Curso Zodiacal: Tauro

Curso Zodiacal:
TAURO

de Henrich Arnold Krumm-Heller


Querido Discípulo;

Impaciente habrás esperado la segunda parte, pero fue bueno que tuvieras más tiempo para los primeros ejercicios preparatorios.

La antigua Astrología decía, que la vida dentro de nosotros no era más que una lucha entre Venus y Marte. Dos polaridades que tratan de equilibrarse, y si observamos la localización de nuestras Glándulas Endocrinas veremos que siempre hay dos que se avecinan, y esto sucede ya desde la cabeza, donde Epífisis e Hipófisis están muy cerca una de la otra. Luego veremos lo mismo en el cuello con la Tiroides y los Cuerpos Epitelares y así en todo el resto del cuerpo; dos polos en eterna acción y reacción.

El Planeta Marte es el que acciona en Aries, la cabeza, y en el cuello sigue Venus con Taurus. Existe, pues, una lucha entre la cabeza y el cuello. Se podría decir, que Venus ha cerrado el paso a Marte, y que a su vez Marte se defiende en el cuello contra las influencias que suben desde abajo.

Pero Venus tiene su vanguardia en la cabeza, pues, mientras Marte domina la glándula Pineal con fuerzas marcianas, en la Hipófisis ya principia la lucha de Venus.

En lo físico se ve que una anima el crecimiento y la otra exige a Marte moderarse. Allí donde se encuentran las dos fuerzas brota una chispa de Luz y sobre ella hemos dirigido las primeras prácticas.

Una de esas Glándulas produce el sueño, la otra exige la vigilia; mientras Venus quiere dormir, Marte quiere seguir luchando. Glándulas secundarias en toda la cabeza, cerebro, orejas, nariz y boca, están animadas también, por esas influencias astrales en eterna lucha; por ejemplo, mientras unas dan saliva otras la secan, y así resulta la manifestación de vida por una eterna lucha.

Esa lucha, ya ha principiado en el plano divino entre Mercurio y Júpiter, el primero con las fuerzas tatwicas de Anupadaka y el segundo con Addi. En el momento de salir el Sol entra a luchar Apas (el principio liquido) con Akasha (el principio etéreo) y como lo etéreo es más movible triunfa, y el Sol entra a actuar en la cabeza en ese Tatwa con Mercurio, porque Mercurio, fijémonos, tiene los efectos de Marte y Venus unidos en un signo descriptivo.

Al poco tiempo toma el mando Marte, pues, él es el señor o el dominante en la cabeza con Aries.

Los Tatwas en su conjunto son como una balanza, hacia arriba tenemos lo aéreo y etéreo, y hacia abajo lo sólido y liquido; en el medio está Tejas manteniendo la balanza con el principio de calor y luz.

El Discípulo verá en eso una clave y verá también el error de la S. T. que coloca mal a Prithvi, pues, primero tiene que liquidarse lo sólido antes de volver a ser etéreo.

En la primera carta dijimos LUZ, AMOR. Luz nos recuerda a Lucifer, Marte; que es seguido de Venus, Amor.

Fijémonos en los símbolos del círculo. El Sol o el Espíritu Universal, hace salir una flecha o cruz para arriba y entonces es Marte; si la flecha o cruz va abajo, es Venus.

En Aries son dos lunas, en Taurus una Luna sobre el círculo, en Géminis después con Mercurio se unen esos símbolos, hasta separarse la luna en Cáncer.

Todos esos símbolos o formas de hacer los signos astrológicos nos hacen pensar.

Hemos dicho en la primera carta que la clave esté en el Sistema Nervioso Gran Simpático, pero el fluido nervioso antes de ser fluido tiene que haber sido líquido, y por eso hemos de principiar con el sistema nervioso líquido o sea con las Glándulas Endocrinas. Este actúa sobre la voluntad motriz y después resulta la voluntad consciente.

Hambre y amor son dos fuerzas que se combaten, y sin embargo se necesitan entre sí.

Hemos de actuar primero sobre el sistema líquido, para luego poder dominar el fluídico.

Con las prácticas de la carta anterior hemos actuado sobre la base, la Luz. Fue necesario así, porque la Luz es lo primordial.

En el espacio entre las dos Glándulas Epífisis e Hipófisis, entre el centro del sentir y el centro nervioso; hay algo invisible, una glándula astral, TODA LUZ, ya indicada en la primera práctica. Lo hemos indicado en abstracto, ahora vamos a lo concreto. Nada sacaríamos por de pronto con actuar sobre la Epífisis, si no abriéramos el camino por el cuello.

Ahora en el cuello, región de Taurus-Venus, está la Tiroides, que es una segunda Epífisis. Como veremos después, en los Cuerpos Epitelares se repite la Hipófisis.

La Tiroides produce yodo, y el yodo destruye todo lo malo. Con él vamos a abrirnos paso por el cuello.

Venus domina las orejas, la nariz, la lengua, los órganos sexuales y los riñones. En Alquimia representa el azufre y en los metales el cobre. Este metal reside en la leche de la mujer y en ciertas secreciones lechosas de todos los cuerpos, tanto masculino como femenino.

Venus actúa en Taurus y Libra, y con los ejercicios actuamos para fomentar la producción de esa secreción.

Taurus es receptivo, representa el terreno donde se puede sembrar, y en el cuello hay una especie de semillero para todo el organismo. En muchas sociedades secretas hay signos que se hacen sobre el cuello, porque el cuello encierra una especie de útero espiritual, pues, en él está también la cuna del lenguaje manifestado.

En la práctica anterior nos concentramos sobre los ojos, la nariz y la boca, y a lo último sobre el centro del lenguaje. Hoy nos valemos del lenguaje para abrirnos paso.

Digamos Aaaaaaaaaa pero muy corto, inspirando; no como lo hacemos generalmente expirando, y pensemos: Venga la Luz de fuera, del cosmos y unida con la que tenemos en el cerebro vaya al cuello y luego con la Uuuuuuuuuu salgan por la luz que purificó quemando. Cerremos con la Mmmmmmmmm y pensemos en nuestro mantram AMEN, “así sea”, al producir las cosas con la palabra AUM.

Hagamos todo esto sin esforzarnos, más con la mente que con otra cosa, y en la otra carta iremos bajando al cuerpo.