Historia general de la medicina en Chile/Capítulo III

Historia general de la medicina en Chile (1904)
de Pedro Lautaro Ferrer
Capítulo III: Idea general sobre el clima y la raza primitiva del país

B
PRACTICAS MEDICAS PROPIAMENTE TALES ENTRE LOS INDIOS ARAUCANOS


CAPÍTULO III.
Idea general sobre el clima y la raza primitiva del pais

SUMARIO.—

Condiciones generales del clima y de la raza primitiva del territorio chileno. Opiniones de los mejores historiadores antiguos y de algunos guerreros españoles.

Antes de proseguir en el conocimiento de la verdadera medicina indígena, es oportuno recordar algunos rasgos predominantes que den á conocer las antiguas condiciones físicas de esta raza y del territorio que habitó.

Los araucanos, como todos los indios primitivos, tuvieron sus costumbres viciosas y de escandalosa licencia, aunque en menor escala que las que gastaban las tribus de los países tropicales, sufriendo las inclemencias del clima y las degeneraciones vitales consiguiente á la ociosidad, al enervamiento y al mayor número de plagas y enfermedades propias de las referidas zonas.

Los antiguos historiadores del territorio chileno nos refieren las bondades de su clima y la robustez de sus primitivos habitantes.

En el poema de Ercilla [1] se halla el siguente retrato de esta viril raza:

Son de gestos robustos, desbarbados,

Bien formados los cuerpos y crecidos,
Espaldas grandes, pechos levantados,

Recios miembros, de nervios bien fornidos.
Ágiles, desenvueltos, alentados,

Animosos, valientes, atreviso,
Duros en el trabajo y sufridores

De frios mortales, hambres y calores.

Todos los cronistas, desde la época del descubrimiento y conquista, están contestes en las descripciones de la raza araucana, considerándola sana, fuerte y robusta.

En cuanto al territorio que habitaban, sólo apunteremos—para no ser difusos—algunas palabras de los principales documentos, que atestiguan las condiciones del clima en aquella época.

El descubridor Pedro de Valdivia, en su primera carta al Emperador Cárlos V, dice que «tiene esta tierra cuatro meses de invierno, no más, que en ellos, sino es cuando hace cuarto de la luna, que llueve un día ó dos, todos los demas hacen tan lindos soles que no hay para que llegarse al fuego; el verano es tan templado y corren tan deleitosos aires que todo el dia se puede el hombre andar al sol, que no le es importuno.»

Todos los historiadores antiguos están contestes en dar el nombre de benigno al clima del país. [2]

González Nájera [3] dice que bastante experiencia hicieron de esto los españoles, pues aquí no estaban sujetos á enfermedades como en el viejo mundo, y viviendo más larga vida «y engendrando, según agrega este autor, más que en España, hasta los que por edad, segun naturaleza debieran ser ineptos para la generación, siendo las mujeres tan fecundas que las que fueron estériles en más de diez años, llegadas á Chile concebían cada año, conviniendo más que cualquier parte de las Indias porque no se sabe qué cosa es peste.»

Y el abate Molina, [4] por su parte dice:

«El temperamento en general es sano, aunque más ó menos húmedo, según la mayor ó menor distancia al mar. No reinan allí las pestes, ni las fiebres tercianas y cuartanas, que son tan comunes en otros países. Así los que en los reinos circunvecinos se ven atacados por estas enfermedades, para librarse de ellas pasan á Chile, en donde apenas gozan de la influencia del aire, quedan enteramente curados. Los accidentes apopléticos y las contracciones de los miembros son también rarísimas, principalmente en los jóvenes, entre los cuales son poco los cojos y los estropeados. Los perros no están sujetos á la rabia y hoy no se ha encontrado ninguno que esté atacado de esta terrible enfermedad.»

En otra parte de su obra agrega que las enfermedades venéreas no se conocen entre los indios, no existiendo siquiera una voz propia para expresar esa afección ni tampoco las raquitis ni el mal de Siam, vómito negro ni lepra.

El historiador que con más exactitud trata del territorio y de la raza araucana es indudablemente el padre Rosales, cuya obra es la fuente de investigaciones más buscada, y á la cual recurren todos los historiadores modernos con marcada preferencia. La descripción del país, usos, costumbres, clima, enfermedades y especialmente la botica araucana—la flora chilena—son materias que dilucida con mejor estudio, y sobre ellas tendremos que volver varias veces en las presentes páginas. [5]

Disfruta Chile de las mejores dotes de la naturaleza, decía en 1730 el señor don Juan José de Santa Cruz [6] «como pudiera pedirlo el mejor injenio», el aire que se respira es sano bajo un cielo por la mayor parte sereno, puro y despejado, situado todo dentro de la zona templada, y apenas se conocieran aquí las enfermedades si no se cometieran tantos excesos.

Eguía y Lumbe, dice [7]: «Es Chile, señor,fertilísimo suelo en todo lo que España goza, puesto cerca del quinto clima meridional, en el décimo paralelo, cuyo invierno empieza por Abril y el verano en Octubre, siendo su mayor día de quince horas largas; dividiéndose en sesenta y dos grandes provincias, (Copiapó, San Juan de Cuyo, Coquimbo, Santiago, Emapochu, los Promaucaes, Cauquenes, Penco, Arauco, Tucapel, Elicura, Rolomo, Calcuimo; y por el este, Chillán, Engol, Purén, Pellagüén Utanlebu, la Imperial, Villa-Rica, Osorno, Valdivia y Chiloé, siendo las demás de poco importancia y no habitadas por españoles)».

Don Francisco Avendaño dice por su parte [8] «Es reino de los mejores de la India por su temperamento tan correspondiente al deste España, que no le hace ventaja, á declaración de los que han gozado uno y otro, y es tenido por su antípoda.»

Chile es uno de los países mejores de la América; la belleza de su cielo, la benignidad de su clima, la fertilidad y riqueza de su terreno le dan ventajas considerales sobre sus vecinos [9]

El temperamento, en general, es sano aunque más ó ménos húmedo, según la distancia mayor ó menor al mar, y más ó ménos frío según la respectiva situación del lugar.

A la salubridad del aire corresponde la limpieza del terreno. Allí no hay vívoras, dice el citado autor, ni animales venenosos, debido á la benignidad del clima y principalmente á la gran muralla de los Andes que la naturaleza les ha puesto de frente, la cual, por ser fragosa y cubierta de nieve, les impide el paso.

El país de Chile es el más sano, dice en su historia Carvallo y Goyeneche, pero también es cierto «que los médicos buenos y malos se hacen ricos en poco tiempo», porque el chavalongo y las viruelas son enfermedades tan comunes.

Los criollos de Chile son generalmente bien hechos, y apénas se ve uno ú otro con las deformidades tan comunes en los demás climas, á más de lo cual tienen todos, por lo común, una extrema flexibilidad en sus miembros. [10]

En cuanto al clima, divide al país en las zonas que actualmente posee y que casi son las mismas que se estudian en la Geografía Física, salvo, naturalmente, las modificaciones parciales de algunas localidades por plantaciones, etc. [11]

Eguía y Lumbe dice [12] «que las provincias de Chile son emulación de todas las de América, por ser la más rica y florida región de cuántas se han descubierto».

Diego de Vivanco ha escrito estas palabras: [13] «Toda esta tierra (salvo la de Chiloé) es mui tratable y la más della muy fértil y abundante de pan y carne, y vino y frutas, y muy regalada de mucha caza y pescado, donde se crían muchos ganados y géneros que se benefician de aceite corambre, brea, sebo, hilos y jarcia, y otros muchos géneros con que se abastece la ciudad de Lima y los navíos de su comercio. Es muy limpía de todo género de animales y sabandijas ponzoñosas y de rayos, truenos y relámpagos; llueve con temporales de viento norte y dura el invierno desde primeros de Mayo hasta primeros de Octubre, que entra la primavera, los tres meses de agua y los de hielos y granizos. El temple del verano es muy dócil y apacible, sin calores, aunque hay algunos años que los hay grandes, y los inviernos muy rigurosos.

La naturaleza de los indios es muy robusta, y así son todos los más corpulentos y espaldudos, altivos, y soberbios y valientes, de grandes vicios y algo codiciosos, que por serlo se ha experimentado en ocasiones el haber perdido muchas victorias. Su caballería es la mejor que se conoce, por ser tan fuertes y buenos hombres de á caballo, que los hay muchos y buenos y se precian de serlo desde su niñez, ejercitándolos con las armas con que salen á peleas á la campaña, habiendo consultado en el parlamento que acostumbraban la facción que se les ofrece hacer en nuestras fronteras, donde ocurren liberalmente á ejecutar su intento, sin traer consigo más bastimentos que una mochila con harina tostada de maiz, con que se sustentan veinta y treinta días que se les ofrece estar fuera de sus casas en la campaña.»

Si pretendiéramos enumerar las principales frases que acerca de esta materia han escrito los historiadores, exploradores, guerreros, misioneros, etc. etc., tendríamos para mucho tiempo y sería fatigosa su lectura, por tratarse de apuntes más ó ménos análogos. Bástenos para nuestro propósito la trascripción de estas antiguas observaciones para dar á comprender el tema, que á la lijera exponemos en este capítulo, dejando para otro estudio los caracteres etnológicos y propios de los primitivos habitantes, y las condiciones físicas y climatológicas del territorio que habitaron.




  1. La Araucana, por don. Alonso de Ercilla y Zúñiga, Canto I
  2. Aparece como contraste la inmensa mortalidad de indios y la decadencia en que yacen 40,000 araucanos de 500.000 hombres sanos y fuertes que hallaron los conquistadores; pero se explica esto por la desolación que hizo la viruela, y por los vicios y el alcoholismo que ha acabado con ellos, sin que tenga parte la climatología del país, que en la inmensa mayoría de localidades posee ventajosas condiciones para la vitalidad. En la Colección de Historiadores Chilenos se distinguen por las descripciones físicas del territorio durante la época colonial los autores Córdoba y Figueroa, Góngora y Marmolejo, Gómez de Vidaurre, Rosales, Molina, Gonzáles Nájera, Pineda y Bascuñán, Carvallo Goyenehe, etc., aparte de otros escritores de mérito que recordaremos oportunamente.
  3. Desengaño y reparo de las guerras de Chile, por Alonso Gonzáles Nájera (1601-1607)
  4. Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile, por el abate D. Juán Ignacio Molina, Bolonia 1778
  5. Historia general del Reino de Chile, [1535-1652], por el padre Diego de Rosales.—Valparaíso 1877.
  6. Noticias pertenecientes al Reino de Chile, por Juan José de Santa Cruz, publicadas por don Nicolás Anrique en su obra «Cinco Relaciones Geográficas é Hidrográficas que interesan á Chile.» Santiago de Chile 1898.
  7. Último desengaño de la guerra de Chile, por Jorge de Eguía y Lumbe, etc., Ob. cit.
  8. Memorial de don Francisco de Avendaño, publicado en Madrid en 1632.—[Biblioteca Hispano-chilena, obra citada, tomo II].
  9. Diccionario Geográfico de la América Meridional. Voz Chile, por G. D. Coletti.
  10. Historia Filosófica de los Establecimientos de los Europeos. libro VIII, capítulo II.
  11. Geografía física de la República de Chile, por A. Pissis. Paris, 1875. La temperatura media del valle de Copiapó -es decir por el grado 27, es de 17°.
    En la Serena -por el grado 30- es de 15°.8.
    En Valparaíso por el grado 33 es, más ó ménos, de 14°
    En Melipulli ó Puerto Montt por los grados 42 es de 12°,9.
    En Punta Arenas por el grado 53, la temperatura media fluctúa entre 6 y 7°. La temperatura media disminuye así con mucha lentitud entre los grados 24 y 42; esta disminución no es uniforme; así entre los grados 24 y 30, es de 0°16 para cada grado de latitud, de 0°32 entre el 30 y el 33, y sólo de 0°11 del 33 al 42. Al sur de este grado es rápida la disminución. Entre los grados 24 y 36 rara vez desciende á 0 el termómetro ó sube á mas de 30. En la Serena, la media del invierno es de 11°8 y la del verano 17°6; en Valparaíso, 16°6 en verano y 10°7en invierno; en Concepción la media del verano es 18°7 y la del invierno 9°2, en Valdivia y Puerto Montt,a pesar de estar más al sur, la diferencia es menor, pues la temperatura media del verano es de 15° y la del invierno es de 8°. La nieve no cae al norte del grado 36, á veces cubre alturas de 300 metros, pero no desciende más abajo. En Santiago la temperatura media en el interior de la ciudad es de 16°2, y en el Observatorio, en un terreno bajo y descubierto, es de 12°7. En la capital, cuya altura es de 560 metros, el termómetro baja durante las noches de invierno á 2 y 3 grados; en verano el máximo está entre hasta 20 y 25 grados. En Junio y Julio, en los días claros, sube el termómetro hasta 20 y 25 grados, pero en las noches llega á 0 y aún ménos.
  12. Último desengaño de la guerra de Chile, ob.cit.
  13. Breve discurso del motivo y principio de la guerra de Chile, y el estado que tiene medio y para su fin, por Diego de Vivanco (Biblioteca Hispano Chilena, por J. T. Medina, Tomo I.


Historia general de la medicina, tomo I de Pedro Lautaro Ferrer

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