Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Jefté - Sección 1

Según el texto del libro de los Jueces es evidente, que Jefté prometió que sacrificaría la primera persona que saliera de su casa a felicitarlo por su victoria contra los Ammonitas. Su hija única salió a recibirlo: él desgarró sus vestidos, y la inmoló después de permitirle que fuera a llorar sobre las montañas la desgracia de morir virgen. Las doncellas judías celebraron por mucho tiempo esta aventura, llorando la hija de Jefté por el espacio de cuatro días. [1]

En cualquier tiempo que se haya escrito esta historia, que ella sea imitada de la historia griega de Agamenon y de Idomeneo, o que sea su modelo; que sea anterior o posterior a otras historias semejantes del Asia; nada de esto es lo que yo examino, y me atengo al texto: Jefté hizo voto de ofrecer su hija en holocausto, y cumplió su voto.

Por la ley judía estaba expresamente ordenado el inmolar los hombres que se habían ofrecido al Señor: "Todo hombre ofrecido por voto, no se rescatará sino que debe morir sin remisión." La Vulgata traduce, non redimetur sed morte moríatur. [2]

En virtud de esta ley hizo Samuel pedazos al rey Agag, al que Saúl había perdonado; y aun por esta gracia de Agag fue Saúl reprobado del Señor, y perdió su reino.

He aquí pues los sacrificios de sangre humana claramente establecidos: ningún punto de historia hay mejor demostrado: de una nación no se puede juzgar, sino por sus archivos, y por lo que ella refiere de sí misma.


  1. Cap. XI. de los Jueces.
  2. Levitic, Cap. XXVII, V. 29.