El cortaplumas perdurable

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El cortaplumas perdurable.

— Señores, decia un escribiente hace pocos dias; los cortaplumas que venden hoy son tan malos, que necesito uno cada seis meses.

— Yo cada año, contestaba otro.

— Ya veo que todos Vds. son unos malgastadores y bolsilli-roto«, dijo un tercero aficionado á la economía, y partidario acérrimo de la duración de las cosas. Vean Vds, este cortaplumas que está de muy buen servicio.

— Ya lo creo, mejor que el mió.

— Y que el mió.

— Pues bien, señores, ya tiene veinte años.

— No puede ser, no puede ser.

— Créanme Vds., señores; lo que digo es una gran verdad; el cortaplumas tiene veinte años, pero es porque soy un hombre industrioso y aprovechador, y he tenido el cuidado de ponerle ocho ó diez mangos nuevos, y le he cambiado la hoja otras tantas veces.

—¡Bien!!