Album de un loco: 41
La inteligencia
editarXXIX
editarCONCLUSIÓN
Aquí podría preguntarme alguno:
¿Y a qué viene todo esto?
¿Para qué pensó usted que era oportuno
zurcir todo este fárrago indigesto
de historia universal mal estudiada
y peor hilvanada,
en un metro monótono y molesto
y en unos versos, francamente, malos?
¿Qué es lo que usted pretende
probar aquí? ¿Qué ataca, qué defiende,
qué quiere usted decir, al retortero
trayendo a los fenicios y a los galos,
persas, griegos…; en fin, al mundo entero?
Esto: que el hombre, el ente que, altanero,
pretende ser del mundo el ser primero,
rey de la creación, para quien sólo
las maravillas que hay de polo a polo
Dios hizo y se las dió como regalos;
el hombre, en fin, de cuyo ser la esencia
es el alma, es decir, LA INTELIGENCIA,
debe de razonar, no andar a palos.