Pueblo (DCB)
PUEBLO.
Por pueblo no se entiende lo que dice el vocabulero, porque... porque no se entiende, ni se puede entender lo que dice. Que me esplique sino el mas ladino que entiende por este monton de palabras: «Pueblo es la coleccion de figuras ó muñecones que traen los titereteros, segun los filósofos.» -Hagamos de nuevo este artículo historiandole, para que sea menos desabrido.
Allá en los tiempos del rey que rabió, cuando diz que los hombres no eran todos unos, sino que unos tenian la sangre roja y otros tenian la sangre azul, unos parece que eran hijos de Dios y otros eran hijos del Diablo; y en suma allá cuando habia en el mundo Señores que se decian de horca y cuchillo, y Reyes que eran señores de vidas y haciendas: en aquellos tiempos, digo, por pueblo se entendia la villanesca, ó una grey ruin de animales del campo que también se criaban en poblado, de los cuales otro animal que por andar á caballo se llamaba caballero, podia disponer, como disponia de sus podencos. Pero modernamente ya, con esta negra filosofía, este estudio de la naturaleza, esta monserga de los derechos del hombre, y este juego de cubiletes de la division de poderes [1], se hace ver que villanos y caballeros todos somos hechos de una misma masa: y en consecuencia se ha variado la significacion de la palabra Pueblo, fijándola en dos sentidos. En el mas alto y sublime es sinónimo de nacion, y significa la reunion de individuos de todas las clases del Estado. En este sentido decimos el pueblo español es de su natural bizarro, religioso, y amante de su rey; y se dice tambien (con perdon del señor Lardizabal) la soberanía del PUEBLO.
Por pueblo, en sentido mas humilde (pero nunca ruin, que en España no hay pueblo-bajo), se entiende el comun de ciudadanos que, sin gozar de particulares distinciones, rentas ni empleos, viven de sus oficios; y aunque no ejerzan los de república, tienen opcion á ellos y á los mas altos destinos y condecoraciones con que la patria remunera el mérito y la virtud. Este pueblo fué el que, el 19 de marzo del inmortal año de 8, derrocó la estatua del bárbaro Nabuco que se habia colocado hasta en los templos del Señor. [2]
Este fué quien, EL DOS DE MAYO, desarmado, maldecido y abandonado por el débil gobierno de Madrid, se arrojó á las huestes del pérfido Murat, lanzando el primer grito de la independencia española: grito sublime que se oyó en los últimos términos de la monarquía, á despecho del Consejo de Castilla, que mal aconsejado y peor aconsejante se empeñó en sufocarle con sus lánguidos gañidos. Pero la voz de la libertad triunfó y triunfa; y el proverbio de que voz del pueblo es voz del cielo, se vé en España casi reducido á evangelio. ¡Gloria eterna al pueblo de Madrid, y á todos los pueblos de España!