Geografía (DEIE)/Corrientes
Geografía : Corrientes
Son unos movimientos grandes que llevan las aguas del mar en una dirección particular. Cuando se llega á los treinta y nueve grados de latitud y diez y seis de longitud se empiezan á sentir los efectos de la corriente que desde las islas Azores se dirige al estrecho de Gibraltar y las Canarias. Esta corriente es la causa de la diferencia que existe entre el camino que los marinos creen haber recorrido y el que han recorrido realmente.
Examinando el atlántico se distingue una dirección opuesta del movimiento, de las aguas en varios puntos. Entre los trópicos, desde el Senegal hasta el mar de las Antillas, la corriente general que es la que se conoce desde tiempo mas remoto, se dirige de oriente á occidente. Su rapidez media es de nueve á diez millas náuticas en cuarenta y dos horas. Esta corriente es la que se designa con el nombre de corriente equinoccial y que parece ocasionada por el impulso que los vientos dan á la superficie de las aguas.
El GULFSTREAM, otra corriente bajo el paralelo del cabo Cañaveral, y cuya rapidez es algunas veces de cinco millas náuticas por hora, se dirige al nordeste. Se reconoce por la temperatura elevada de las aguas, por la mucha salobridad y color azul añil de estas y por el calor de la atmósfera que la rodea. Al este del puerto de Boston, tiene cerca de ochenta millas marinas de anchura. Desde el banco de Terra-Nova hasta las islas Azores, el Gulfstraem se dirige al este ó al este-sud-este. Esta corriente es la que dió á Cristóbal Colon indicios de la existencia de las tierras occidentales (América). Se dice que arrastró á las costas de las Azores dos cadáveres de hombre de una raza desconocida y trozos de bambú de un grueso enorme. Un brazo del Gulfstraem se dirige del sudoeste al nordeste hacia los costas de Europa; lleva á las costas de Irlanda y de la Noruega árboles y frutas de la zona tórrida. Los restos del Tilbury, buque que se incendió en la Jamaica, se encontraron en las costas de Escocia.
Las causas de las corrientes son muy multiplicadas. Las aguas pueden ponerse en movimiento por un impulso exterior, por una diferencia de calor y de salobridad, por la desigualdad dé la evaporación en diversas latitudes, y finalmente por las presiones variables de los diferentes puntos de la superficie de los mares. Muchas de estas causas tienden á producir ya el mismo efecto, ya otros diferentes. Hay también una corriente inferior la cual tiene su dirección del polo al ecuador.