Joaquín Murat (Juicios)
JOAQUIN, (Murat). [1]
Este era el mejor oficial de caballería de vanguardia. Tan dominante y fogoso era, que si le hubiese mandado atacar y arrollar cuatro o cinco mil hombres en una dirección dada, hubiera sido cosa de un momento.... No era valiente sino delante del enemigo, y entonces era el hombre mas bravo del mundo; en el gabinete era un poltrón, sin juicio y sin decisión. El carácter de Murat era más noble que el de Rey, porque Murat era generoso y franco; en su destino estaba que nos había de hacer mal; nos había perdido abandonándonos, y nos perdió abrazando con demasiado calor nuestra causa. Su desgraciado fin corresponde a su conducta. Tal vez él hubiera alcanzado la victoria en Waterloo. Porque ¿qué necesitamos en ciertos momentos de la batalla? Deshacer tres o cuatro cuadros ingleses. Ahora, Murat era admirable para una empresa tal, precisamente era el hombre para el caso. Es el mejor Rey que ha tenido Nápoles; pero él no supo conocer a sus vasallos. Desde el Duque de Calabria hasta el último pordiosero, todos son lazzaronis... Murat tenía muchísimo valor, y muy poco espíritu. Su ejecución es horrible. Este es un golpe a las costumbres de la Europa, una infracción del decoro público. ¡Un Rey ha hecho fusilar a otro reconocido por tal por todos los demás! ¡Que prestigio ha violado! L. C. — O. — M.
- ↑ Murat, nacido en 1775, entró a servir en la guardia constitucional de Luis XVI. Cuando este fue licenciado, pasó de oficial a un Regimiento de caballería, y muy pronto mereció el grado de general. Nombrado comandante de la guardia consular, Murat, a la cabeza de 60 granaderos dispersó el consejo de los quinientos. Por servicios hechos a la Patria obtuvo después la dignidad de Mariscal, Gran Almirante, Príncipe, Gran Duque de Berg y de Clevea, y finalmente el Trono de Nápoles y de las dos Sicilias, en 1808, con el nombre de Joaquín Napoleón; nombre que debía a la alianza contraída con una hermana del Emperador. Después de haber abjurado en 1814 la causa de su cuñado, se separó en 1815 de la coalición, a la cual creyó poder resistir; pero fue vencido y obligado a huir, habiéndole abandonado casi todo su Ejército. Se embarco para Francia, llegó cerca de Toulon que dejó por volverse a Córcega, y de allí desembarcar en Calabria con 30 hombres solamente. Rodeado, tomado, maltratado por un pueblo ingrato, Murat fue arrastrado al castillo de Pizzo, entregado a una comisión militar, que lo hizo pasar por las armas en una de las salas de este castillo. Este bravo, digno de mejor suerte, él mismo se hizo hacer fuego, y cayó muerto teniendo en sus manos el retrato de su esposa y de sus hijos. Su cuerpo fue sepultado sin pompa en la misma Iglesia de Pizzo.