Curso Zodiacal: Virgo

Curso Zodiacal:
VIRGO

de Henrich Arnold Krumm-Heller

Querido Discípulo:

Dos corrientes son las que influyen en todo Ser Humano. Dos corrientes opuestas entre si que encuentran en nuestro organismo su más perfecto laboratorio de transmutación. Este laboratorio es el Corazón, de que hemos tratado en nuestra carta anterior. Una de esas corrientes viene de lo alto, del cielo, del mundo invisible. La otra de abajo, de la tierra, de cuanto es sólido. Son como dos corrientes marítimas que la una viniera de regiones frías y la otra partiera de los trópicos hasta chocar y confundirse dentro de su oposición, produciendo lluvias pródigas y bienhechoras.

Hemos seguido paso a paso la primera de esas corrientes traída desde lo alto, penetrando en nosotros bajo la ayuda de Aries por la cabeza, y la hemos llevado pasando por la Epífisis, Hipófisis, Tiroides, Cuerpos Epitelares y Timo, hasta llegar al Corazón, centro vital y Sol energético de todo nuestro organismo. Hemos visto cómo corresponde a cada una de esas Glándulas un Signo Zodiacal y un Planeta, y ahora penetramos en los dominios de las corrientes terrestres, es decir, de la Escuadra invertida al Compás en el símbolo Masónico. Ya hemos explicado el misterio de la Clavícula de Salomón y el del Signo Mexicano Olin, que es, como si dijéramos, la involución desde arriba, y ahora venimos al terreno inferior, al de abajo, al de la evolución. Recuerden ese signo del emblema masónico a que nos hemos referido, en que aparece Escuadra y Compás invertidos y, en el centro, la letra G inicial de la Generación, la cual sólo se obtiene cuando llegamos a alcanzar el centro de los dos triángulos, también invertidos, que han de formar dicha Escuadra y Compás. El Espíritu está indicado por el Triángulo que tiene su vértice hacia arriba y ahora nos toca examinar el Triángulo que tiene su vértice hacia abajo representando a la Materia que tiende a espiritualizarse. Desde arriba nos llegó lo sutil espiritual, lo infinito para redimir en su avance a la Materia, y ésta sale ahora a su encuentro para chocar y reunirse en el Corazón.

El Signo de Virgo, que es con el que avanzamos, abarca todo el vientre y, aunque los Riñones corresponden al Signo de Libra, las Glándulas Suprarrenales o Riñones Suplementarios encarnan en Virgo. Este Signo tiene como Planeta a Mercurio y en él se ve la clave porgue, recordando el símbolo que le representa, vemos que lleva arriba la Luna (la corriente astral), en el centro el Circulo o Sol (Corazón) y abajo la Cruz (la materia).

Es tan sabiamente oculta la Naturaleza, que las Glándulas Suprarrenales no sólo tienen como signo a la Luna y al Triángulo, sino que real y materialmente están construidas en esta forma (véase Rosa Esotérica, página 64). Estas Glándulas se encuentran situadas en el polo superior de los riñones y son de forma aplanada y de color amarillo, conservando la glándula derecha figura triangular y la izquierda semilunar, según dicen textualmente los tratados de anatomía. Estas Glándulas tienen o segregan una substancia muy conocida en Medicina, a la que se da el nombre de Adrenalina. Esta substancia es un poderoso agente para las operaciones quirúrgicas por ser el hemostático más enérgico que se conoce, y su acción es maravillosa para los ojos, pues, las enfermedades de estos órganos se curan instantáneamente con las hormonas de las referidas Glándulas.

Los Discípulos deben recordar cuanto hemos explicado inherente a los efectos de las hormonas situadas en la cabeza sobre el órgano de la Luz. La Adrenalina es astringente y cierra las puertas donde se agolpa la corriente que viene desde abajo para evolucionarla a fin de que llegue preparada y sutilizada al corazón y pueda soportar la transmutación que en este órgano ha de operarse antes de convertirse en algo superior y espiritual.

Virgo, según hemos dicho, abarca todo el Vientre. Firmicus dice que los que nazcan bajo este Signo han de sufrir de flatulencia, de calambres de vientre, de inflamaciones de estómago y de dificultades en la digestión. Se ve, pues, en la 6a. casa, que en Virgo se prepara la vida. Esta afirmación del célebre Astrólogo Iniciado, debe hacernos pensar.

Fijémonos en que, al recibir la corriente de arriba, todo era preparación en el pecho. Ahora esta preparación se realiza en el vientre. Anteriormente la actuación del pecho ascendía a los ojos y ahora todo actúa en el vientre y también asciende a los ojos. La diferencia consiste en que los órganos más espirituales son los que radican en el pecho y cerebro, y los más materiales en el vientre y las extremidades. La corriente que viene de abajo, desde la tierra, no puede arribar bruscamente al órgano regenerador, purificador y transformador - el Corazón - y necesita forzosamente atravesar esa preparación en el vientre bajo el Signo de Virgo, recibiendo las hormonas de las Glándulas Suprarrenales que son las que detienen y suspenden de momento para saturarla.

Volvamos otra vez al Signo de Virgo. Este está representado por una M y una flecha que la atraviesa. Ya en Escorpión, notamos esa flecha levantada como simbolizando las fuerzas sexuales. Es verdaderamente elocuente este hecho.

Una vez terminado el presente curso secreto, iremos a algo más profundo que se dará al mundo por primera vez y que aún se desconoce en España y América. Se trata de la Magia de las Runas, es decir, de la Sabiduría o Teosofía Nórdica, entre las que figura la Runa SIG, la del vencedor, representada por una flecha en sentido oblicuo y hacia abajo en forma de rayo, a cuyo pie pudiéramos poner: IN HOC SIGNO VINCIT. Sólo con este signo se puede vencer. O lo que es igual: que la corriente magnética terrestre que ha ascendido por las piernas y recibido su primer impulso en los órganos sexuales, llegará a la meta, al Corazón, bajo la dirección de Virgo, portando la flecha del vencedor y del triunfo para arribar al fuego del Corazón y redimirse. Fijémonos bien. Hasta ahora veníamos con la corriente de arriba, y ha llegado el momento de encontrarnos con ella.

En un manuscrito antiguo hemos visto que un Maestro Rosa Cruz, al dar este Curso Zodiacal, principiaba con los Peces después de Leo, terminando con Libra. Se puede comprender este procedimiento en una época en que se aceptaba todavía que el Cielo estaba arriba y el Mundo abajo de nosotros, pero hoy sabemos que todas son palabras para podernos explicar que, en realidad, no hay arriba ni abajo en el Cosmos. Por nuestra parte tenemos nuestras razones ocultas para llevar este Curso en la forma que lo hacemos, siguiendo los Signos del Zodiaco tal como nos los han comunicado los pueblos antiguos. Ahora bien, los Yogas han dado en esta parte verdaderos ejercicios, puesto que hemos entrado en el dominio de ellos. La Yoga es, pues, materialista, es algo de abajo, es Lunar, y no Solar como la Rosa Cruz. Por eso todas las posiciones en Yoga son de piernas dobladas o en cuclillas. Nosotros, en cambio, nos mantenemos erectos, aunque exista en este punto de las prácticas una similitud con los ejercicios de vientre.

Las prácticas de Virgo se han conservado manifiestamente bien en los bailes orientales, sobre todo en la Danza de Vientre, que hubo de ejecutarse así mismo en los Templos Iniciáticos antiguos, aunque de todo ello se haya perdido la Clave.

Todas las prácticas anteriores, desde la Cabeza al Corazón, estaban en primera línea y eran de efecto Psíquico. Las prácticas que ascienden de abajo son por el contrario de efecto físico y es, precisamente, en el Fuego del Corazón, donde se efectúa esa amalgama de lo Físico y lo Psíquico. Sin embargo, en la parte del pecho tenemos también exponentes Físicos, como en la parte del vientre los tenemos Psíquicos hacia el Plexo Solar.

Las prácticas del vientre consisten en dar pequeños brincos con la musculatura de este órgano mientras estamos acostados, y pueden hacerse por la mañana o bien por la noche una vez metidos en el lecho. Hay que hacer saltar o brincar el vientre, impulsándolo, con la intención de que dentro de él se muevan o agiten las Glándulas Suprarrenales.

Un Médico Alemán obtuvo ese secreto hace años - no sabemos de donde - y publicó un libro sobre esta cuestión de gimnasia abdominal con la que logró curaciones prodigiosas, aconsejando el brinco o salto del vientre, que nos recuerdan las obtenidas, muchas veces inconscientemente, por Azuero. Tenemos la seguridad de que, al hacer estas prácticas, cesarán muchas enfermedades crónicas que pudieran padecer algunos de nuestros hermanos.

Así, pues, hemos de suspender todas las prácticas anteriores y durante un mes es forzoso verificar las prácticas de Virgo que dejamos expuestas, haciendo brincar el órgano abdominal, haciendo el movimiento hacia arriba y hacia abajo, a fin de que la corriente magnética terrestre sea bien preparada para que pueda llegar normalmente al Corazón.