Realidad de Benito Pérez Galdós


ACTO II editar

Gabinete lujoso en casa de la Peri. Es de día.


Escena I editar

FEDERICO, LINA, después INFANTE.


FEDERICO.- ¿Está?

LINA.- Sí. ¿Quiere usted pasar al tocador?

FEDERICO.- ¿Hay alguien?

LINA.- Sí, un señorito. Ha llegado hace diez minutos. En la sala está (Señalando a la izquierda.) leyendo los periódicos. Siéntese un ratito. Leonor sabe que es usted, porque me dijo: «Corre a abrir, que debe de ser ése».

FEDERICO.- Aquí todos somos eses... Dime: (Llamando a la CRIADA, que se retira.) ¿Y quién es... ése?

LINA.- Don Manolito Infante.

FEDERICO.- ¡Infante!

LINA.- Sí... Le diré a usted. Anoche estuvieron aquí de broma, hasta las tantas, el D. Manolito, ese otro, que también es diputado...

FEDERICO.- Sí, Villalonga... buen punto.

LINA.- Aquel otro tan estirado, que todo se lo sabe...

FEDERICO.- Malibrán.

LINA.- Alias D. Cornelio, justo... y el marqués, el marqués de casa. Jugaron, cenaron y se divirtieron como demonios. Leonor pidió tres billetes de caballero y cinco de señora para el baile de esta noche en el teatro Real. El Malibrán dijo que no había ya billetes de caballero, y que apostaba una merienda en Aranjuez a que no se conseguiría ninguno. Infante aceptó la apuesta, y dijo: «Mañana, antes de las once, están aquí los ocho billetes», y ha cumplido... ¡pobrecito! Entró un momento antes que usted.

FEDERICO.- ¡Caramba! (Receloso, mirando hacia la izquierda.) Sentiré que me vea.

LINA.- ¡Quia!... no le verá a usted...

INFANTE.- (Asomándose a la puerta.) ¡Federiquín... tú...!

FEDERICO.- ¡Manolo... tú...!

INFANTE.- Sí, hijo de mi alma, yo soy; yo, tu siempre fiel amigo. No me riñas por verme aquí. Te contaré...

FEDERICO.- Ya me lo ha contado ésta...

INFANTE.- Pero, dime, ¿y cómo...?

FEDERICO.- No me riñas tú ahora, después que he sido yo tan indulgente...

INFANTE.- Pues indulgencia recíproca. Oye. He tenido el gustazo de ganarle una apuesta a Malibrán... Tontería, puerilidad si quieres. Este condenado amor propio... Ahora explícame tú...

FEDERICO.- No vengo a traer billetes ni a ganar apuestas. Tengo que decir cuatro palabras a Leonor. (A CELESTINA.) ¿Tardará en salir?

INFANTE.- Pasa, hombre. Eres de confianza.

LINA.- No hay nadie. El peluquero, la modista y dos prenderas.

FEDERICO.- Plantón tenemos.

INFANTE.- Pues yo no. Mira (Dando los billetes a la CRIADA.) dale los billetes, y que se prepare para la meriendita que hemos ganado.