Curso Zodiacal: Piscis

Curso Zodiacal:
PISCIS​
 de Henrich Arnold Krumm-Heller

Querido Discípulo:

Al hablar de Astrología, hemos advertido que no son los Planetas mismos los que influyen en nosotros, si no las fuerzas espirituales que irradian alrededor de éstos, que son, a su vez, la emanación de la Entidad Espiritual que les preside.

Todos los Planetas son a semejanza de seres vivos con Cuerpo, Alma y Espíritu, y tienen por consecuencia su Doble o Ángel Divino tal como lo tenemos los humanos. La Tierra no es, pues, una excepción. También ella tiene, como ser viviente, su Ego Superior o Ángel, y la corriente que emana es el Magnetismo que parte de esa entidad con la cual hemos de ponernos en conexión si queremos obtener resultados en las prácticas Rosacruces.

Sabemos en las Ciencias Herméticas que cada Planeta tiene su nombre, su mantram, su signo, que son los que se graban en los Amuletos. El mantram, la clave de conexión de nuestra Tierra, es JEHOVA, que, en lo astral, es el alma correspondiente a Cristo.

JEHOVA representa, en su esencia, las cinco vocales IEOUA y en ellas reside toda la fuerza oculta que está resonando armónicamente en la Tierra y lo estarla también en nuestro organismo si nos hubiéramos conservado en estado primitivo, paradisíaco. Pero como calmos en pecado y perdimos nuestra pureza, perdimos también esa facultad que es preciso recuperar para lograr el poder de los HombresÁngeles primitivos, cuya Clave radica en Piscis. Sin embargo, es raro que Piscis tenga que ver con estas cosas. El Pez fue siempre, como símbolo, el Guardián del Espíritu. Recordemos a Cipactli, el de los mexicanos, al pez de los incas, etc. Un Pez fue, asimismo, el símbolo que se ponía en las Estatuas de Buda y en las Efigies del Nazareno. El Planeta de la Constelación de Piscis es Júpiter, la Personalidad, el Ego. Así, pues, el Ego reside Astrológicamente en los Peces, y en las Rodillas, según hemos visto. Piscis tiene dos Planetas, y como la Tierra a Jehová y a Cristo, tiene también dos Ángeles representativos. Ya en Babilonia, el Dios Padre tenía la figura de un Pez, y los Griegos, en sus Misterios, decían que el Mantram de la Tierra era Oannes, Johannes, Joan, IAO.

El elemento de los Peces es el agua, el líquido amniótico donde nada el feto humano durante nueve meses, que es la época de Johannes, del que va por el desierto antes de la arribada del Mesías. En el seno materno, recibe el ser sus primeras impresiones, y en el momento de nacer, todos los Planetas se graban en él y describen su porvenir, que luego el Astrólogo descifra.

Al describir el paso de la corriente cósmica, tanto de arriba como de abajo, hemos pintado al cuerpo como lleno de cedazos por donde tiene que pasar en cada región, tanto en un sentido como en otro, hasta coincidir en el corazón por primera vez y con toda energía en contacto con la Tierra. Somos, pues, seres erectos y no cuadrúpedos como los animales que en su atraso evolutivo son impulsados por los astros desde arriba y atraídos por la Tierra desde abajo teniendo que vivir en cuatro patas. El hombre, en cambio, va erguido y en esa posición vertical va también su corriente, siendo su fin principal franquearle el paso para obtener su propia redención.

El Signo descrito de los Peces, son dos semicírculos unidos con un lazo o guión. Son la Tierra y el Cosmos unidos. Entre esa Tierra y el Cosmos se encuentra el Arcano 12 de la Cabalah, o sea la figura de un hombre con un halo de oro, suspendido de un pie, estando dispuesto el extremo del árbol de tal modo, que forma la figura invertida. Se llama “El Sacrificio” o “El Hombre Colgado”. Representa la Divina Manifestación o la Ley Revelada, y según los Cabalistas es la clave de toda Iniciación. La Letra es Lamed en la Cábalah, y ella corresponde a la esfera de Saturno. Recordemos ahora cuanto hemos dicho de Saturno, lo finito, y de Urano, lo infinito, y nos explicaremos el porqué unieron los Cabalistas a Saturno, Lamed y los Peces. El Zodiaco es redondo y por esta causa, están unidos Piscis y Aries, el Invierno y la Primavera, la muerte y el nacimiento, la Casa 12 de la Astrología con la Casa primera.

El Logos, la Palabra, según San Juan, es el origen de todas las cosas, es la vida misma. En el principio era el Verbo y sólo con su uso logramos la Iniciación, pero el VERBO VIVO, el LOGOS en nosotros, que tiene que estar unido con el LOGOS, el VERBO DE LA TIERRA. Cuando en el Templo de Jerusalén pronunciaban este Mantram, hacían sonar los tambores para que nadie lo oyera. Hoy ya se ha levantado el velo y sabemos que es JEHOVA, cuya Clave Secreta radica en sus Cinco Vocales.

El YO, Verbo Cósmico, reside en la Cabeza y se pronuncia utilizando la garganta. En cambio, el Verbo, el Logos de la Tierra, reside en los Pies y hay que aprender a derivar la voz hacia los Pies para sentir en ellos la vibración, es decir, hay que hablar con los Pies. Quien no conozca nuestros estudios habrá de sonreírse al leer esto de hablar con los Pies, pero ya sabemos que todos los Iniciados lo hacen. No es necesario que la palabra suene siempre, que se escuche; basta un gesto. Cuántas veces sólo nos hacemos entender con gestos, moviendo brazos, cara, hombros, en una gesticulación continua, que también es lenguaje. Eso nos indica que el hablar es algo que está relacionado con todo el cuerpo.

El Lavado de los Pies era una Ceremonia Iniciática, y jamás un Mahometano irá a la Mezquita sin antes haber pasado por ello. Jesús al lavar los Pies a sus Apóstoles, les dice: “Si os lavo los Pies quedaréis limpios y preparados en todo el cuerpo y os podréis comunicar conmigo”.

El Abecedario está hecho de vocales y consonantes, cuyos signos tienen todos una relación directa con nuestro organismo y a cada una corresponde un movimiento Iniciático. Las letras primitivas eran las Runas, y en las Escuelas Iniciáticas Nórdicas aprendían esa gimnasia o movimientos Rúnicos que vamos a enseñar en un próximo Curso, pero la corriente ya puede actuar en nosotros desde el momento en que haya entrado bien atravesando ese cedazo que reside astralmente en los Pies.

Sabemos que somos un compuesto de Celdillas; que éstas a su vez se componen de moléculas, éstas de átomos, y que esos átomos son un conjunto de Materia, Energía y Consciencia. Resulta, pues, que entre estas tres condiciones hay una lucha constante, pues, la Materia quiere hacerse Energía y la Energía quiere convertirse en Consciencia. El objeto de nuestra vida es hacer Consciente toda la Materia y en eso consiste el Misterio de la Redención. Pero más conscientes energéticamente que los demás, son los átomos que actúan en el Corazón en su constante movimiento rítmico, y más conscientes los átomos que forman nuestro Cerebro, y en esto existe una desarmonía. Somos un conjunto orgánico desde los Pies hasta la Cabeza, y es necesario llevar el impulso consciente hasta las extremidades, hasta los pies, para que sus átomos tomen la consciencia necesaria, y entonces volveremos a ser Dioses como en tiempos primitivos. En esto radica todo el secreto, en actuar sobre los átomos para despertar el Templo-Cuerpo donde Dios reside.

El modus operandi, es el siguiente: Se sienta el Discípulo cómodamente, y después de hacer una Oración mental, tiene que llevar las Vocales a los Pies, es decir, piensa y pronuncia largamente, vibrándola, la vocal Iiiiiiiiii, procurando llevar mentalmente su pronunciación hacia abajo, por las rodillas hasta los pies, y así se continúa despacio con las demás vocales. El efecto, más o menos inmediato, según los temperamentos, es positivo y nos santificamos. Cada vez que no tengáis que hacer, que vayáis andando o estéis sentados, haced mentalmente este ejercicio y os hará un inmenso bien.

Con una hora vocalizando, como le llamamos nosotros, se consigue más que asimilándose 20 Obras Teosóficas, pues, estas traen, a última hora, ideas ajenas, y con esta práctica se consigue llenarse uno mismo de fuerzas divinas que no de otro modo se consiguen.

Con esta práctica, querido Discípulo, acaba el primer Curso Iniciático. Si lo has leído solamente y no llevado a la práctica, has perdido el tiempo. Aunque fue muy barato, a primera vista no vale nada, pero si lo has meditado bien, sacando todo lo que hay en él, no hay dinero con qué pagarlo. Es de un valor inmenso. Encierra el secreto de los secretos y te recomiendo que vuelvas a repetirlo, estudiando cada práctica de nuevo, pues, la última, la que debemos a Jacobo Boheme y que le abrió las puertas del Cielo estando vivo, es magistralmente divina, pero sólo te dará resultados si has hecho bien y con constancia las anteriores.

No sólo es necesario haberlas practicado, sino también haberlas comprendido y asimilado en todo su amplio sentido. Por eso digo: Haced esto... Pero no me pidáis más. Aquí radica el Secreto de los Secretos y con él va el verdadero camino, el más recto y seguro para arribar, el cual han recorrido todos los Iniciados, y sin cuya práctica no hay Iniciación posible.

Estas cosas son sagradas. El que las divulga sin permiso del Templo, carga un karma terrible y nunca adelantará ya. Es necesario seguir ahora con las Runas y la Magia de ellas, pues, con el curso presente sólo hemos puesto en movimiento las corrientes divinas; ahora vamos a aplicarlas en la práctica de la Magia. A nadie se puede dar las Claves de la Magia Rúnica que no haya seguido el presente que fue de preparación forzosa.

Recomendamos a los hermanos de conseguir nuestros Inciensos y perfumes personales que ayudan en los distintos ejercicios.