Curso Zodiacal: Libra

Curso Zodiacal:
LIBRA​
 de Henrich Arnold Krumm-Heller

Querido Discípulo:

Los Discípulos habrán observado como hemos hecho descender la corriente sideral - de arriba - hasta hacerla llegar al Corazón y como se ha comenzado a atajar la corriente inferior - de abajo - que pasa, pudiéramos decir, por medio de sucesivos cedazos o filtros para cumplir su objeto en planos superiores.

Esta corriente inferior actuó en nuestra última práctica en el Vientre, donde tiene su principal influencia Virgo, pues, según los antiguos Astrólogos este Signo está en relación con la asimilación y la desasimilación de los alimentos, es decir, con el fenómeno que llamamos Metabolismo. Concretamente, actúa sobre la parte izquierda del Hígado, sobre el Bazo y sobre todo el Sistema del Gran Simpático y muy especialmente, sobre aquellas Glándulas misteriosas, los Islotes de Langerhans, que juegan un papel tan importante en la diabetes y de los que se extrae la Insulina. Basta leer una obra moderna sobre la aplicación de la Insulina, para ver como actúa esa sustancia sobre la digestión y la función del Hígado, y la importancia que le da la Medicina moderna empleándola en todas las enfermedades de los órganos localizados en el Vientre. Por consecuencia no hay Clínico - que siga los procedimientos nuevos - que no cure con Insulina o con otros productos salidos del Páncreas de animales. Intima y energéticamente, toda labor del Metabolismo se realiza bajo la acción de esa corriente fluídica que viene de la tierra y que estrechamente se relaciona en este caso con la constelación de Virgo. Ahora tenemos que esta corriente, antes de efectuar su labor de nutrición y de eliminación de los elementos morbosos, requiere una previa preparación que recibe en los órganos que actúan bajo la acción directa de LIBRA.

Libra, es el gran equilibrador, es la Balanza. Pesa las substancias que se pretenden elaborar, en primer término, y mide luego los órganos receptores de las escorias y desechos, operación que se verifica en mitad del cuerpo, en la cintura. Por eso, la cintura cae bajo la acción de Libra, y en este lugar los Riñones, la Vejiga, todo el Sistema Vasomotor y de los Plexos, son regidos por este Signo. Libra actúa también, sobre los líquidos espesos como la Bilis y sobre todo lo que tenga acción desinfectante en nuestro organismo.

Libra es el gran preparador, el gran agente que mide las cosas que han de penetrar en el cuerpo. Por eso tiene también su influencia sobre todo lo que sea Piel, desde los pies a la cabeza. La Bilis es lo que da la pureza al cutis o es la que nos mancha la cara con sus pigmentos. Por lo tanto, las mujeres que deseen tener buen cutis o los hombres que no quieran perder su aspecto de lozanía, no deben olvidar esa labor de Libra utilizando tan sólo aquellos cosméticos salidos de plantas que fueron cultivadas bajo la influencia de este Signo.

Cuando examinemos la figura de los Signos Zodiacales, veremos que, principiando con Aries, es también Libra una especie de Balanza con dos platillos como símbolo de igualdad, desde donde se dirige una flecha hacia abajo. De este modo, si contamos los Signos de arriba a abajo, tenemos en Libra el centro, es decir, la sexta constelación, mientras que es también la sexta constelación si los contamos de abajo a arriba, comenzando por Piscis. Hay una balanza perfecta donde se equilibran el Macrocosmos y el Microcosmos, el cuerpo de arriba y el de abajo, el sideral y el terrestre.

Sabemos que cada Signo Zodiacal es regido por un Planeta, y el que corresponde a Libra es Venus. En la carta número 2, hablamos ya de la acción de Venus en general. Dijimos que habla que actuar primero sobre el sistema liquido para poder dominar el fluídico, y mientras el liquido cayó bajo la acción de Venus en Tauro, ahora en Libra es la parte espesa, la gelatinosa, dominando las secreciones de las Orejas, Nariz y Lengua, Órganos Sexuales y Riñones, la que puede transmutarse por medio de la vocalización. Por eso dimos la vocal A. Estamos, pues, en Libra, en el tono bajo de Venus, y frente por frente a la misma altura de Tauro.

La astrología enseña que es a la Luna a la que corresponde toda la parte liquida, desde las aguas del mar con sus mareas altas y bajas, hasta la lágrima que se vierte cuando sentimos pena o alegría. A la Luna está sometida la savia de las plantas cuando sube o desciende por los troncos, pero esa acción de la Luna va siempre asociada con la de Venus por tratarse de dos Planetas muy relacionados entre si, siendo curioso que la Luna y Venus sean los dos únicos Planetas femeninos frente a todos los demás que tienen acción masculina. Si pudiéramos exprimir el cuerpo para separar toda la parte sólida de la liquida, veríamos que somos una columna de agua, es decir una columna doble que por un lado se forma con los sólidos y por otro con los líquidos, uniéndose en ambas lo fluídico que arroja la acción del trabajo sobre esos dos exponentes.

Ya en el Templo de Tiro, la Deidad, estaba representada por dos columnas unidas por medio de una balanza, siendo ambas columnas igualmente la representación de los equinoccios de Primavera y Otoño en Aries y Libra, cuyo significado alcanza también a América del Sur aunque tengan allí los tiempos invertidos. Es el fluido, la energía, la electricidad universal o substancia crística en su expresión material, El Gran Arquitecto que elabora el Templo de nuestro organismo, que está basado en esas dos columnas.

Aries es la voluntad, el impulso, la acción que agita todo lo existente mientras que Libra es la Ley inmutable que pone punto final a todo. En el arcano número 8 del Tarot, tenemos la Justicia representada por la Espada y la Balanza; y este mismo número es un compuesto en su figura de dos platillos que simbolizan lo infinito, puesto que en la Justicia es donde se encuentra el impulso de todo lo justo, aunque tenga que ser con los ojos vendados.

En la carta segunda hablamos también de la forma del símbolo de Venus, es decir, el Círculo arriba y la Cruz abajo, y en la constelación de Leo tenemos a Regulus, el Rey, que es el Sol que la dirige. Venus ofrece el mismo impulso en uno y otro Signo, sólo que los antiguos, al dárselo al Rey, lo hacían en forma del Globo del Imperio con la Cruz hacia arriba que observamos en muchas figuras alquimistas representando el antimonio. Cuando demos un curso sobre Alquimia, volveremos sobre este símbolo. El hecho es que el Mysto recibía, después de pasar por el grado de Libra, dicho símbolo en su mano, y se explicaba a los Rosa Cruz que en Libra se realizaba el Misterio de la Corona de Espinas y en Tauro el del Rey o Imperator. Por esta razón el Rosa Cruz Jefe de la Orden, tenía que pasar por ese grado superior de Venus en Tauro a fin de recibir el titulo de Emperador que, en nuestros días, sólo ostenta el Maestro Racokzi y no quienes se lo han apropiado indebidamente, como Spencer Lewis.

Venus en Libra, prepara a los hombres para la Ciencia, en Tauro para la Sabiduría. Bajo la influencia de Venus en Libra se puede ser un buen Obrero en Pintura, en Tauro un Gran Artista Pintor; en Libra se ama la prosa, en Tauro la poesía. De este modo el Amor material se refina con Venus en Libra para convertirse en Amor Divino con Venus en Toro.

Si en Tauro recomendamos ejercicios de vocalización, en Libra hemos de hacer gimnasia para que se acomoden las substancias en sus filtros correspondientes. Por eso nos es dable copiar aquí los ejercicios de Yoga que son de origen material.

Al levantarse temprano, debe beberse un vaso de agua que el Discípulo ha de bendecir previamente procurando no ingerirlo hasta haber hecho una Oración invocando las Fuerzas Divinas para que esta agua actúe de purificador.

Seguidamente entramos en la gimnasia que ha de hacerse del siguiente modo: Se extienden primero los brazos como en balanza, a derecha y a izquierda. Ya en esta posición, se hace descender el brazo derecho a lo largo del cuerpo, doblando éste y levantado el brazo izquierdo. Acto seguido se hace igual operación con el brazo izquierdo, arqueando el cuerpo hacia ese lado y levantando el brazo derecho. Esta operación o movimiento de balanza hay que repetirla siete veces, alternativamente por cada lado, o sea catorce veces en total.

En todas estas prácticas hay que pensar constantemente, porque es la base de todo, en la corriente terrestre que debe ascender y que no debe pasar impura hacia arriba sin antes asimilarse y acomodarse en la cintura para sus fines interiores.