Sobre favor, paga
Sobre favor, paga.
Un arriero que volvia con su recua de vacío encontró en el camino á un gallego descalzo, medio desnudo y con señales evidentes de estar muy cansado. Movido á compasión, le dijo:
— Gallego, sube áimode mis machos, puesto que llevamos el mismo camino, y verás cómo á caballo se viaja con mucha mas comodidad que á pie.
— Subir, respondió el gallego, si subirei, perú antes, ¿busté cuantu ma de dar porque suba?