Política de Dios, gobierno de Cristo/Parte I/XVIII
XVIII
A quién han de ayudar, y para quién nacieron los reyes. (Joann., cap. 5.) | |
¡Grandes cosas puso Dios delante a los reyes en este capítulo! ¡Terribles voces los da con su ejemplo! | |
Y para ver que el rey es representado por el hombre de esta piscina, se advierta que representándose el linaje humano en este desamparado, le mira Cristo y le pregunta si quiere sanar, y responde: Hominem non habeo: «No tengo hombre». A esto no se respondió hasta que Pilatos coronó a Cristo, y le puso cetro y púrpura y todas las insignias reales, y le condenó a muerte de cruz, donde le llamó rey. Entonces, sin saber lo que decía, respondió al linaje humano diciendo: Ecce Homo: Ves ahí el hombre que te faltaba. El buen rey no ha de faltar a ninguna necesidad. ¡Gran nota para la conciencia de un rey, cuando con verdad dice alguno de sus vasallos: «En necesidad estoy, porque no tengo hombre»! |