Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi/Apéndice II

II
PROGRAMA OROGRAFICO [1]
1.

La cordillera de los Andes en jeneral i especialmente la Cordillera Austral es una montaña de cadena ("Kettengebirge") en sentido riguroso.

La significativa palabra "Cordillera" interpreta admirablemente este tipo de montaña de curso recto, contínuo i casi infinito [2].

2.

Debida a esta estructura su línea culminante es idéntica a la linea divisoria de las aguas.

Es regla ademas, en caso de haber mas de una cadena o cordon principal, que la primera, la del lado del Pacífico, divide casi invariablemente las aguas [3], de modo que se pueda presumir que un cordon, que no las divida, sea solo un cordon lateral i secundario.

3.

El principio del prisma como base de toda montaña de cadena rije tambien la Cordillera Austral, puesto que la verdadera cumbre de ella, es decir su mayor altura media i su potencia cúbica absoluta, es marcada por la línea divisoria de las aguas, que corresponde al vértice del prisma.

4.

La estructura uniforme de cadena es afectada i en parte ofuscada a primera vista por la aparicion del elemento volcánico que comunica un carácter diferente a sus dos pendientes: se presenta en forma de conos agudos en la falda del poniente, i en forma de capas horizontales en la oriental.

5.

La pendiente occidental es caracterizada por la configuracion especial de sus cordones laterales: despues de arrancar estos de la cadena central i divisoria de las aguas, toman una direccion mas o ménos diagonal, a veces casi lonjitudinal; están encumbrados en este curso por cerros altos i nevados i caen bruscamente al llano o golfo intermedio, terminando al borde de estos en uno o mas volcanes escalonados en línea recta al pié de la Cordillera [4].

Se reconocen tres secciones en el curso de cada cordon lateral: la primera mas o ménos alta unida a la cadena central, la del medio que es mui alta i lleva una direccion diagonal i por último, en la parte terminal, el volcan situado a orla del llano o mar.

Creo ademas que la intercalacion descrita de cerros nevados i volcanes al curso de los cordones laterales no altera la estructura fundamental de la montaña en forma de prisma

6.

Podemos distinguir dos tipos de estos cordones laterales:

1.) cordones relativamente cortos de direccion trasversal o, las mas veces, diagonal, ejemplo: los cordones que finalizan en el volcan Descabezado, en el Villarica, en el Osorno.

2) cordones mas largos de direccion diagonal o casi lonjitudinal, ejemplo: los cordones que faldean el alto Biobio, el rio Huauhum el Manso, el Puelo, etc, i terminan respectivamente en los volcanes Tolhuaca, Reñihue (?), Calbuco i Yate. Entre ellos i la cadena central se estiende un valle lonjitudinal recorrido por la parte superior de los rios nombrados.

7.

Resulta una configuracion especial, si dos cordones de la segunda clase salidos de la cadena centra en direccion diagonal converjente se acercan al fin de su curso en sus estremidades i limitan juntos un valle lonjitudinal de doble largo, ejemplo: los valles de los rios Manso i Puelo (casi completo en nuestros dos Planos).

Los dos cordones de esta configuracion aparentan, en su parte alta i diagonal del medio, un solo cordon largo i perforado en la abertura del valle por el rio, i son considerados como tal por varios autores i aun como la cadena principal (Moreno)

8.

Si tenemos presente que cada seccion de aquel largo cordon está separada de las que le siguen al Norte i Sur, por el valle de un rio i que su parte superior converje hácia la cadena central i la inferior hácia el mar, es evidente que el cordon, de que se trata, no es una cadena indepen diente, sino que es un conjunto construido artificialmente de las fracciones correspondientes de los cordones laterales. Las cumbres nevadas del medio, consideradas separadamente, son los frontones de estos; para formar una cadena les falta la continuidad. Es verdad que frente a ellas en direccion meridional, hai otros cimas de igual carácter, pero no tienen conexion orográfica unas con otras. Estas cumbres no corresponden por eso "al encadenamiento principal" [5], establecido por el Protocolo e invocado constantemente por el señor Perito de la Arjentina para colocar sobre ellas la línea de la frontera.

El caso dilucidado a pájina 231 i siguientes de este libro, en que el rio Manso i el rio Puelo, que pertenecen a una misna hoya fluvial, son cortados ambos a un nivel mui bajo i a distancia de pocas millas por la supuesta línea culminante i la línea arjentina de frontera,—es un magnífico ejemplo correlativo, que prueba de un modo coneluyente, que las fracciones intermedias no forman cadena, sino que pertenecen a cordones laterales diferentes, de modo que mal se interpretan como cordon atravesado i mucho menos como cordon principal encadenado.

Véase tambien la regla que acabamos de formular en el núm.3

9.

Otro distintivo mui bien caracterizado i de sumo valor para la interpretacion de la estructura de la Cordillera austral es la altura relativa de sus valles: los de la pendiente occidental se hallan constantemente a un nivel mas bajo que los situados igual latitud en la falda oriental [6].

Todos los valles principales de la pendiente del Pacífico suben lentamente del mar hasta el pié de la cadena central, de modo que el nivel de su suelo queda relativamente bajo, ejemplo: el lago Taguatagua cerca del mar 43 m. i el lago Puelo Superior 230 m, situado en el valle del rio Puelo al pié de un macizo central. Mientras tanto el lago Nahuelhuapi, que domina la falda oriental de la Cordillera, está a 740 m. segun el cálculo mas bajo [7].

El ejemplo mas pronunciado de esta diferencia, de que tenemos conocimiento, es el de dos lagos situados a poca distancia i en latitud austral: el La Plata que desagua hácia el Atlántico i tiene 940 m sobre el mar, i el de Buenos Aires que cae al Pacífico i está solo a 250 o 300 m.

Parece que ningun lago de la falda oriental tiene ménos de 600 m. sobre el ma.

10.

Esta condicion es la prueba mas convincente que los valles no son atravesadores o perforadores (Dr. J. Steffen), sino que su estructura es igual a la que se observa en el Norte de Chile, porque es una lei sin escepcion, que la parte de los valles que se encuentra a la espalda de una cadena o cordon, que atraviesan mas abajo, es relativamente mui alta, hallándose por término medio a mas de la mitad de la altura de la línea culminante de la montaña.

Si hubiera realmente valles atravesadores en esta Cordillera, se hallarian a mayor altura que los valles que bajan de la falda oriental. Vimos que sucede todo lo contrario.

La elevacion considerable de la altiplanicie patagónica da a la pendiente oriental de la Cordillera un carácter especial: como el pié de la montaña se halla enterrado en las gruesas capas de detrito que cubren aquella, ella se eleva poco sobre el nivel de la Pampa, de modo que presenta de ese lado un aspecto mucho ménos imponente que desde el Pacífico. Esta es, a lo ménos en parte, la razon de que la cadena divisoria de las aguas no sea reconocida como la principal por varios viajeros al cruzar la Cordillera del Este al Oeste. El factor que sigue obra en el mismo sentido.

11.

Carácter ártico de la parte mas austral de la Cordillera i de la Patagonia misma.

A la accion del hielo de la época glacial debe la cadena divisoria de las aguas su módica altura, sus formas redondeadas, su declive suave, su aspecto de pampa pedregosa i desolada, que la hace confundir con la verdadera pampa—condicion jeneral de las montañas árticas i tambien de nuestra Cordillera sub-antártica.

Los poderosos ventisqueros actuales trabajan en sentido análogo, aunque en menor escala.

12.

El cordon de los Baguales (o de la Vizcacha) continua la Cordillera al Sur del rio Santa Cruz.

13.

Virgacion i depresiones en su curso (el llano de Diana) ántes de hundirse definitivamente.

14.

Fin de ella en el cabo Froward (?).

15.

Método breve para fijar la línea divisoria de las aguas i de la frontera trazando desde la cumbre del paso en cada lado una línea a las cimas mas inmediatas del mismo cordon [8].

16.

Apreciacion jeneral: La configuracion en que la division de las aguas se halla sobre un cordon cuyo carácter de principal o central no admite duda alguna (toda la Cordillera del Norte, Puyehue, Perez Rosales, lago La Plata, la rejion del rio Santa Cruz, etc.), alterna con otra (Lonquimai, Chapeleo, paso Guillelmo, Diez i Seis de Octubre etc.) en que hai en apariencia dos cordones, uno mas alto al Oeste i otro al Este que divide las aguas[9].

Como los dos tipos alternan, juzgamos que aquel sea el verdadero i fundamental, cuya estructura sea la mas sencilla i cuyo atributo esencial la continuidad o el encadenamiento, sea constante en todo el curso de la interminable montaña de cadena que llamamos la cordillera de los Andes. Los fragmentos del supuesto alto cordon lonjitudinal del Oeste se hallan separados por depresiones que bajan casi al nivel del mar, pero el cordon contínuo que divide las aguas guarda siempre una altura correspondiente. De lo que debemos concluir que aquellas cimas, por altas i poderosas que se presenten, son solo un factor secundario, i que el cordon del Este es el que constituye la verdadera cumbre de la Cordillera. Entre estos dos tipos es preciso pronunciarse en definitiva por él que sea el constante.

Corolarios

Los principios desarrollados en el "programa" que precede, representan las teorías antiguas de Humboldt[10], el gran sabio quien nos ha enseñado la estructura de la cordillera de los Andes. Los observó principalmente en la rejion tropical de la América del Sur, en que existen dos o tres cadenas paralelas; estableció ya el hecho que el cordon que mira el Pacífico es casi constantemente el divisor de las aguas, de modo que los rios atraviesan en direccion al Atlántico. Señaló ademas las estensas altiplanicies que se estienden entre las dos primeras cadenas, en las que mece, por ejemplo, sus aguas el gran lago Titicaca a una altura prodijiosa sobre el mar. Este caso deja entrever que si existiera realmente en nuestra Cordillera el supuesto cordon del encadenamiento principal arjentino, habriamos tenido al Este de él una altiplanicie marcada i mas alta que la que existe efectivamente al pié oriental de la Cordillera. Vimos que sucede todo lo contrario: tenemos terreno bajo al Oeste, terreno alto al Este, de lo que podemos deducir, que el cordon cuestionado no es la cadena principal sino solo un cordon lateral. Es claro por lo demas que solo cordon principal acumulará capas altas de detrito sobre el suelo de sus valles.

Un ejemplo sacado de los datos que debemos a Humboldt esclarecerá esta cuestion: Quito, la lejendaria capital del Ecuador, está situada en una altiplanicie entre dos cadenas a la altura de 2850 m al pié del volean Pichincha; de la falda de este volcan baja el rio Perucho al Pacífico, uno de los rios del todo escepcionales que nacidos al Este de la primera cadena vierten sus aguas hácia el Oeste. Este rio perfora efectivamente esta cadena corriendo por un valle atravesador, miéntras que todos lo demas rios de esa vasta zona atraviesan la segunda cadena en direccion al Atlántico (véase "Orografía" p. 86).

La altiplanicie de Quito tiene una altura que es casi la mitad de las cumbres mas altas de esa zona de la Cordillera.

¡Cuán diferentes se presentan las condiciones en la Cordillera austral!

El lago Puelo Superior situado a pié de la cadena divisoria de las aguas i del cerro de los Castillos de 2000 tiene solo 230 m sobre el mar (Steffen), es decir se halla a ménos de la cuarta parte de la altura del cerro culminante inmediato. Se podrian aducir muchísimos ejemplos análogos.

Esta comparacion demuestra a las claras que el rio Puelo no perfora que vierte sus aguas al Pacífico por un valle que no atraviesa, i que por consiguiente las cumbres que acompañan su curso superior al Oeste no pertenecen a una cadena central sino a un cordon lateral.

Si echamos una mirada retrospectiva a esta conformacion en la edad jeolójica mas remota de la Cordillera, cuando esta principiaba a surjir de la Tierra, nos convencemos que estos valles estuvieron siempre abiertos i que sus rios se vaciaban siempre en la misma direccion. Conforme la Cordillera se elevaba, su suelo tambien se llenaba en altura pero lenta i gradualmente [11]. Las aguas corrieron desde entónces de la cumbre de la cadena central i divisora lo mismo que hoi dia. Miéntras tanto se fueron elevando mas al Oeste i en el trayecto de los cordones laterales las nevadas cimas traquíticas (eruptivas) i los volcanes. Estos adornan en la actualidad como festones los lados del prisma de la Cordillera, miéntras que su canto marca siempre la cumbre tectónica de la Cordillera i del Continente.

Los autores modernos se complacen en negar la estructura regular el las montañas en jeneral i aun de la cordillera de los Andes [12], que se ha considerado hasta ahora como el tipo mas puro de una montaña de cadena regular. Entendemos que las opiniones de estos autores basadas sobre observaciones en los Alpes i otras montañas de Europa [13] no cuadran bien con la estructura de la Cordillera Austral. Parece que esta montaña marjinal i de direccion meridional i acompañada en todo su trayecto de otra cadena independiente i típica, la cordillera de la Costa, se presta tan bien a la antigua teoría de Humboldt, que no hai razon fundada para abandonarla.

Para comprender mejor la estructura de nuestra Cordillera conviene compararla con algunas otras montañas de tipo mas o ménos análogo. Se ofrece allí como un ejemplo mui instructivo i aplicable a ella la cordillera de los Kjölen en el Norte de la gran Península Escandinava i en la zona ártica.

El cordon central de los Kjölen es una cadena de mediana altura, de perfiles suaves, de ascenso lento i de superficie pedregosa i desierta. De sus flancos descienden altos cordones laterales que encierran por cada lado los esteros o fjords de la Noruega—conforme al tipo glacial pacifico de costa que rije tambien en la nuestra.

La semejanza con la parte austral de la Patagonia es casi perfecta aunque la aparicion del elemento volcánico en la falda occidental de la Cordillera distinga la costa del Pacífico, haciendo su estructura mas variada que la de Noruega.

Con todo en cuanto al papel que corresponda a la cadena central de nuestra Cordillera, tendremos que interpretar su estructura de la misma manera como se juzga jeneralmente la de los Kjölen. El cordon central i divisorio de aguas de esta Cordillera, con aspecto de una altiplanicie desierta i suavemente inclinada por cada lado, forma el limite entre Suecia i Noruega.

Este ejemplo interpreta mui bien el carácter ártico o sub-antártico de nuestra Cordillera. Tenemos aquí tambien un cordon central altura relativa, de pendiente suave i de aspecto árido i pedregoso[14]. La lámina XVIII del "Divortium aquarum en las nacientes del Arroyo Pico" en los "Apuntes preliminares" del señor Moreno representa perfectamente una cumbre de Cordillera de esa latitud i condicion especial bien que el autor nombrado la interpreta de un modo diverso.

Quisiéramos ver en este caso i los demas análogos, no una acumulacion de las morainas de los grandes ventisqueros de la época glacial (Moreno), sino la denudacion i abrasion de las cumbres del cordon central por la accion de la nieve i del hielo durante esa misma época, las cuales efectuaron i se efectúan todavía en las cordilleras situadas en la zona ártica. Hemos demostrado en otra ocasion que la Patagonia austral participa del carácter ártico, estableciendo para toda ella una zona subantática [15].

Otro ejemplo hallamos en la continuacion de nuestra misma cordillera de los Andes en la América del Norte, es decir en las Montanas Rocosas. Estas son formadas de dos cordones secundarios (en la costa la Sierra Nevada, en el medio la sierra de las Cascadas que tiene algunos volcanes) i de la cadena principal i divisoria de las aguas al Este; estos cordones corren a distancias considerables uno de otro, pero se hallan ligadas entre ellos, formando en su conjunto un sistema de montaña; al oriente de la última cadena, que representa la cumbre de esta cordillera, sin ser siempre la mas alta, se estiende la "Prairie", una vasta altiplanicie suavemente inclinada.

El viajero que viene del Atlántico, despues de haber pasado cómodamente la cadena principal, tiene que atravesar la Sierra Nevada ya casi a la vista de Pacífico, por un paso ausiliar mui alto en que se ve rodeado de nieve. Igual cosa sucedió en nuestra Cordillera a Menendez en sus primeros viajes al Vodudahue en el paso que lleva su nombre, i sucederá a los viajeros que atraviesen en adelante un alto cordon lateral de nuestra rejion.

Veo en la Cordillera Austral una forma condensada de las Montañas Rocosas, en la cual los diversos cordones de estas se hallan reunidos en un solo sistema de Montaña dominado tambien por la cadena principal situada mas al Este, miéntras que las pampas casi ilimitadas de la Patagonia, que bajan de su pié oriental, ofrecen una notable analojía con la "Prairie".

Darwin, el primer esplorador científico de la Patagonia, nos ha legado un diagrama de las pampas patagónicas tan debatidas [16], que habia escapado hasta ahora a la atencion de los autores que se han ocupado de la orografía de la Patagonia. Demuestra gráficamente el ascenso contínuo i por grados de sus capas, que ocupan un volúmen enorme, desde la costa del Atlántico hasta cerca del pié de la Cordillera; es cierto que el diagrama queda incompleto, por no alcanzar esta misma, para haber demostrado el contacto de los dos. Sin embargo es lójico inferir, que estas capas descendidas del Oeste deben haber tenido su oríjen en la primera cadena contínua, que se presente en esa direccion, i que ellas descansan con su encabezamiento en los flancos de esta.

No cabe duda pues que esta cadena, la mas oriental, como en las Montañas Rocosas, i la misma en que el señor Barros Arana ha reconocido la division de las aguas, constituye la verdadera cumbre de la Cordillera, el espinazo de la Península Austral, i que aquella, i no otra, debe ser el cordon principal en que los autores arjentinos desean colocar la frontera.

Debo invocar todavia la autoridad de un viajero mui distinguido, el Dr. Hugo Zapalowicz de Viena, en defensa de la regla que he formulado sobre la estructura de los cordones laterales de la pendiente occidental (Programa números 5, 6, 7 i 8). Su hermosa obra rica en datos, aunque de módica estension, se publicó simultáneamente con mi ensayo orográfico. ("Introduccion 1893"), de modo que nuestras opiniones se han formado independientes [17].

Segun Zapalowicz los Andes de la rejion comprendida entre el lago Nahuelhuapi i el paso de Villarrica están formados de una serie de cordones laterales paralelos de direccion SE. a NO. que están unidos, en la frontera arjentina chilena por el lomo o la cadena o cumbre principal ("Hauptkanun"), cuyos eslabones corren de N. a S. i ligan estos cordones laterales en la mitad de su curso—; la cumbre principal es jeneralmente mas baja que estos—; la estructura de los cordones laterales obedece a un tipo mui especial: están coronados por cimas mui elevadas, llevan constantemente una direccion diagonal i terminan al borde del gran Llano de Chile en volcanes; corresponden a una línea de la erupcion mas fuerte, que se estiende no solo por la pendiente del Oeste sino que continúa tambien en la misma direccion por la del Este, cruzando la cumbre principal; considera esencial para esta configuracion que la direccion de todos estos cordones laterales sea del SO. al NE.; traza en su mapa cuatro líneas correspondientes entre Nahuelhuapi i Villarrica; la primera de ellas comienza en el cerro Tipileuque a espaldas de Junin, pasa por el volcan Lagnin (su "Co. Copernico"), sigue por el volcan Quetrupillan i termina en el de Villarrica—; la frontera corre por la cumbre principal [18].

Tenemos en la descripcion que precede una delineacion de los cordones laterales que es casi completamente idéntica a la nuestra; el autor demuestra claramente, lo mismo que nosotros, que los altos cerros de la pendiente del Oeste pertenecen a los cordones laterales, que se desprenden de la cumbre principal al Este, continuando su curso en direccion diagonal i terminando en volcanes al borde del Llano—; está mui léjos pues de admitir un cordon meridional formado de las altas cimas situadas en el curso de los diferentes cordones laterales, como lo hace el señor Moreno, trazando sobre él su línea de frontera.

Segun la esperiencia obtenida en las esploraciones mas recientes en el Sur, la direccion de los cordones laterales indicada por Zapalowicz no es constante, sino que se observan tambien altos cordones de rumbo NE. a SO. En el territorio que acabamos de describir ocurren cordones diagonales, del todo iguales en lo demas a los descritos por el autor, de la direccion señalados por él i otros de direccion inversa NE. a SE (en lugar de SE. a NO.), como por ejemplo nuestro "alto cordon lateral" que faldea el rio Staleufu [19].

Parece que la direccion de la línea de erupcion mas fuerte, sea que esté constante sea que esté variable, no es un factor de importancia primordial. Será materia de nuevos estudios indagar las reglas a que obedezcan estas diferencias: la jeolojía nos dará en lo futuro la esplicacion de esta estructura tan rara de los cordones laterales. Prescindiendo de este elemento secundario, la teoría del Dr. Zapalowicz es una plena confirmacion de la nuestra i tanto mas valiosa para la correcta apreciacion de la estructura de la Cordillera i por consiguiente tambien de la cuestion de límites, por cuanto se ha formado independientemente i viene de persona imparcial.

Apoyado en la autoridad de los ilustres sabios Humboldt i Darwin i ayudado por la opinion mui respetable del ilustrado viajero de Viena, no vacilo en mantener mi teoría aun en contra de la del honorable señor Perito arjentino D. Francisco P. Moreno.

Tributándole mi respetuosa amistad i apreciando mui en alto el mérito de sus trabajos jeográficos, me es sensible i difícil a la vez hacer frente a su prestijiosa autoridad, pero aunque sus observaciones sean completamente exactas, dudo que las interpretaciones que dé de ellas sean siempre correctas; ademas el problema de que se trata es de incuestionable importancia práctica, de modo que me veo obligado a defender mi teoría.

El señor Moreno difiere de mi opinion porque ha corrido su línea de frontera por los cordones laterales del Oeste, que considera como "el encadenamiento principal". En mi humilde juicio un cordon que no es eslabonado, por ser cortado por los rios a distancias variables, a veces mui cortas como en el Manso i Puelo, i cuyas fracciones están ligadas en otra direccion, no forma cadena i no corresponde por consiguiente al principio invocado por el señor Moreno. (Programa núm. 8).

Para dilucidar aun mejor la cuestion voi a llevar al lector al terreno, estudiándola en un ejemplo dado, que se presenta en este momento. Por via de una lijera digresion logro al mismo tiempo la ocasion de volver a echar una mirada, la de despedida, al lejendario campo de los viajes de Menendez a la Cordillera i de la primera parte de este libro.

A la hora que escribimos estas líneas (1899), llega la importante noticia telegráfica, que el Dr. Pablo Krüger ha vuelto sin novedad de su espedicion al rio Yelcho i que ha dejado establecido que este rio i el rio Staleufu son idénticos.

Habiendo salido nuestros "Viajes de Menendez a la Cordillera" a principios de 1896, ya a fines del mismo año los intelijentes esploradores señores Dr. Pablo Krüger i Dr. Pablo Stange emprendieron una espedicion con el objeto principal de reconocer el curso del misterioso rio Staleufu, siguiendo en la mayor parte de su ruta los pasos de Menendez, quien les habia precedido hace mas de un siglo. Ellos llevaron ejemplares de mi publicacion; ademas habiéndome consultado sobre el mejor modo de proceder, les aconsejé que, en caso de tener que apartarse del rio, hicieran antes una ascension a un cerro alto para recorrer su curso con la vista i enfilarle con los cerros i volcanes conocidos del Oeste, que les indicarian a donde desemboca, de modo que en un viaje futuro ya sabrian por donde entrar desde el Golfo.

Entrando al estero de Reñihue dieron sucesivamente con los cuatro lagos de Menendez, recorriéndolos embarcados, i se detuvieron en la "Cuarta Laguna", bautizada por ellos "Lago Menendez", es decir en el mismo punto que habia alcanzado su antiguo predecesor. Se dirijieron en seguida al Norte, a Cholila, sin continuar la esploracion del Staleufu i sin haber efectuado la ascension propuesta.

El juicio que emitieron, al volver de su viaje, sobre Menendez i sobre los comentarios mios, no es favorable [20], lo que es tal vez poco equitativo puesto que era prematuro exijir exactitud jeográfica en las condiciones en que nuestro autor efectuaba sus viajes. Por lo demas confrontando su descripcion con la de Menendez se nota una coincidencia relativamente notable. No tengo lugar para esplayarme mas sobre este particular, que me cabe tocar en este lugar solo por incidente.

Al año siguiente (1898) el Dr. Krüger emprendió una nueva espedicion con el fin de reconocer el curso inferior del rio Staleufu que, segun vimos, permanecia siempre oculto. Habiendo dejado de orientarse en el viaje anterior en la forma aconsejada, Krüger quedaba en duda a cual de los dos rios de esta costa, el Yelcho o el Corcovado, debia dirijirse, i tomó este último, que no está en conexion con el Staleufu, de modo que su esploracion se limitó a la esploracion de ese rio de segundo órden. El mal tiempo le impidió esplorar tambien el Yelcho.

Felizmente el señor Krüger no se desanimó, sino que perseveró en si propósito de dar solucion al problema del Staleufu, que no desesperaba ver resuelto en sentido favorable a su conviccion preconcebida. Esta última vez su tentativa ha sido coronada de éxito completo, lo que tenemos el placer de reconocer con satisfaccion. Entrando en derechura al rio Yelcho que estaba completamente vírjen, i siguiendo su curso, se encontró con las aguas conocidas del Staleufu, de modo que dejó establecida definitiva mente la identidad de los dos rios i resuelto el problema que habia preocupado a los jeográfos desde el año 1894. El misterioso Staleufu-Yelcho, un rio mui caudaloso, navegable por largos trechos e intercalado de hermosos lagos [21], desemboca al golfo Intermedio un poco al Sur del estero de Reñihue, es decir algo mas al Norte del punto en que se suponia su boca.

El autor de este comentario se halla vivamente interesado en esta cuestion, porque fué de los que juzgaban probable en un principio que el Staleufu cae directamente al mar i no al rio Palena [22], lo que acaba de confirmarse aunque resultara inexacta la presuncion, en cierto modo irrelevante i basada en informes equivocados, sobre el punto eventual de la costa, en que se pudiera efectuar la desembocadura.

Hallo ademas en el descubrimiento del Dr. Krüger una confirmacion importante de mi teoría de la estructura de la Cordillera.

Sabiendo que el Staleufu se dirije desde el centro de la Cordillera al mar entre el Puelo i el Palena, puedo construir ahora sobre base segura en esta rejion de estructura controvertida, un cordon lateral tal como he delineado en mis deducciones orográficas [23]. Me refiero al cordon que se estiende entre el rio Staleufu por el Norte i el Palena por el Sur i es del mismo tipo que el que he demostrado en el plano ("Derrotero") anexo al tomo primero como "Alto Cordon lateral" que acompaña el rio Staleufu por el Norte.

Es fácil trazarle como cordon contínuo desde su oríjen en la cumbre de la Cordillera, entre las fuentes i afluentes de los rios Staleufu i Palena hasta su fin en los volcanes terminales Corcovado i Yanteles a las orillas del Pacífico.

Su pendiente austral, con que cae a las riberas del Palena, corre sin interrupcion a lo largo de este rio, ya que la nueva espedicion de Krüger dejó comprobado que el rio Staleufu no la corta. Los señores Krüger, Stange i de Fischer de la espedicion Steffen atravesaron en 1894 este cordon lateral en su parte mas baja i angosta situada entre el rio Palena i la Comisaría; esta depresion (720 m. en el paso) del cordon une su oríjen en la cadena central con su parte esterior que poco mas al Oeste adquiere altura considerable i, mientras que sigue orillando el Palena, envia un ramal diagonal o lonjitudinal cubierto de nieve en direccion al Norte, que es calificado por Steffen i Krüger como serranias intermediarias i es el mismo de que se desprenden los volcanes citados. Nacen en esta parte dos rios secundarios, el Corcovado que se dirije al mar i el rio Frio que cae al Palena.

La falda Norte del mismo cordon lateral, que fué recorrida antiguamente por Menendez en sus viajes a la Cordillera i recientemente por Krüger, es bañada por el rio Staleufu. No poseemos detalles sobre ella, mientras que no se publique el viaje de Krüger.

Con todo esta delineacion sumaria de las dos pendientes basta para establecer el tipo orográfico del cordon cuestionado: se halla limitado netamente por dos rios de primer órden desde su oríjen hasta su bajada al mar.

Examinando el curso i demas condiciones de este cordon, creo que debe considerarse como una formacion igual a cualquier otro cordon lateral de nuestra Cordillera, cuyos valles principales, con gargantas a su entrada i con llanadas en su fondo, se internan desde el gran valle lonjitudinal de Chile o desde el mar hasta el centro de ella.

Desde luego el hecho demostrado por Krüger, que el rio Staleufu desemboca al golfo Intermedio i no al rio Palena, prueba que no existe el cordon tan largo entre los rios Puelo i Palena del seor Jorge Rohde [24] porque el valle del Staleufu situado entre estos dos rios le divide en dos partes.

Parece que no existe en estas latitudes ningun cordon lonjitudinal tan largo que se le deba considerar independiente de la cadena divisoria de las aguas.

El señor Perito D. Francisco P. Moreno corre no obstante la línea de la frontera por "las altas cumbres" que se elevan entre el Staleufu i el Palena, en la misma forma como lo hace sobre una docena de otros ramales separados unos de otros por valles i rios. Es evidente, segun la demostracion que acabamos de hacer, que estas cumbres tienen su encadenamiento propio, en direccion a la cadena divisoria de las aguas. La situacion del mismo cordon entre dos rios, que corren, como él, del Este al Oeste i del centro de la Cordillera al mar, le caracteriza tambien suficientemente como cordon lateral ademas de su terminacion en los volcanes Corcovado i Yanteles. Si tenemos presente ademas que este i los demas cordones de su clase, que le siguen en esta costa tan larga al Norte i Sur, dominan valles de primer órden i de poca altura sobre el mar [25], resulta que no es admitido formar de los fragmentos mas elevados de todos ellos una cadena, ni trazar sobre ellos la línea del encadenamiento principal.

Tenemos que observar finalmente que, si existiera realmente aquella cadena perforada por los rios, habria mucha dificultad en dar una colocacion orográfica en el sistema de la Cordillera a la cadena o cordon contínuo que divide las aguas [26], debiendo considerarse este como una montaña o Cordillera independiente, la que nadie sin duda se avanzaria a establecer.

***

Estoi al fin de mi disertacion sobre la cuestion de límites, de la que me he ocupado, en este libro i en otras publicaciones, con contraccion preferente. Es dudoso que mis deducciones lleguen todavía a tiempo para tomarse en cuenta en el lugar a donde corresponda.

Sea que mi "Programa" sea aprobado o que no lo sea, hago votos ante todo que mis consideraciones emitidas en la parte final de "Epílogo" sobre la solucion mas equitativa de la cuestion, hallen eco.

No pierdo aun la esperanza que el honorable señor Perito D. Francisco P. Moreno, a pesar de haberme visto obligado a combatir su teoría orográfica, se digne prestarles oidos. Como el mas entusiasta favorecedor de la Patagonia se convencerá tal vez que una particion tan desigual, como la que propone su línea de frontera, no será propicia a ella. No dudo tambien que los recuerdos de Nahuelhuapi, que evocan estos "Viajes", le sean gratos.


  1. Véase e. t. II "Epílogo" III p. 454.
  2. Estando sancionado por el uso inmemorial i la ciencia el nombre "Cordillera" como epíteto inseparable de los Andes, lo considero impropio usarle en otro sentido i tambien diferente de su definicion lexigráfica en que le emplean algunos autores para cordones, ramales, sierras etc., por ejemplo "cordillera de Santo Domingo". Se comprende que una fraccion relativa mentediminuta debe tener una denominacion diferente de la de los Andes tan inmensos de que forma parte. Véase: Ororafia p, 27.
  3. Véase Orografia p. 7.
  4. Véase el análisis de la estructura del cordon lateral, que termina con el volcan Osorno, en una nota del primer viaje.
  5. Véase sobre el encadenamiento principal: Fonck, Lijera contribucion en defensa del Protocolo, "El Mercurio" de 6 de febrero de 1894. Alejandro Bertrand, Estudio Técnico para la Demarcacion de Límites, Santingo 1895 p. 43 i sig.
  6. Véase "Orografía", 1893, p 87.
  7. Habrá tal cual lago de la pendiente occidental que sea mas alto que uno de la pendiente oriental, como el lago Mascardi (véase nuestro Plano). Esta rara escepcion, debida a condiciones especiales, no desvirtua la regla jeneral.
  8. Casi todos estos principios de estructura han sido tratados ámpliamente en mi ensayo orográfico del año 1893 i en la primera parte de este libro; solo los puntos 3, 9, 10 i 11 aunque tambien aludidos en ellos, necesitan una consideracion mas estensa a que no puedo entrar ya.

    En cuanto al método indicado para fijar la línea divisora de las aguas, le he comunicado, a falta de datos bibliográficos, de memoria segun mis recuerdos, ("Orografia" p. 82) i he avanzado aun la conjetura (este libro "Prefacio" XXIV) que haya servido de base al testo del Tratado. Me he impuesto despues de que los autores nacionales no le conocen i niegan que pueda haber tenido relacion con ese pacto.

    En la misma ocasion en que mencioné este método, señalé otro mas, destinado al mismo objeto, que consiste en medir la mitad de la distancia entre las fuentes visibles en cada lado.

    Me ha llamado la atencion que este mismo método es indicado en un importante documento arjentino citado por el señor Barros Arana en su "Esposicion", acápite II. El Ministro de Relaciones Esteriores D. Cárlos Tejedor (1873) preconiza como una intelijencia comun la division de las jurisdicciones por la cumbre de la cordillera de los Andes, corriendo por la division de las aguas hácia ambos mares (!), tomando para este fin los términos medios entre los puntos donde haya vertientes o vestijios de agua".

    Si el segundo método de fijar la línea de la frontera era recomendada oficialmente por el Ministro de la Arjentina, no es imposible que el primero, de uso mas frecuente, se haya conocido tambien allá y aun haya sido aplicado al Tratado.

    Dejemos de paso constancia que el señor Ministro Tejedor sancionó oficialmente en 1873 el principio divisorio jeneral de las aguas interoceanicas ("ámbos mares"), que se niega por la actual interpretacion arjentina del Tratado, sustituyéndolo por una divisoria local que no tiene valor orográfico alguno (Véase Dr. Steffen, "El Ferrocarril", 20 agosto 1895).

  9. Si se examinan las condiciones en que se efectua esta alternacion de los dos tipos desde el Sur del Tronador, se puede deducir cierta regla para ella: en el primer tipo, en que dominan cerros mui elevados en la cadena divisoria de aguas, existen lagos en cada lado de ella; en el segundo en que sus cumbres son mas bajas, no existen lagos en el lado oriental. La razon de esta coincidencia singular en apariencia, es óbvia: de los altos cerros nevados descienden ventisqueros que forman lagos en cada lado; en cambio estos faltan en la falda oriental, cuando los cerros son mas bajos i están destituidos de ventisqueros mavores. Como la línea de la nieve perpetua desciende al Sur por efecto del clima cada vez mas frio, hai relativamente mas ventisqueros i por consiguiente tambien mas lagos en las latitudes mas avanzadas. De esta manera el primer tipo falta en las fuentes del rio Chubut i vuelve a aparecer en las del Senguerr i Santa Cruz.
  10. A. von Humboldt, Atlas der kleineren Schriften, Stuttgart 1853.
  11. Recordemos que Darwin i otros autores suponen que estos valles hayan sido ántes canales, por los que comunicaban los dos océanos. Una vez que esta comunicacion se cortó quedó establecida la actual línea divisoria de las aguas. Es imposible hacer compatible este hecho con la teoría de la perforacion del supuesto cordon culminante por valles atravesadores.
  12. Véase Barros Arana, "Esposicion", acápite XI.
  13. Existe sin embargo en los Alpes una cadena de considerable estension, que se distingue por su estructura regular i se ha comparado con razon con los Andes: es la cordillera de los Tauern en el Tirol; los he atravesado a pié en 1853, de modo que este tipo de montaña ya me era familiar cuando pisé la Cordillera.
  14. Vease e. l. t. I p. 90, 94.
  15. Fonck, Orografia p. 18, 20; Programa, N.ro 11.
  16. "Viaje", l. c. I. 196.
  17. Dr. H. Z., Das Rio Negro-Gebiet in Patgonien, con un mapa jeolójico etc., Viena 1893 p. 18.
  18. Es significativa la opinion del Dr. Z. sobre la frontera en el paso Lacar-Chapelco: segun él "el lomo principal está interrumpido en este punto i la frontera como tambien la division de las aguas se hallan desviadas, por un corto trecho, hácia el Este."
  19. Véase el plano del Derrotero de Menendez, e. l. t. I.
  20. Dr. P. Krüger i DR. P. Stange, Informe preliminar sobre la Espedicion a los rios Reñihue i Staleufu, 1897 p. 31: "El libro diario del padre Menendez, quien en 17S7 probablemente alcanzó el valle superior del Staleufu, da mùi pocos datos exactos, apenas suficientes para probar la identidad. El plano publicado por el señor Dr. Fonck no se conforma con la realidad oro-e hidrográfica en cuanto a la rejion recorrida por nosotros".
  21. Quinta esploracion del señor Pablo Krüger, "El Reloncaví" de 29 de marzo, "El Mercurio" de 12 abril 1899.
  22. Véase e. l. t. I p. 73 i 87
  23. "Orografía" p. 26, 32, 36, 53, 75: e. l. t. I p. 84; "Programa" N.º 5—8
  24. Véase su "Plano Demostrativo", Buenos Aires 1895
  25. Véase Barros Arana, "Esposicion", acap. X; este Programa núm. 9.
  26. El viajero arjentino D. Carlos Moyano ha establecido primero su continuidad perfecta calificándole al misimo tiempo como "pre-cordillera". Hemos demostrado arriba (t. I p. 91) que la continuidad escluye precisamente su carácter de pre-cordillera que corresponde a cordones diagonales de curso largo. El Dr. Steffen no acepta tampoco esta calificacion.