Escena X

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Los mismos; CLOTILDE, INFANTE que salen por la derecha.


AUGUSTA.- (Dirigiéndose a ellos.) ¿Se van ya? ¿Por qué no se quedan a comer?

INFANTE.- No, la tía Carlota tendría celos... (Por CLOTILDE.) Le he enseñado toda la casa.

CLOTILDE.- (Aparte.) ¡Vaya con el lujo que gasta esta gente!

AUGUSTA.- Es de usted.

CLOTILDE.- Gracias. Cuando Pepe gane mucho dinero, que lo ganará, y seamos ricos, tendremos una casa como ésta... ¿verdad?

AUGUSTA.- Sin duda. (Continúan hablando.)

OROZCO.- (Después de examinar un papel que le da VIERA.) Está bien: liquidadas las doscientas libras a 26,50, resultan pesetas cinco mil trescientas. Extenderé el talón enseguida. ¿Y la letra?

VIERA.- Si no me diste timbre.

OROZCO.- Yo la pondré. (Dirígese al despacho.)

VIERA.- ¡Ah!, mi hija... Clotilde...

CLOTILDE.- Papá...

VIERA.- ¿Estás contenta?

CLOTILDE.- ¿Cómo no estarlo en esta casa?

VIERA.- Sí, aquí moran todas las dichas.