Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Sansón.

En calidad de pobres compiladores por alfabeto, de rebuscadores de anecdotas, de escudriñadores de menudencias, y de traperos que recojen guiñapos por los rincones de las calles, nos glorificarémos con todo la fiereza aneja á nuestras sublimes ciencias por haber descubierto que se representó la tragedia del Fuerte Sanson hacia fines del siglo diez y seis en la ciudad de Ruan, y que se imprimió en casa de Abrabam Couturier. Juan ó John Milton, que fué mucho tiempo maestro de escuela en Lóndres y despues secretario para el latin del parlamento llamado la ravadilla; Milton el autor del Paraiso perdido, y del Paraiso encontrado, hizo la tragedia de Sanson agonista; y es muy cruel no poder decir en qué año.

Mas sabemos que se imprimió con un prefacio, en el que se ensalza mucho á uno de nuestros hermanos los comentadores, llamado Paraeus, que fué el primero que percibió por la fuerza de su genio que el Apocalipsis en una tragedia. En virtud de este descubrimiento dividió al Apocalipsis en cinco actos, é insertó en ellos unos coros dignos de la elegancia y de la hermosa naturalidad de la pieza. El autor de este mismo prefacio nos habla tambien de las hermosas tragedias de san Gregorio Nazianzeno. Asegura que ninguna tragedia debe tener mas que cinco actos; y para probarlo nos da el Sanson agonista de Milton que no tiene mas que uno. Los que gustan de las largas declamaciones estarán satisfechos con esta pieza.

Una comedia de Sanson se representó por mucho tiempo en Italia; y en 1717 se dió una traduccion de ella en Paris por un tal Romagnesi; y se representó en el teatro frances de la comedia supuesta italina, que antiguamente era el palacio de los duques de Borgoña. Después fué impresa y dedicada al duque de Orleans, regente de Francia.

En esta sublime pieza se bate Arlequin, criado de Sanson, contra un gallo de Indias, ínterin que su amo lleva al hombro las puestas de la ciudad de Gaza.

En 1732 se quiso representar en la ópera de Paris una tragedia de Sanson, puesta en música por el célebre Rameau; pero no lo permitieron, porque como no habia ni Arlequin ni gallo de Indias, pareció una cosa muy seria; y ademas era muy bueno mortificar á Rameau que tenia grandes talentos. Sin embargo en aquel mismo tiempo se representaron la ópera de Jefté, sacada del antiguo Testamento, y la comedia del hijo pródigo, tomada del nuevo.

Hny una antigua edicion de Sanson agonista de Milton, precedida de un compendio de la historia de este heroe, cuya traduccion es como sigue.

Los Judios, á quienes Dios habia prometido por juramento todo el pais que hay entre el riachuelo de Egipto y el Eúfrates, y que por sus pecados no poseyeron jamas este pais, estuvieron al contrario en una esclavitud que duró cuarenta años. Habia entre ellos un judio de la tribu de Dan, llamado Manué, ó Manoá, que tenia una muger estéril: un ángel se le apareció á esta muger y le dijo: Tú tendrás un hijo con la condicion que nunca beberá vino, que jamas comerá liebre, y que en ninguna ocasion se le cortará el pelo.

En seguida se apareció el ángel al marido y á la muger, que le dieron un cabrito para que comiera, al que no tocó, y desapareció en medio del humo. La muger dijo entónces: Ciertamente nos vamos á morir, porque hemos visto á un Dios; pero no se murieron.

El esclavo Sanson nació, y fué consagrado nazareno; y la primera cosa que hizo luego que fué grande, fué ir á la ciudad fenicia ó fílistea de Tamnala á cortejar la hija de uno de sus amos, con la que se casó.

Yendo en casa de su querida se encontró un leon, y lo hizo pedazos con sus manos, como si hubiera sido un cabrito. A los pocos dias encontró un enjambre de abejas en la boca del leon muerto con un panal de miel; aunque las abejas no se paran nunca sobre los cuerpos muertos.

Entónces propuso á sus camaradas este enigma: El alimento ha salido del comedor, y el dulce ha salido del duro. Si lo adivinais, os daré treinta túnicas y treinta vestidos; y si no, me dareis treinta vestidos y treinta túnicas. No pudiendo adivinar sus camaradas el hecho en que consistiala palabra del enigma, ganaron la jóven muger de Sanson; esta descubrió el secreto de su marido, que tuvo que pagar las treinta tónicas y los treinta vestidos. ¡Ay! les dijo, si no hubierais trabajado con mi vaca, no lo habriais adivinado.

En el momento dió el suegro de Sanson otro marido á su hija.

Encolerizado Sanson por haber perdido á su muger, fué al instante á buscar trescientas zorras, las ató todas juntas por las colas con hachas encendidas, y por este medio incendió los sembrados de los Filisteos.

No queriendo los Judios esclavos que sus amos los castigaran por las hazañas de Sanson, lo sorprendieron en la caverna donde vivia, lo ataron con cuerdas muy gruesas, y lo entregaron á los Filisteos. Luego que estuvo en medio de ellos, rompió las cuerdas, y encontrando, á mano una quijada de borrico, en un instante mató con ella á mil Filisteos. Un esfuerzo semejante lo acaloró sobre manera, y se moria de sed. En el momento hizo Dios saltar una fuente de una muela de la quijada; y despues que bebió Sanson, se fué á la ciudad filistea de Gaza, y repentinamente se enamoró de una ramera. Estando durmiendo con ella cerraron los Filisteos las puertas de la ciudad, y rodearon la csa: él se levantó, arrancó de quicio las puertas y se las llevó. Desesperados los Filisteos de no poder acabar con este heroe, se dirijieron á otra ramera, llamada Dalila, con la que dormia por entónces; y al fin esta le arrancó el secreto en que consistia su fuerza: con esquilarlo bastaba para hacerlo igual á los demas hombres: lo esquilaron; quedó débil; le sacaron los ojos, y le hicieron andar una rueda de molino, y tocar el violin. Un día que lo tocaba en un templo de los Filisteos entre dos columnas, se indignó de que los Filisteos tuviesen templos con columnas, miéntras que los Judios no tenian mas que un tabernáculo sobre cuatro estacas. Conoció que le principiaban á crecer los cabellos, y transportado de un santo celo derrivó las dos columnas, el templo se hundió, y aplastó á los Filisteos y á el tambien.

Tal es palabra por palabra este prefacio.

Esta historia es el asunto de la pieza de Milton y de Romagnesi: sin duda estaba hecha para la farsa italiana.