Primera Gramática de la lengua Castellana: 2.02

Primera Gramática de la lengua Castellana
LIBRO SEGUNDO, EN QUE TRATA DE LA PROSODIA ET SÍLABA
Capítulo II, de los acentos que tiene la Lengua castellana.​
 de Antonio de Nebrija

Prosodia, en griego, sacando palabra de palabra, quiere dezir en latín, acento; en castellano, cuasi canto. Por que, como dize Boccio en la Música, el que habla, que es oficio proprio del ombre, et el que reza versos, que llamamos poeta, et el que canta, que dezimos músico, todos cantan en su manera. Canta el poeta, no como el que habla, ni menos como el que canta, mas en una media manera; et assí dixo Virgilio en el principio de su Eneida:

Canto las armas et el varón;

et nuestro Juan de Mena:

Tus casos falaces, Fortuna, cantamos;

et en otro lugar:

Canta, tú, cristiana Musa;

et assí, el que habla, por que alça una sílabas et abaxa otras, en alguna manera canta. Assí, que ai en el castellano dos acentos simples: uno, por el cual la sílaba se alça, que llamamos agudo; otro, por el cual la sílaba se abaxa, que llamamos grave. Como en esta dición señor, la primera sílaba es grave, et la segunda aguda, et, por consiguiente, la primera se pronuncia por acento grave et la segunda por acento agudo. Otros tres acentos tiene nuestra lengua compuestos, sola mente en los diphthongos: el primero, de agudo et grave, que podemos llamar deflexo, como en la primera sílaba de causa; el segundo, de grave et agudo, que podemos llamar inflexo, como en la primera sílaba de viento; el tercero, de grave, agudo et grave, que podemos llamar circunflexo, como en esta dición de una sílaba: buei. Assí que sea la primera regla del acento simple: que cualquiera palabra, no sola mente en nuestra lengua, mas en cualquiera otra que sea, tiene una sílaba alta, que se enseñorea sobre las otras, la cual pronunciamos por acento agudo, et que todas las otras se pronuncian por acento grave. De manera, que si tiene una sílaba, aquella será aguda; si dos o más, la una dellas; como en estas diciones: sal, sabér, sabidór, las últimas sílabas tienen acento agudo et todas las otras acento grave. La segunda regla sea: que todas las palabras de nuestra lengua común mente tienen el acento agudo en la penúltima sílaba, et en las diciones bárbaras o cortadas del latín, en la última sílaba muchas vezes, et mui pocas en la tercera, contando desde el fin; et en tanto grado rehúsa nuestra lengua el acento en este lugar, que muchas vezes nuestros poetas, passando las palabras griegas et latinas al castellano, mudan el acento agudo en la penúltima, teniendo lo en la que está antes de aquélla. Como Juan de Mena:

A la biuda Penelópe
I al hijo de Liriópe;

i en otro lugar:

Con toda la otra mundana machína.

La tercera regla es de Quintiliano: que cuando alguna dición tuviere el acento indiferente a grave et agudo, avemos de determinar esta confusión et causa de error, poniendo encima de la sílaba que a de tener el acento agudo un resguito, que él llama ápice, el cual suba de la mano siniestra a la diestra, cual lo vemos señalado en los libros antigua mente escriptos. Como diziendo amo, esta palabra es indiferente a io ámo et alguno amó; esta ambigüedad et confusión de tiempos et personas áse de distinguir por aquella señal, poniéndola sobre la primera sílaba de ámo, cuando es de la primera persona del presente del indicativo; o en la última sílaba, cuando es de la tercera persona del tiempo passado acabado del mesmo indicativo. La cuarta regla es: que si el acento está en sílaba compuesta de dos vocales por diphthongo, et la final es i, u, la primera dellas es aguda et la segunda grave, et, por consiguiente, tiene acento deflexo. Como en estas diciones: gaita, veinte, oi, mui, causa, deudo, biuda, las primeras vocales del diphthongo son agudas et las siguientes graves. La quinta regla es: que si el acento está en sílaba compuesta de dos vocales por diphthongo, et la final es a, e, o, la primera dellas es grave et la segunda aguda, et por consiguiente, tiene acento inflexo. Como en estas diciones: codiciá, codicié, codició, cuándo, fuérte, las primeras del diphthongo son graves et las segundas son agudas. la sexta regla es: que cuando el acento está en sílaba compuesta de tres vocales, si la de medio es a, e, la primera et última son graves et la de medio aguda, et, por consiguiente, tiene acento circunflexo, como en estas diciones: desmaiáis, ensaiáis, desmaiéis, ensaiéis, guái, aguáitas, buéi, buéitre. Mas si la final es e, agúzase aquélla, et quedan las dos vocales primeras graves, et, por consiguiente, en toda la sílaba acento circunflexo, como en estas diciones: poiuélo, arroiuélo.

Prólogo
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