Cancionero (Petrarca)/Al caer de una planta, que arrancada
Al caer de una planta, que arrancada
fue como aquella que aire o hierro tope,
dando a tierra su rama coronada,
mostrando su raíz flaca y miope,
de Amor vi otra objeto señalada,
sujeto en mí de Euterpe y Caliope,
que al pechó se abrazó, e hizo morada,
como yedra que muro o tronco arrope.
El vivo lauro, en que solía ser hecho
mi pensamiento y mi suspiro ardiente,
de cuyas ramas nunca faltó hoja,
al cielo transplantado, en este pecho
de suerte echó raíz que aún hay doliente
voz de quien llame, y no quien la recoja.