Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi/Apéndice IV

IV
ADICIONES I CORRECCIONES[1]

TOMO I

Páj. 3, nota: Sobre el gobernador D. Antonio Martinez de la Espada durante su residencia en Valparaiso, hallamos un apunte importante en la biografía de "José Perfecto Salas" por D. Domingo Amunátegui Solar (Anales d. l. Univ. 1895, Octubre, p. 463): "En Valparaiso existe un gobernador, que, en mi concepto, es bonísimo, i aun mejor y mas advertida su mujer. Allí ha tenido algunas quimerillas, de las que son forzosas en pueblo corto, i efecto necesario de la chapetonada que dicen, pero en el fondo sin malicia". Este juicio caracteriza mui bien la orijinal figura de este antiguo gobernador de Valparaiso i Chiloé i completa oportunamente nuestros rasgos biográficos.

Páj. 8, nota: Sobre la fundacion de la ciudad de Castro véase, fuera de Rosales i Barros Arana: Compendio Historial por Melchor Jufré de Aguila, Anal. d. l. Univ. 1896, enero, p. 97.

A última hora se nos ha efrecido todavia un dato nuevo i orijinal para la historia de la ciudad de Santiago de Castro. Le reproducimos íntegro de las columnas de "El Ferrocarril", de 7 de Noviembre de 1899:

"Armas de la Ciudad De Castro.— Mui celebrado de los aficionados al arte del blason viene siendo el hallazgo del escudo de armas de la ciudad de Castro, antigua capital de la provincia de Chiloé. Se ha encontrado el heráldico escudo en uno de los volúmenes del archivo de la Capitanía Jeneral que se custodia en la Biblioteca Nacional. Es el sello que usaba el Cabildo de aquella ciudad el año 1696 i que, probablemente, venia usándose desde tiempo atrás. El perfecto estado de conservacion en que se encuentra, permite hacer la descripcion del escudo de armas sin dificultad alguna.

La "mui noble i leal ciudad de Santiago de Castro" trae sus armas en escudo acuartelado: cuartel primero en jefe de gules i un castillo de oro, cuartel segundo de sinople i tres islas de oro, cuartel primero en punta tambien de sinople i tres islas de oro, cuartel segundo de plata i leon rampante de gules coronado de oro; por orla un rótulo que dice la mvy leal civdad de Castro; al timbre corona ducal i el collar del Toison de Oro ciñendo el escudo.

Hemos visto una copia de estas armas, perteneciente a don Abraham de Silva i Molina, quien la ha tomado del orijinal i hecho certificar convenientemente".

Vemos que aun en Chiloé se cultivaba el apego a los blasones que caracterizaba las colonias de España.

Por otra parte este hecho manifiesta la importancia relativa, durante el réjimen de la Colonia, de "la última ciudad del Nuevo Mundo i non plus ultra de la América". No fué poco el honor que le tributara el Rei de concederle un escudo tan rico. Concuerda este hecho con la reverente énfasis con que Menendez la menciona cada vez.

Páj. 9, nota: El Convento de San Francisco en Castro, destruido por el incendio mencionado, fué reedificado por los esfuerzos del P. Fr. Diego Chuffa i con ayuda del Presidente D. Manuel Montt i de las erogaciones de los fieles. ("El Estandarte Católico" de 15 de enero de 1885)

Páj. 10, testo: La punta Conef, que no venia señalada en los mapas anteriores, se halla marcada bajo el mismo nombre en el nuevo mapa de Chiloé por D. R. Maldonado (1897) en la estremidad Sur de la isla Vuta-Chauqui.

Páj. 15, nota: A los nombres jeográficos que terminan en "mó", pueden agregarse: Varillasmó, Vicuñamó, Inchemó, Cajonmó i otros.

Páj. 27: Con respecto a la Philesia buxifolia como compañera del Tepu tengo que hacer una lijera rectificacion: esa hermosa liliacea es mas propia aun del alerzal que del tepual. Recuerdo, sin embargo, haber encontrado la Phlesia en un tepual cerca de la ribera del mar en los Chonos. En cambio otra planta mui notable por sus lindas flores carmesí se halla de preferencia en los tepuales de Llanquihue i Chiloé; es la Columnea ovata, que puede rivalizar con la Philesia i se encuentra tambien a veces al lado de ella.

El suelo pantanoso de los valles australes no es el único lugar que habita el tepu. Se le halla en una situacion que hace cierto contraste con la que acabamos de describir i, segun parece, tambien con la de los demas mirtos conocidos. Sus arbolitos cubren densa mente las islitas roqueñas diseminadas en gran número en los canales del archipiélago de los Chonos, creciendo a flor de agua, de modo que sus ramas son bañadas por el agua del mar.

Páj. 38. Los ejemplares de la Libocedrus chilensis o Cedro de Nahuelhuapi, que remití al Dr. R. A. Philippi, tienen la espina de las valvas del estróbilo ménos saliente que en los de la Cordillera del Norte, disposicion relativamente inerme, que dió motivo al autor citado de establecer una variedad de este nombre.

Los limites de la zona que habita esta Libocedrus se estienden en el Norte hasta el grado 34° (Gay) i desde el lago Todos los Santos al O. hasta cerca de la confluencia de los rios Limai i Colloncurá al E; por el Sur su límite está incierto aun. No le encontré en las costas i alturas lluviosas de los Chonos i Taitao.

Agreguemos todavía como una curiosidad científica, que este árbol pertenece a los vejetales mas antiguos que habitan actualmente nuestro globo, porque existía ya en la época terciaria, segun lo demuestran sus restos encontrados en los depósitos de esa edad jeolójica.

Páj. 54 Fr. Juan Cazo y Gomez se halla apuntado bajo el número 305 en la lista de los misioneros de Ocopa.

Páj. 86 Por los descubrimientos de la 7ª Comision de Límites (1898) ha resultado equivocada la apreciacion del rio Blanco como rio de primer órden. El rio Manso es el que ejerce en la configuracion descrita el papel atribuido a aquel rio.

Páj. 101 Bernardo Philippi descubrió el lago Llanquihue en 1841, alcanzando hasta el rio Maullin que detuvo sus pasos. En 1845 recorrió todo su largo por la ribera del Oeste; le reconoció casi todo i llegó hasta Osorno, volviendo en seguida a Calbuco, donde le recibió su amigo el gobernador D. José Ramirez a quien trajo de regalo de los campos fértiles de la lejendaria ciudad un queso como un fidedigno comprobante de la realizacion feliz de su viaje.

Mas abajo debe decir: 1789 (en lugar de 1879).

Páj. 102 El padre Fr. Francisco Conejo se halla anotado en la lista, formada por Menedez en 1784, de los relijiosos de Ocopa establecidos en Chiloé.

Páj. 106 Debe decir: 1790 (en lugar de 1791).


Tomo II

Páj. 7 Un dato curioso, que echa mas luz sobre el lejendario camino de Villarica a Buenos Aires, debemos al benemérito historiador D. Pedro de Córdoba y Figueroa ("Coleccion de Historiadores", t. II p. 63; Francisco S. Astaburuaga . Diccionario). Dice: "En aquella enderechura la cordillera es baja i mas apacible o franca su un penetrable terquedad, ofreció senda para su tránsito, el cual se puede hacer cómodamente en las estaciones del año, aun en las mas ríjidas, cuya conveniencia no desestimaron los españoles todo tiempo que subsistió, teniendo frecuente comercio con Buenos Aires en carretas, de las cuales aun en el dia permanecen fragmentos, lo que recreció la conveniencia de las ciudades del obispado Imperial. El camino era mas abreviado i en todo mas cómodo que el que hoi frecuenta. El comercio con Buenos Aires facilitó el ingreso de negros, i de los que quedaron entre los indios cuando su destruccion, ha procedido una jeneracion de zambos que el dia de hoi, mas juntos que dispersos, manifestando en el pelo i color su projenio". Este autor escribió por los años de 1740 a 1745 (Astaburuaga).

Es singular que Córdoba y Figueroa atribuya a los fragmentos de carretas, de que habla tambien Rosales, segun vimos, un oríjen diferente del señalado por este autor. Es mas que probable que Córdoba no conociera la "Historia de Rosales" ni que tuviera noticia de la célebre espedicion de Jeronimo Luis de Cabrera. Aunque Rosales estuviera sin duda mejor informado que Córdoba, por haber visto las carretas abandonadas i por haber escrito a una época mucho mas cercana al suceso, la suposicion de Córdoba no carece de visos de probabilidad.

La importacion de negros desde Buenos Aires por la via de Villarrica es otro hecho efectivo que lama la atencion. Teniéndole en cuenta, es mas fácil comprender la relacion de Rosales, a que hemos aludido arriba, que los dos holandeses i un negro, despues del combate naval en el lago Epulavquen, escaparon por el camino de Villarrica i "vinieron a salir por Buenos Aires".

Páj. 14 Un rasgo biográfico, que pone en relieve la noble figura de Diego Flores de Leon, es que haya sido el único militar de la Colonia que se pronunciara por la memorable "guerra defensiva" preconizada por el filantrópico P. Luis de Valdivia para reducir a los indios. El mismo afirmaba aun haber sido el autor de este sistema (Barros Arana, l. c. t. IV p. 78, 93).

Páj. 21: Epulavquen es el nombre no solo de los dos lagos descritos por Rosales, sino tambien de dos volcanes "situados al lado del volcan de Villarica i no tan encumbrados (Rosales t. I, p. 203)", que corresponden talvez a las dos cumbres vistosas del volean Panguipulli. Es un rasgo de la jeografia antigua, que los lagos llevaban algunas veces los mismos nombres que los volcanes situados en su orilla. Así sucedia tambien, segun vimos, con los nombres Guañauca i Pata que se aplicaban indistintamente al lago i al volcan (Rosales, Menendez). Parece que estos elementos se consideraban unidos por una combinacion inherente a su naturaleza u oríjen, idea que se fundaba en el hecho que suele haber un volcan a la orilla del lago.

Es raro que existen otros dos lagos jemelos de la misma forma en la latitud de Chillan al pié del paso de Valle Hermoso en las fuentes del rio Neuquen. Llevan el mismo nombre "Epulavquen"; aparentan tambien la forma de una "alforja (Frick)" i abundan de pescado; su desagiie es el rio Dahuevi que es tributario del rio Neuquen (Comunicacion de D. Guillermo E. Cox, quien posee un fundo en sus inmediaciones). El coronel arjentino D. Francisco Host marca estos lagos en su escelente mapa (véase e. l. t. II p. 22) bajo el nombre L. Pulauquen i llama su desagüe rio Nahueve. Se reconoce fácilmente la identidad de estos nombres, cuya diferencia aparente depende de la pronunciacion algo diversa.

Páj. 62 La reciente publicacion del señor Tomas Guevara, Historia de la civilizacion de Araucanía (Anal. d. l. Univ. 1899, agosto p. 241) da importantes detalles sobre las prácticas de los brujos i menciona tambien su uso de venenos.

Páj 91 Subnota: José de Moraleda i Montero, Esploraciones Jeograf. é Hidrograf., Santiago 1888, publicadas en el "Anuario Hidrográfico" por Francisco Vidal Gormaz.

Páj. 119 i 130: He hecho arriba una lijera alusion a las inundaciones del Rio Negro i Sanquel, dando un corto estracto de los datos de Falkner sobre ellas. Las observaciones de este sabio autor habian llamado ya ántes tambien la atencion de D. Guillermo Cox, quien las reprodujo.

Como el invierno en curso ha traido un desastroso i nunca visto desborde de los rios de la Patagonia, será oportuno conocer íntegra esta clásica descripcion de Falkner de un fenómeno que no parece haber sido señalado por los autores modernos. Dice: "El segundo desagüadero (el Limai i rio Negro) es mui correntoso i su avenida sube estraordinariamente, si las aguas de las lluvias i de la nieve derretida bajan en el Oeste de los flancos de la Cordillera, la que se estiende desde el 35° basta el 44° Lat. S, por el espacio de 720 millas que tiene esta cadena de largo. Esta avenida del rio se hace tan repentina que a pesar de que se oiga de léjos el ruido que producen las olas al azotar las peñas, los indios tienen apénas tiempo de salvarse: las mujeres se ven mui apuradas para desarmar sus toldos i llevar sus trastes, miéntras que los hombres corren a arriar sus animales hacia los cerros. Causa a veces grandes desgracias: todo el valle está inundado i se ven toldos, ganado i a veces aun mujeres niños arrastrados por esa coriente vertijinosa e irresistible (l. c. p. 105)".

Es verdaderamente admirable esta gráfica descripcion, cuya exactitud palpamos al tomar conocimiento de los recientes desastres (fines de julio i principios de agosto) en las hoyas de los rios Negro, Neuquen i Chubut. Vemos el mismo cuadro de desolacion que nos habia pintado el ilustre Falkner hace casi siglo i medio. No podemos ménos de inclinarnos con respeto ante este eminente observador.

Lo único que hallamos de nuevo en las relaciones modernas es que tambien el rio Chubut participa de estas la undaciones, bien que se halle ya incluido en la area señalada por aquel autor. Como la colonizacion del valle de este rio data de pocos años, es natural que no poseamos datos sobre sus inundaciones anteriores.

Sabiendo que Chile tambien ha sido víctima, en los mismos meses, de estas terribles avenidas, i que en la rejion magallánica han caido nevadas mas copiosas que nunca, nos hallamos delante de un fenómeno jeneralizado, que asombra por su vasta estension i que es casi fuera de precedente.

Parece que la ciencia de la meteorolojía no puede darnos todavia la esplicacion de estas lluvias tan abundantes, que coinciden invariablemente con viento prevaleciente del Norte i con temperatura templada.

Debemos suponer la causa de ellas en grandes cambios atmosféricos acaecidos, fuera de la zona templads, en la tropical o tal vez en la antártica.

La opinion mas corriente (Darwin, Fonck, Dr. phil. Federico Geisse, véase "Petermann's Mittheilungen" 1866 p. 463) es que las lluvias, que caen en invierno en Chile i en la Patagonia, son debidas a la condensacion, en las cimas nevadas de la Cordillera, de los vapores acuosos traidos por los vientos boreales desde la zona tropical. En los inviernos lluviosos, como el de 1899, la atmósfera de las rejiones intertropicales debe haberse saturado, unos meses ántes, de mayor humedad que de costumbre. Si esta puede ser la esplicacion de la causa directa de la mayor abundancia de las lluvias en nuestra rejion, ignoramos por completo las causas del cambio supuesto en la dilatada zona ecuatorial. Solo observaciones exactas i continuadas, en el Pacífico al Sur del Ecuador i en el Océano Antártico por: una parte i en Bolivia i el Brasil por otra, podrán esclarecernos en lo futuro sobre el oríjen de estos estraordinarios fenómenos atmosféricos.

En cuanto a las inundaciones, es probable que sean causadas en invierno por la temperatura relativamente subida del ambiente en las alturas con viento Norte: gran parte de las aguas caidas baja directamente por las pendientes de la Cordillera sin conjelarse, razon, porque sus derrames se agolpan en los valles en cantidad tan considerable.

Páj. 184: El uso que el autor hace de la palabra "albarca," en lugar de "abarca", es justificado por el diccionario nuevo de la Academia; véase e. l. t. I p. 26.

Páj. 194 agréguese subnota 2: Benjamin Muñoz Gamero, Informe sobre su viaje, "El Araucano", abril 4 de 1850; Diario del Comandante B. M. Gamero, publicado con una introduccion biográfica por Nicolas Anrique P., Valparaiso, 1893.

Páj. 247 i 249, nota: Los testimonios positivos de varios compañeros del P. Sejismundo Guell, entre ellos el de su niño Francisco Silva, dejan fuera de duda alguna el hecho que el padre no llegó a Nahuelhuapi, a lo ménos no desde Chiloé. ¿Seria admisible suponer que haya llevado a cabo anteriormente un viaje a Nahuelhapi por algun otro paso situado mas al Norte? Notemos que De Moussy le hace volver a Valdivia.

Páj. 261 Véanse los datos mas completos sobre las aguas de Sotomó i las demas aguas minerales de esta rejion en Dr. Luis Darapsky Las Aguas minerales de Chile, Valparaiso 1890 p. 105-110.

Páj. 275 nota: En el mismo punto situado al pié del paso Perez Rosales i enfrente del ventisquero del Peulla detuvieron sus pasos en el siglo pasado el padre Guell i Moraleda, i en el nuestro el ilustre Muñoz Gamero. Solo su jóven e intrépido ayudante D. Juan Williams Rebolledo, el benemérito almirante, penetró a las espesuras del paso i alcanzó a divisar por entre las brumas el anhelado lago Nahuelhuapi ("El Araucano" 4 abril 1850).

Páj. 325, subnota: El Lago Oval es probablemente idéntico al lago en que nace el rio de las Patas (Steffen).

Páj 398: "Los vientos en el lago Nahuelhuapi en el verano son casi diarios; principian cuando el sol calienta los arenales de la pampa, rarificando el aire en ellos i atrayendo naturalmente el aire frio de la Cordillera, i aumentándose la intensidad de la corriente hasta declararse algunas veces en los huracanes pamperos. Los que yo esperimenté en la navegacion del Lago fueron mui fuertes: casi zozobramos (D. Guillermo E. Cox, comunicacion de 25 de setiembre de 1899)". Hé aquí una confirmacion de las observaciones de Menendez sobre la fuerza i duracion de los temporales en este lago.

Páj. 426: Es significativo de la gran afluencia de indios viajeros a Nahuelhuapi este segundo dato que treinta i dos toldos de Huiliches la tentaban atacar a la comitiva de Menendez. Estos indios eran diferentes de la partida mas numerosa aun de Chulilaquin, quien se mantenía reservado. Juntos pasaban de 600 almas.

Páj. 436. La piragua, diseñada por Menendez i reproducida en la pájina citada, es la misma embarcacion, la "corva góndola", en que el ínclito poeta Alonso de Ercilla i el licenciado Julian Gutierrez de Altamirano atravesaron el canal de Chacao el dia 28 de febrero de 1558, fecha del descubrimiento del Archipiélago.

La piragua usada a fines del siglo pasado i representada por nuestro autor es algo diferente de aquella primitiva de los isleños: sabemos que esta carecia de vela i palo, como tambien de timon, mejoras importantes que se fueron agregando a ella con el tiempo. Con todo su casco de tablones cocidos i las falcas, señalados perfectamente en nuestro diseño—el único que existe—son los mismos de aquella lejendaria embarcacion.

Páj. 446, subnota, dice: ...Indics bárbaros de Chiloé...

Páj. 463: Sobre la necesidad, demostrada por la guerra española-americana (aun ántes de que esta estallara), que las republicas latinoamericamas deben unirse, véase una alusion de D. Roberto Huneus, Mis Confesiones de Viajero, "La Revista de Chile", setiembre de 1899, t. III p. 143.

Páj. 477 Sobre el prisma orográfico vea: Georg Landgrebe, Grundzüge der physikalischen Erdkunde, Leipzig 1861, I, 339; Barros Arana, La cuestion de Límites, Acápite III; "Orografía" p. 25 i 38; e. l. t. I p. 95.


Nota sobre el Plano.

He esplicado en el Prefacio los principios que me han guiado en la elaboracion del "Plano". No estará demas tocar todavía algunos detalles en este lugar.

No pudiendo disponer, a consecuencia de mi residencia en el campo, del ausilio de un cartógrafo de profesion, he tenido que valerme, para la confeccion del Plano, de un método empírico i elemental, que no satisface sin duda las exijencias de la ciencia, pero es suficiente para dar una idea clara i medianamente correcta de la rejion que representa: no he aspirado a una exactitud matemática i espero que mis lectores no la pidan tampoco. Con todo creo que el Plano, aparte del mérito de su rico material histórico, podrá figurar al lado de las cartas jeográficas existentes por cuanto ellas ofrecen tambien visibles diferencias, debidas a observaciones i cálculos de los autores, que difieren hasta medio grado de lonjitud (en la confluencia de los rios Limai i Colloncurá), lo que me ha hecho difícil coordinarlos correctamente.

He adoptado la escala de 8 mm (0,008) para cada minuto o milla náutica de 60 millas de 1854m por grado de latitud de 111,300 m. Estos elementos dan una cifra irracional (1:231750), que no se presta para medir las distancias segun el sistema métrico. Para el cálculo de la lonjitud he usado la escala aproximada de 6 mm (0,006)=1 minuto.

Por la razon espuesta el dibujo del mapa por el señor Hugo Dempwolff en Concepcion i su reproduccion litogrática por el señor Luis Kober en Valdivia se han resentido tambien de ciertas dificultades, que fueron aumentadas por el gran tamaño de la hoja, que necesitaba para inscribir el abundante material disponible de datos. Ademas el invierno tan lluvioso ha influido igualmente de un modo desfavorable en su ejecucion: la tardía comunicacion postal que hizo difícil el acuerdo tan necesario, i la gran humedad del ambiente, de que se impregnó el papel han entorpecido la correccion e impresion. Agradezco a estos intelijentes cooperadores su buena voluntad para dejar el Plano a satisfaccion.

Para dilucidar la estructura de la Cordillera i la cuestion de límites, que depende de ella, he tenido el cuidado especial de señalar de un modo visible los pasos, indicándolos por un signo nuevo i estrictamente orográfico, que se diferencia del usado comunmente por llevar una forma que corresponde a su configuracion, imitándola en cierto modo. Es igual al dibujo hecho a lápiz de una cadena, en su forma típica i mas sencilla, i figura bien el vértice divisorio de las aguas i la union de los macizos por el eslabon, que, por ser su parte mas baja i angosta, ofrece las condiciones mas adecuadas para trasmontarla.

Creo que este signo se podria perfeccionar aun un poco mas, haciendo las líneas lijeramente diverjentes hácia afuera, en lugar de paralelas como vienen en el Plano.

Me permito recomendare signo a los jeógrafos de profesion, por si le juzguen aceptable.


CUADRO CRONOLÓJICO DE LOS VIAJES DE MENENDEZ
N.ro Destino Salida Vuelta Dias
Fecha Puerto Fecha Puerto
I Istmo de Ofqui ? dicbre. 1778 Castro 7 maz.º 1779 Castro ?
II Guayaneco 11 octbre. 1779 Castro" 11 ener.º 1780 Castro" 93
III La Cordillera. 11 dicbre. 1783 Castro" 6 febr.º 1784 Castro" 58
IV La Cordillera" 18 novb. 1786. Castro" 19 ener.º 1787 Castro" 57
V Nahuelhuapi 3 enr.º 1791 Castro" 4 maz.º 1791 S. Cárlos 71
VI Nahuelhuapi" 21 novb. 1791. Castro" 6 febr 1792 S. Cárlos" 78
VII. Nahuelhuapi" 9 enr.º 1793 S. Carlos 4 abril 1793 S. Cárlos" 86
VIII Nahuelhuapi" 8 enr.º 1794. S. Cárlos" 11 maz.º 1794 S. Cárlos" 63



FIN
FIN

  1. A pesar de haber puesto la atencion posible para evitar los errores de imprenta, no se ha logrado eliminarlos del todo. Felizmente son de poca consecuencia, reconociéndose como tales a primera vista. Ruego al lector de perdonarlos i pasarlos por alto.