Album de un loco: 14
La inteligencia
editarI
editarDios, al sacar al hombre de la nada,
a su espíritu dió la inteligencia,
luz superior a la que al sol fué dada,
chispa que por Dios mismo fué arrancada
de la alma luz de su divina esencia;
y Dios, al acordársela, le dijo:
«Este dote supremo que te infundo,
sea entre el bruto y tú la diferencia;
obra especial de mi poder te elijo;
Rey de creación, tuyo es el mundo.
Eres el ser primero de la escala
de los seres creados; todos ellos
están después de ti; nadie te iguala;
sobre ti, solo Yo, que soy tu origen.
Tú, de la inteligencia a los destellos,
las leyes sonda que los mundos rigen;
de cuanto en torno de tu ser se extiende,
de cuanto encima de tu frente gira,
goza la utilidad, la forma admira,
la esencia estudia y la razón comprende.»
Y como en Dios no cabe error, ni dolo,
ni incompletez, ni mancha, ni defecto,
al hombre que creó no halló perfecto,
inteligencia al acordarle sólo;
y como complemento de su obra,
para que su alma inteligente sea
creadora como él, como él fecunda,
la luz vertiendo que a su mente sobra,
para que al hombre posterior difunda
la rica luz de tan divina tea
y el alto origen de su estirpe crea;
para que la razón en que se funda
la superioridad de que blasona
pueda probar a su mortal ralea;
y para que, en el plazo
de su vida en la tierra, con su gente
goce de su poder inteligente,
y pues que rey se ve, feliz se vea
desde que deje el maternal regazo,
hasta que el lecho de la tumba se abra,
con dos favores más su inteligencia
completó la creadora Omnipotencia:
el instinto social y la palabra.