Gramática de la Lengua Castellana: 2.1
En la primera parte se ha tratado separadamente de cada una de las partes de la oracion. En esta segunda se ha de tratar del modo de unirlas, trabarlas, ó enlazarlas entre sí de manera que formen la misma oracion de que son partes. Esta union, trabazon, ó enlace, se llama entre los gramáticos sintáxîs, ó construccion, y sus reglas se reducen á declarar el órden con que deben juntarse las palabras para expresar con claridad los pensamientos.
Aunque mucho de esto se ha tratado en varios lugares de la primera parte por la conexîon que tiene el oficio de las palabras con su construccion, se ha reservado lo mas general para esta segunda parte.
Hay un órden natural de colocar las palabras, que se funda en la naturaleza misma de las cosas.
Este órden pide que el nombre sustantivo prefiera al adjetivo, porque ántes es la sustancia que la calidad: que quando el nombre representa al sugeto ó pesona que hace, prefiera al verbo, porque ántes es el agente que la accion. Pide que el verbo prefiera al nombre, quando este es el objeto, ó término de la accion; y al adverbio que califica ó modifica la significacion del verbo.
Es conforme al órden natural decir las cosas con aquella antelacion que tienen por naturaleza ó mayor dignidad: v. g. oriente y occidente: nacer y morir: cielo y tierra: Sol y Luna: dia y noche. Quando se trata de personas, es natural decir: yo, tú, aquel, y así se observa en la Gramática, aunque por cortesía mal entendida dexamos en la conversacion el yo para lo último.
Si hay necesidad de nombrar dos, ó mas personas á un tiempo, es natural nombrar ántes al varon que á la hembra, como: el padre y la madre: el marido y la muger: el hijo y la hija.
Si se nombran pueblos, ántes se dice ciudad que villa, y villa que lugar. A esta semejanza deben tener preferencia en el órden de nombrarse otras personas y cosas, que la tienen por su mayor dignidad.
Como este órden tiene por principal objeto la claridad, pide tambien que no haya falta, ni sobra de palabras, y que tengan entre sí la debida concordancia.
Pero este órden natural se perturba ó invierte muchas veces para mayor suavidad, elegancia, ó viveza de la expresion, segun lo pide el asunto de que se trata, y la situacion de las personas que hablan.
Menos perturbacion de órden se hallará en las palabras del que habla en una conversacion tranquila, que en las del que está agitado de alguna pasion vehemente: menos por conseqüencia en el estilo familiar y didáctico, que en el oratorio, y poético.
Llámase construccion natural la que observa con exâctitud este órden, y construccion figurada la que no le observa. La construccion natural consta de régimen y concordancia.