Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Sensación.

Se dice que las ostras tienen dos sentidos, los topos cuatro, y cinco los demas animales como el hombre: algunas personas han admitido un sesto sentido; pero es evidente que la sensacion voluptuosa, de que quieren hablar, se reduce al sentido del tacto, y que cinco sentidos son nuestro patrimonio. Es imposible poder imaginar nada mas sobre esto.

Puede ser que en los otros globos tengan los animales sentidos de que nosotros no tenemos la menor idea; tambien puede suceder qué el número de los sentidos se aumente de globo en globo, y que el ser que tenga sentidos innumerables y perfectos, sea el término de todos los seres.

Pero, ¿cual es nuestro poder con nuestras cinco órganos? Siempre sentimos á pesar nuestro, y nunca porque queremos sentir; y nos es imposible no tener la sensacion que nos destina nuestra naturaleza, cuando nos hace impresion un objecto. La sensacion está en nosotros, pero no depende de nosotros. Nosotros la recibimos; pero ¿como la recibimos? ¿Que conexion hay entre el aire, las palabras que me cantan y la impresion que hay en estas palabras en mi cerebro?

Mucho nos admiramos del pensamiento; pero la sensacion no es menos maravillosa. Un poder divino brilla en la sensacion del último de los insectos tanto como en el cerebro de Newton. Sin embargo, aunque mueran á nuestra vista mil animales, no nos inquietamos sobre lo que se hará su facultad de sentir, á pesar de que esta facultad es la obra del Ser de los seres: los miramos como máquinas de la naturaleza, nacidos para perecer y para dejar el lugar á otros.

¿Porqué y como subsistirá su sensacion cuando ellos no existan? ¿Qué necesidad tiene el autor de todo lo que existe de conservar unas propiedades, cuya sujeto está destruido? Lo mismo valdria decir que el poder que tiene la sensitiva de recojer sus hojas hácia las ramas, existe despues de destruida esta planta. Sin duda se me va á preguntar, ¿como no perece el pensamiento del hombre, pereciendo la sensacion con los animales? A cuya pregunta no puedo responder mas, que yo no sé bastante para contestarla. El autor eterno de la sensacion y del pensamiento es el único que sabe, como la da y como la conserva.

Toda la antigüedad ha sostenido, que nada hay en nuestro entendimiento, que ántes no haya estado en nuestros sentidos. Descártes supuso en su Romance, que nosotros tenemos ideas metafisicas antes de conocer la teta de nuestra madre; y una facultad de teología proscribió este dogma, no porque era un error, sino porque era una novedad: en segnida la misma facultad adoptó este error, porque Locke lo habia destruido; Locke era un filósofo ingles, y era imposible que un Ingles tuviese razon. Por último, despues de haber variado tan frecuentemente de dictámen, ha vuelto á proscribir la antigua verdad de que los sentidos son las puertas del entendimiento; en lo que ha hecho lo que hacen los gobiernos empeñados, que en tanto dan curso á ciertos billetes y en tanto los desacreditan: pero hace mucho tiempo que nadie quiere los billetes de esta facultad.

Todas las facultades del mundo no impedirán jamas que los filósofos vean que principiamos nuestra existencia sintiendo, y que nuestra memoria no es mas que una sensacion continuada. Un hombre que naciera privado de sus cinco sentidos, estaria tambien privado de todas las ideas, si fuera posible que viviera. Las nociones metafisicas vienen tambien por los sentidos; porque ¿como podrá medir un circulo ó un triángulo el que ni haya visto ni tocado ni circulos ni triángulos? ¿Como se formará una idea imperfecta del infinito, sino estendiendo siempre los límites? ¿Y como se estenderán siempre los límites sin haberlos visto ni sentido jamas?

La sensacion envuelve todas nuestras facultades, dice un gran filósofo. [1]

¿Qué concluirémos de todo esto? ¡O Vosotros, los que leeis y pensais, concluid!

Los Griegos habian inventado la facultad Psychis para las sensaciones, y la facultad Nous para los pensamientos. Desgraciadamente ignoramos lo que son estas dos facultades: nosotros las tenemos; pero su origen no nos es mas conocido, que á la ostra, á la ortiga de mar, al polipo, á los gusanos y á las plantas. ¿Por qué inconcebible mecanismo está la sensacion en todo nuestro cuerpo, y el pensamiento solamente en la cabeza? Al que le cortan la cabeza, no hay apariencia que pueda resolver un problema de geometría; y sin embargo su glándula pineal y su cuerpo calloso, en donde dicen que se aloja el alma, subsisten por mucho tiempo sin alteracion; y la cabeza cortada está tan llena de espíritus animales, que con frecuencia da saltos despues de separada del tronco. Parece que en este momento deberia tener ideas muy vivas, y parecerse á la cabeza de Orfeo, que todavía componia la música y cantaba á Euridice cuando la echaban en las aguas del Ebro.

Si cuando se ha perdido la cabeza no hay pensamientos, ¿de qué procede que el corazon se mueve y al parecer siente despues de arrancado?

Dicen, que sentimos porque todos los nervios tienen su origen en el cerebro; y sin embargo al que le hacen la operacion del trépano, ó le queman el cerebro no siente nada. Las gentes que saben las razones de todo esto son muy hábiles.



  1. Tratado de las sensaciones, tom II, pag. l28.