Exclamaciones o meditaciones del alma a su Dios
Entramos ya en la cuarta sección de los escritos de Santa Teresa, segun el órden que nos hemos prefijado. Figuran en ella los escritos sueltos, y que pudieran tambien llamarse eróticos y poéticos por ser tal el principal colorido de ellos. No son históricos, ni preceptivos, ni doctrinales. Son, en su mayor parte, arrebatos fervorosos del alma hácia Dios: unas veces en prosa, como las Exclamaciones: otras en verso, mas ó menos elevado, como las poesías: otras con un carácter práctico enteramente, como el Voto de mayor perfeccion, el Cartel de desafio y otros de los que se consignarán entre los escritos breves. Segun esto, lo que principalmente caracteriza á los escritos de esta seccion es su brevedad, el ser todos ellos composiciones aisladas entre sí, y que muy bien pueden separarse unas de otras. Estos caractéres se echan de ver en el primer opúsculo de esta seccion, especie de meditaciones para prepararse á comulgar, y para dar gracias despues de haber comulgado, las cuales pueden aislarse unas de otras.
Con el título de Exclamaciones ó meditaciones del alma á su Dios, publicó fray Luis de Leon, al fin de la edicion de Salamanca, este precioso Tratadito, añadiendo en el mismo epígrafe que habian sido escritas por la madre Teresa de Jesus en differentes dias, conforme al espíritu que la comunicaua nuestro Señor, despues de haber comulgado, año de mil y quinientos y sesenta y nueve.
Ignorase el paradero del original por el que se rigió fray Luis de Leon para dar á luz este opúsculo. El padre Tragia, en su Vida meditada de Santa Teresa, dice: «Y aunque no existe se»gun nuestra historia el original, no por esto dudará quien las lea de que son propias de Santa Teresa. Se cree las escribió año de 1569. En los manuscritos del archivo de la Orden para pró» logo á la nueva impresion, se dice se halló el original, y está en Granada, con los Avisos y algu» nas poesías.»
Pero el padre fray Antonio de San Joaquin, en su Año Teresiano (mes de julio dia vu, § 23), no dice que estuviera allí el original, sino parte del original de las Exclamaciones, y que las poesías se habian hallado en el desierto de la provincia de Génova. Creo mas cierto lo que dice el autor del Año Teresiano, tanto mas, que habiendo escrito á Granada con objeto de obtener copia de las poesías, se me contestó por persona autorizada, que allí no habia tales versos, ni los habian hallado en el archivo, por mas que buscaron. El padre Bouix, en el tomo II de su traduccion, dice, que tuvo en sus manos la parte del original que se conserva hoy en dia en las Carmelitas Descalzas de Madrid. Con respecto al original que se conserva en Granada, hallo la nota siguiente en el tomo I de las Memorias historiales, ya citadas en otros preámbulos: «En las Religiosas Carmelitas Descalzas de aquella ciudad se hallan cuatro hojas en cuarto, original de las Exclamaciones de la Santa. Las demás dicen las regaló una señora, hija de la casa Baaro»na, á personas de distincion». Así se explica cómo pueda ser el que una parte del original esté en Madrid y otra en Granada, caso de que sean procedentes ambos fragmentos de un mismo original, cosa que yo no he podido comprobar.
En cuanto á la fecha con que se escribió, los Bolandistas creyeron deber ponerla en 1579, rectificando la de 1569, que puso fray Luis de Leon. Pero como no dan razon para alterar aquella fecha, prefiero seguir la opinion de fray Luis.
Por desgracia no ha venido á la Biblioteca Nacional el tomo de las correcciones, de que habla el padre Tragia, lo cual hubiera facilitado mucho el poder dar esta edicion correctamente, visto, por los trozos que han quedado de los tomos de Cartas, el esmerado trabajo, que habian hecho los padres Carmelitas para una nueva edicion, que las vicisitudes de nuestra patria no permitieron sin duda realizar.
En tal suposicion no se puede hacer mas, con respecto á este opúsculo, que publicarlo al tenor de la impresion de Salamanca, dirigida por fray Luis de Leon, el cual disfrutó para ella de los originales, sin mas variacion que la de imprimir las palabras, como se sabe que las usaba siempre Santa Teresa, y apartándose del modo con que las hizo imprimir fray Luis en los otros libros, cuyos originales quedan.
Siendo este escrito meramente erótico y no histórico, preceptivo ni doct: inal, tiene que figular el primero, por su antigüedad, en esta cuarta seccion de las obras de Santa Teresa, segun se dijo ya en los preliminares de este tomo.