Población/2 (DFV)

Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Población

SECCION II.

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De la poblacion de la América.

El descubrimiento de la América, ese objeto de tanta avaricia y de tanta ambicion, es tambien un objeto de la filosofía. Un número prodigioso de escritores se ha esforzado en probar que los Americanos eran una colonia del antiguo mundo. Algunos metafísicos modestos han dicho, que el mismo poder que hace crecer la yerba en los campos de América, tambien ha podido poner en ellos los hombres: pero este sistema desnudo y sencillo no ha sido escuchado.

Cuando el gran Colon sospechó la existencia de este nuevo universo, se le sostuvo que la cosa era imposible; y lo tuvieron por un visionario. Y cuando hizo el descubrimiento, se dijo que este nuevo mundo era conocido mucho tiempo antes.

Se ha supuesto que Martin Beheim, natural de Nuremberga, habia salido de Flándes hacia el año de 1460 para buscar este mundo no conocido, y que llegó hasta el estrecho de Magallánes, del que dejó mapas de incógnito; pero como Martin Beheim no habia poblado la América, y como era absolutamente indispensable que uno de los tataranietos de Noé se hubiese tomado este trabajo, se escudriñó en la antigüedad todo lo que podia tener conexion con algun viage largo, y se le aplicó al descubrimiento de esta cuarta parte de nuestro globo. Se hizo que los navios de Salomon fueran á Méjico, de donde vino el oro de Ofir para este príncipe, que tuvo necesidad de pedir prestado al rey Hiram. Se encontró la América en Platon: se hizo honor de ella á los Cartagineses; y se citó sobre esta anecdota un libro de Aristóteles que Aristóteles no ha compuesto.

Hornio pretendió encontrar alguna conformidad entre la lengua de los Hebreos y la de los Caribes: y el padre Lafiteau jesuita no dejó de seguir un principio tan hermoso. Los Mejicanos desgarran sus vestidos en las grandes aflicciones; algunos pueblos del Asia hacian lo mismo antiguamente; luego estos pueblos son los antepasados de los Mejicanos. A lo que podia añadir, que en el Languedoc se baila mucho: los Hurones bailan tambien en sus fiestas; luego los Languedocianos vienen de los Hurones, ó vice versa.

Los autores de una terrible historia universal pretenden que todos los Americanos son una colonia de Tártaros; y aseguran que esta es la opinion generalmente recibida entre los sabios; pero no dicen que es entre los sabios que piensan. Segun ellos algun descendiente de Noé no tuvo nada mas urgente, que ir á establecerse en el delicioso país de Kamshatka en el norte de la Siberia. No teniendo nada que hacer su familia, se fué á visitar el Canadá, bien armando flotas, ó caminando por placer por cima de los hielos, ó bien por alguna lengua de tierra, que no se ha vuelto á encontrar hasta nuestros dias. En seguida se pusieron á hacer muchachos en el Canadá y bien pronto no pudo este hermoso país mantener la multitud prodigiosa de sus habitantes, que se fueron á poblar á Méjico, el Perú y Chile; y sus biznietas parieron gigantes hácia el estrecho de Magallánes.

Como se encuentran animales feroces en algunos paises calientes de la América, suponen estos autores, que los Cristoval Colon de Kamshatka los habian llevado al Canadá para divertirse, y habian tenido la precaucion de tomar todos los individuos de las especies que no se encuentran ya en nuestro continente.

Pero los Kamshakacianos no han sido los únicos que han poblado el nuevo mundo; pues fueron caritativamente ayudados por los Tártaros Mantchoucos, por los Hunos, por los Chinos y por los Japones.

Los Tártaros Mantchoucos son incontestablemente los ascendientes de los Peruvianos, porque Mango Capak es el primer inca del Perú. Mango se parece á Manco, Manco á Mancu, Mancu á Mautchu, y de aqui á Manchou no hay una gran distancia. Nada hay mejor demostrado.

Respecto á los Hunos, estos edificaron en Hungria una ciudad que se llamaba Cunadi; ahora bien en cambiando cu en ca, se encuentra Canadi, de donde visiblemente ha tomado su nombre el Canadá.

Una planta semejante al chinsang de los Chinos crece en el Canadá; luego los Chinos la han llevado alli aun ántes que fuesen dueños de la parte de la Tartaria en donde se cria el chinsang: y ademas los Chinos son tan grandes navegantes que antiguamente enviaron flotas á la América, sin haber conservado nunca la menor correspondencia con sus colonias.

Respecto de los Japones, como son los mas inmediatos á la América, de la que casi no distan mas que unas mil y docientas leguas, sin duda han estado alli otras veces; pero despues han descuidado este viage.

He aqui no obstante lo que se nos dice: ¿y qué responderémos á estos sistemas y á tantos otros? Nada.