Un buen negocio: 11


Escena última

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BASILIO y ANA MARÍA


BASILIO.- (Con los frascos de remedio.) ¿Se ha ido ese señor?... Aquí están los remedios, Ana María.

ANA MARÍA.- ¡Tú!... (Impresionada, arrojándose en sus brazos.) ¡Oh, Basilio, mi Basilio!

BASILIO.- ¡Señor! ¡Qué misterio es éste!

ANA MARÍA.- (Solloza un instante siempre abrazada de BASILIO. Luego, reponiéndose, con energía.) ¡Basilio; llévame contigo!...

BASILIO.- Serénate, Santita. ¡Cuéntame lo que ha pasado!

ANA MARÍA.- No me preguntes nada. Llévame en seguida. No perdamos tiempo. Así, con lo puesto.

BASILIO.- (Intenta decir algo.)

ANA MARÍA.- (Tapándole la boca.) Ni una palabra. Llévame... Llévame...

BASILIO.- Debe pasar algo muy grave. Está bien, te llevaré a casa de mi madre...

ANA MARÍA. - ¡No! ¡Contigo!... ¡Contigo!.

BASILIO.- (En el colmo de la sorpresa, casi angustiado.) ¡Ana María!

ANA MARÍA.- (Echándose al cuello y besándolo apasionadamente.) ¡Oh! ¡Cuánto te quiero!... ¡Vámonos!...

BASILIO.- (Estupefacto, conduciéndola.) Ven... Ven...


TELÓN.