Granada. Poema oriental: 36
VII. ORIENTAL
editarSultana de la alegre Andalucía,
Alcázar de la luz y de las flores,
¿Qué fué de la alegría
De tus Señores?
Encanto de los ojos,
¿Quién causa tus enojos?
Espejo de la luz del medio día,
Kiosko oriental de excelsos alminares,
¿Qué fué de la harmonía
De tus cantares?
Bellísima Granada, - del cielo favorita.
Tu luz está apagada, - tu gloria está marchita:
Los ojos celestiales - de tus doncellas moras
Están bajo sus schales - llorando largas horas:
Su pecho dolorido - suspira sin amores;
Su voz es un gemido: - su lecho ayer de flores
Es lecho de agonía…
Encanto de los ojos,
¿Quién causa tus enojos?
Rosal del medio día,
Nidal de ruiseñores
¿Qué fué de la alegría
De tus Señores?
La Alhambra está desierta - y oscuros sus salones:
Cerrada está su puerta, - cerrados sus balcones;
Su fábrica altanera - la tempestad azota
Y en ella la bandera - de Abú-Abdil no flota:
No anuncian la victoria - sus áureos alminares:
Los cánticos de gloria, - placer de sus hogares,
Son ayes de agonía…
Encanto de mis ojos,
¿Quién causa tus enojos?
Rosal de Alejandría,
Remedio de pesares,
¿Qué fué de la armonía
De tus cantares?
¡Oh mísera Granada! - ¡oh triste reina mora!
¡Oh madre desolada! - ¡llora sin tregua, llora!
Tus hijos los más bravos, - amor de tus entrañas,
O muertos son, ó esclavos - detrás de tus montañas;
Abdil, flor de tus flores, - no habita ya en Gomares,
Y están tus defensores - sin tumba ó sin hogares.
¡Lamenta tu agonía,
Sultana de la hermosa Andalucía!
Mirab sin alminares,
¿Quién te dará harmonía
Sin tus cantares?
Espejo de la luz del medio día,
Alcázar de las flores,
¿Quién te dará alegría
Sin tus Señores?