Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

PROVIDENCIA.


Por excelencia entiende todo fiel cristiano la de Dios; pero hay algunos entre nosotros que no sé si porque son cristianos nuevos, ó porque son cristianos muy viejos, ó porque no son ni uno ni otro, ignoran ó han olvidado que cuando decimos la providencia absoluta ó personificadamente, no se puede entender sino la divina: que no hablamos de la providencia de ninguna chancillería ni juez pedanco. Pero esto, mas que ignorancia en la religion, arguye ignorancia en la lengua (íd est, castellana); pues el Diccionario de la Academia (española ) dice terminantemente en el artículo PROVIDENCIA: «por antonomasia se entiende por la de Dios, y así se dice: fulano quedó á la providencia: y la religion de clérigos regulares de San Cateyano se llama de la providencia.» Visto lo visto, ¿que caudal deberémos hacer de las palabras siguientes del diccionarista? «Providencia. En sentido filosófico, es un barranco profundo y espantoso que mete tal grima á los filósofos, que no se atreven ni á pronunciar entera la palabra; así que siempre dicen providencia» (que no es palabra entera), «sin añadir divina.»

A mí me llaman Peneque;
Señor alcalde, ¿que haré?-
Vaya vmd. con Dios, Peneque,
Que yo lo remediaré.»

Así es nuestro reprochador de voquibles (que decia Sancho): reprende á los que usan de la providencia pelada sin el perendengue de divina, y en el acto mismo de dar la órden, falta el á ella. Para ser consiguiente á lo menos, el artículo que títula Providencia, le debia titular. Divina providencia: esto es para ser consiguiente; que para ser justo y exacto, ¿quien no vé que ni debiera titularle, ni debiera haberle escrito de ningun modo? !y estos hombres son los que nos quieren enseñar la religion!

«¿Tu que no sabes,
Me das lecciones?
Dejalo, Fabio,
No te incomodes.»
(V. Fortuna.)