Sammonocodom/1 (DFV)
Sammonocodom.
O SOMMONA-CODOM.
Me acuerdo que Sammonocodom, dios de los Siameses, nació de una virgen y se crió sobre una flor. De la misma manera la abuela de Géngis se quedó embarazada de un rayo del sol. Tambien el emperador que en la actualidad reina gloriosamente en la China, Kien-long asegura, positivamente en su hermoso poema de Monkden, que su bisabuela era una virgen muy bonita, que se hizo madre de una raza de heroes por haber comido cerezas. Así Danae fué madre de Perseo, y Rhea Silvia de Rómulo: y Arlequin tenia mucha razon en decir al ver todo lo que pasaba en el mundo; Tutto il mondo é fatto come la nostra famiglia.
La religion de este Siames nos prueba que ningun legislador ha enseñado nunca una mala moral. Considera, lector, que la de Brama, la de Zoroastro, la de Numa, de Thaut, de Pitágoras, de Mahoma, y hasta la del pescado Oánnes, son absolutamente la misma. He repetido con frecuencia que se apedrearia á un hombre que viniera á predicar una moral relajada; y ve aquí porque hasta los mismos jesuitas han tenido predicadores tan austeros.
Las reglas que dió Sammonocodom á sus discípulos los talapuinos, son tan severas como las de san Basilio y de san Benito.
- "Huid los cantos, los bailes, las reuniones y todo lo que pueda ablandar el alma."
- "No tengais ni oro, ni plata."
- "No hableis sino de justicia, y no trabajeis sino por ella."
- "Dormid poco, comed poco y no tengais mas que un vestido."
- "Jamas os chanceeis."
- "Meditad en secreto y reflexionad con frecuencia sobre la fragilidad de las cosas humanas."
¿Porqué fatalidad, por qué furor ha sucedido que en todos los países se ha deshonrado siempre la escelencia de una moral tan santa y tan necesaria con cuentos estravagantes y con prodigios mas ridículos que todas las fábulas de las metamorfosis? ¿Porqué no hay ni una sola religion, cuyos preceptos no sean de un sabio y cuyos dogmas no sean de un loco? Se supone que no hablo de la nuestra que en todos sentidos es infinitamente sabia.
¿No consiste esto en que habiéndose contentado los legisladores con dar preceptos racionales1 y útiles, los han querido sobrepujar los discípulos de los primeros discípulos, y los comentadores ? Estos han dicho: Nosotros no serémos bastante respetados, si no tiene nuestro fundador alguna cosa de sobre natural y de divino. Es absolutamente indispensable que nuestro Numa haya tenido sus citas con la ninfa Egeria: que uno de los muslos de Pitágoras haya sido de oro puro; que la madre de Sammonocodom haya sido una vírgen cuando lo parió, que haya nacido sobre una rosa, y que sea un Dios.
Los primeros Caldeos no nos han transmitido mas que preceptos morales muy decorosos; esto no basta, y es mucho mejor que estos preceptos hayan sido anunciados por un sollo que salia dos veces al dia desde el fondo del Eúfrates á predicar un sermon.
Estos miserables discípulos y estos detestables comentadores no han conocido que pervertian el género humano. Todas las gentes de razon dicen: He aquí unos preceptos muy buenos; yo hubiera dicho otro tanto ; pero he aquí unas doctrinas muy impertinentes, muy absurdas, muy repugnantes y muy capaces de desacreditar los mejores preceptos. ¿Qué sucede? Que estas gentes de razon tienen pasiones, como los talapuinos, y cuanto mas fuertes son estas pasiones mas se enardecen para esclamar: Mis talapuinos me han engañado sobre su doctrina, luego bien podran haberme engañado tambien sobre sus máximas que son contrarias á mis pasiones. Entónces sacuden el yugo porque se les ha puesto con mucha torpeza; y no creen en Dios porque ven que Sammonocodom no es dios. Yo he conocido ya á algunas gentes de estas, querido lector, cuando estuve en Siam; y las he conjurado á que crean en Dios á pesar de los talapuinos.