Album de un loco: 19
La inteligencia
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editarGRECIA
Emporio de las ciencias y las artes,
Grecia se levantó; filosofía,
leyes, lengua y creencias hubo un día,
que llegaron allí de todas partes
los hombres a buscar; su gente y suelo,
de las otras naciones el modelo
fueron; todo país civilizado
griego hablaba, a la griega se vestía;
todo cuanto en el mundo se sabía
estaba en libros griegos consignado.
Grecia a esta perfección semidivina
¿cómo llegó? Alumbrada por la tea
de la guerra también. Aún ilumina
las hojas de su historia, y las gotea,
el incendio de Sarda y Salamina,
y la sangre de Leuctra y de Platea;
en páginas también de sangre y fuego
los anales están del nombre griego.
Esparta, Creta, Macedonia, Atenas,
Argos, la Acaya, Delos y Corinto,
de mitos, gloria y poesía llenas,
tienen manchas de sangre en su recinto.
Guardan sus ríos sangre en sus arenas;
y el genio de la guerra, en sangre tinto,
convirtió sus olímpicas ciudades
en escombros, que admiran las edades.
Cual valioso aderezo que empeñaron
unos pródigos ricos a usureros,
de cuya mano vil jamás osaron
rescatarle mezquinos herederos,
y ellos al fin sus piedras desmontaron
para venderlas sueltas a extranjeros,
así Grecia, diadema desmontada,
para extranjeros fué despedazada.
Grecia es al fin esclava; cien saqueos
la roban sus riquezas infinitas;
las columnas sin par de sus liceos
sostienen hoy las árabes mezquitas;
a sus bellos Beocios y Cadmeos
suceden los tostados moslemitas;
dan sus paseos a la siembra surcos,
los circos pasto a los caballos turcos.
¡Doquier el mismo fin, la misma historia!
Artes, ciencia, virtud, belleza y gloria
caen, de la fuerza a la agresión tirana,
siempre una raza bárbara, victoria
sobre otra raza inteligente gana;
siempre son los anales de la tierra,
sangre, rapiña, destrucción y guerra.