Higiene (DEIE)/Habitación
La más sana es la que está situada en el campo particularmente para el verano: por el contrario, son muy mal sanas las que tienen humedad, las construidas recientemente y las que son tan reducidas que el sol y la luz no pueden penetrar sino con dificultad. Si fuese posible, se ha de elegir para vivir un aposento situado al mediodía ó al oeste. El mayor cuidado que se ha de tener consiste en renovar el aire, en observar el mayor aseo, evitando que haya cerca de donde se vive depósitos de fiemo ó inmundicias. Las cortinas, colchones, sábanas y finalmente toda la ropa debe estar expuesta al aire: la que se quita por sucia no se ha de guardar arrinconada como se hace con mucha frecuencia y si lavarla lo antes posible. Para calentar las habitaciones es mas sano el fuego de las chimeneas que el de las estufas. Debe desterrarse enteramente el uso que hacen algunas señoras de unos braserillos ó calienta-pies, por ser muy peligroso. La palidez, las malas digestiones, fatigas, congojas y otros males resultan de estos funestos comunicadores del calor.
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