Preces de la tarde

El árbol del bien y del mal de Medardo Ángel Silva
Preces de la tarde

Tules de nieblas sobre las campañas
velaban los contornos de la quinta
y ascendía, en la tarde de aúrea tinta,
la égloga suspirante de las cañas.

Desenrrollaba su monstruosa cinta
la negra procesión de las montañas
y evocaba el temblor de tus pestañas
nuestra felicidad por siempre extinta.

Entre las sombras, un gemir de esquilas
anunciaba las horas dolorosas...
vagaron por el prado tus pupilas...

Y, a punto de elevar sus oraciones,
tus labios se encendieron con las rosas
divinas de las Transfiguraciones.