Cancionero (Petrarca)/Huyendo el hierro donde Amor me había
Huyendo el hierro donde Amor me había
sujeto a padecer lo que a él agrada,
cuánto la nueva libertad me enfada
largo, señoras, de contar sería.
Decía el corazón que no sabría
vivir solo; y hallé en la fuga errada
a aquel traidor en prenda tan taimada
que a más sabio que yo engañado habría.
Y así, mirando atrás mientras le huyo,
dije: «¡Ay de mí, cadenas, yugo y cepo
más dulces eran que este andar sin hierro!
¡Triste de mí, que tarde el mal increpo
y ahora con tal fatiga me escabullo
de aquel que debo a mí pasado yerro!».