Cancionero (Petrarca)/Era el cabello al aura desatado
Era el cabello al aura desatado
que en mil nudos de oro entretejía;
y en la mirada sin medida ardía
aquel hermoso brillo, hoy ya apagado;
el gesto, de gentil favor pintado,
ya sincero o ya falso, lo creía;
ya que amorosa yesca en mí escondía,
¿qué mucho que me viera así abrasado?
No era su andar cosa mortal grosera,
sino hechura de ángel; y sonaba
su voz como no suena voz humana:
un espirtu celeste, un sol miraba
cuando la vi; y si ahora tal no fuera,
no porque afloje el arco el daño sana.