Primera Gramática de la lengua Castellana: 3.04

Primera Gramática de la lengua Castellana
LIBRO TERCERO, QUE ES DE LA ETIMOLOGÍA ET DICIÓN
Capítulo IIII, de los nombres denominativos.

de Antonio de Nebrija

Denominativos se pueden llamar todos los nombres que se derivan et decienden de otros nombres; et en esta manera, los patronímicos, possessivos, diminutivos, aumentativos et comparativos, se pueden llamar denominativos; más propria mente llamamos denominativos aquéllos que no tienen alguna especial significación. I por que éstos tienen mucha semejança con los possessivos et gentiles, diremos agora junta mente dellos. Gentiles nombres llaman los gramáticos aquellos que significan alguna gente, como español, andaluz, sevillano; aunque Tulio, en el primero libro de los oficios, haze diferencia entre gente, nación et naturaleza; por que la gente tiene debaxo de sí muchas naciones, como España a Castilla, Aragón, Navarra, Portogal; la nación, muchas ciudades et lugares, que son tierra et naturaleza de cada uno; mas todos estos llamamos nombres gentiles, del nombre general que comprende a todos. Por la maior parte salen estos nombres en esta terminación ano, como de Castilla, castellano; de Italia, italiano; de Toledo, toledano; de Sevilla, sevillano; de Valencia, valenciano, o valentin, como de Florencia, florentin; de Plazencia la de Italia, plazentin, de Plazencia la de España, plazenciano; et a semejança de aquéstos dezimos: de palacio, palanciano, por palaciano; de corte, cortesano. Salen esso mesmo los nombres gentiles muchas vezes en es, como de Francia, francés; de Aragón, aragonés; de Portogal, portogués, por portogalés; de Córdova, cordovés; de Burgos, burgalés, por burgués; et a esta semejança, de corte, cortés. Salen a las vezes estos nombres en eño, como de extremo, extremeño; de Cáceres, cacereño; de Alcántara, alcantareño; et a esta semejança, de mármol, marmoleño; de seda, sedeño. De los lugares no tan principales no tenemos assí en el uso estos nombres gentiles, pero podemos los sacar por proporción et semejança de los otros, en tal manera, que aquella formación no salga dura et áspera; aunque, como dize Tulio, en las palabras no ai cosa tan dura que usándola mucho no se pueda hazer blanda; como si a semejança de Cáceres, cacereño, quisiéssemos hazer Guadalupe, guadalupeño, et Mérida, merideño; aunque luego, en el comienço, esta derivación parezca áspera, el uso la puede hazer blanda et suave. Salen algunas vezes los nombres gentiles en isco, como de alemán, alemanisco; de moro, morisco; de Navarra, navarrisco; de Barbaria, barbarisco; et a esta semejança, de mar, marisco; de piedra, pedrisco. Salen en esco, como de Flandes, flandesco; de Sardeña, sardesco; et de frío, fresco; de pariente, parentesco. Salen algunas vezes en ego, como de cristiano, cristianego; de judío, judiego; de Grecia, griego; de Galizia, gallego; et assí, quiso salir, de Arabia, arávigo, sino que mudó el acento, et la e en i. Sin proporción ninguna salió de Andaluzía, andaluz, como de capa, capuz. Salen los nombres denominativos en a, como de justo, justicia; de malo, malicia; de abad, abadía. Salen en d, como de bueno, bondad; de malo, maldad. Salen muchas vezes en al, como de cuerpo, corporal; de asno, asnal; et muchos de los que significan lugar en que alguna cosa se contiene, como de rosa, rosal; de enzina, enzinal; de roble, robledal; de mançana, mançanal; de higuera, higueral; de pino, pinal; de guindo, guindal; de caña, cañaveral, por cañal, o por que los antiguos llaman cañavera a la que agora caña, o por que no concurriesse cañal con el cañal de pescar. Salen estos nombres tan bien muchas vezes en ar, como de oliva, olivar; de palma, palmar; de malva, malvar; de lino, linar; et assí, de vaso, vasar; de colmena, colmenar. Salen en edo, como de olmo, olmedo; de azevo, azevedo; de robre, robredo; de viña, viñedo; de árbol, arboleda, por arboledo, que en latín se llama 'arboretum'. Salen los nombres denominativos muchas vezes en oso, et significan hinchimiento de aquello que significa su principal; como de maravilla, maravilloso, por lleno de maravillas; et assí, desseoso, codicioso, amoroso, sarnoso, lleno de desseo, cobdicia, amor, sarna. Semejantes en significación son los que acaban en ento, como sangriento, soñoliento, hambriento, sediento, avariento, polvoriento, por lleno de sangre, sueño, hambre, sed, avaricia, polvo. Otros significan materia, como los que acaban en ado o en azo; como de rosa, rosado; de viola, violado; de cevada, cevadazo; de trigo, trigazo; de mosto, mostaza; de lino, linaza. Salen algunas vezes estos nombres en uno, como de cabrón, cabruno; de oveja, ovejuno; de vaca, vacuno; de ciervo, cervuno. Salen muchas vezes los nombres denominativos en ero, et significan común mente oficios; como de barva, barvero; de çapato, çapatero; de oveja, ovegero; de hierro, herrero. Semejantes a éstos son los que acaban en or, mas son por la maior parte verbales; como de tundir, tundidor; de texer, texedor; de curtir, curtidor. Otros denominativos salen en arlo, et significan lugar donde alguna cosa se pone et guarda, como sagrario, donde las cosas sagradas; armario, donde las armas; encensario, donde el encienso. Otros salen en otras muchas determinaciones; mas el que escrive preceptos del arte abasta que ponga en el camino al lector, la prudencia del cual, por semejança de una cosa a de buscar otra.

Prólogo
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