se acaba y ha de volver atras aquello que parecía amor, porque no puede pasar adelante del término que le puso naturaleza, el cual término no le puso á lo que es verdadero amor. [1] Solo se vence la pasion amorosa con huilla,y nadie se ha de poner á brazos con tan poderoso enemigo, porque es menester fuerzas divinas para vencer las suyas humanas.


El amor unas veces vuela y otras anda; con este corre y con aquel va despacio, á unos entibia y á otros abrasa, á unos hiere y á otros mata: en un mismo punto comienza la carrera de sus deseos, y en aquel mismo punto la acaba y concluye: por la mañana suele poner el cerco á una fortaleza y á la noche la tiene rendida, porque no hay fuerza que le resista.


El amor ni mira respetos ni guarda términos de razon en sus discursos, y tiene la misma condicion que la muerte, que asi acomete los altos alcázares de los reyes, como las humildes chozas de los pastores, y cuando toma entera posesion de una alma, lo primero que hace es quitarle el temor y la vergüenza.


Donde hay mucho amor no suele haber demasiada desenvoltura.


  1. Esta importante máxima, asi como la última, de este artículo debieran grabarla profundamente en su ánimo, las jóvenes que no quieran ver espuesta su virtud á las intrigas de la seduccion disfrazada con la máscara del amor. Esta pasion necesaria para la conservacion de la especie humana, indispensable para la felicidad de la sociedad conyugal es en si noble, desinteresada y consiste en una simpatia indefinible pero declarada con el objeto amado, cuya delicadeza teme ofender el verdadero amante, y á cuya posesion no aspira sino por los medios que la religion y la sociedad sancionan. Lo que se desvia de este término moral no es amor, es apetito, es desenvoltura.