Pensamientos, máximas, aforismos y definiciones/Comedias

Pensamientos, máximas, aforismos y definiciones
entresacados de todos los poemas, sonetos, comedias, historias y tragedias de William Shakspeare con adición de los trozos más selectos contenidos en sus diversas obras (1879)
traducción de Matías de Velasco y Rojas
Comedias
Nota: Se respeta la ortografía original de la época
COMEDIAS.


LA TEMPESTAD.

La templanza es una moza agradable. — Acto 2.º, esc. 1.ª

LOS DOS HIDALGOS DE VERONA.

El amor se parece á un niño caprichoso que araña á su nodriza, y que, todo compungido, besa un instante despues las disciplinas. — Acto 1.º, escena 2.ª

La primavera del amor es cual la intermitente claridad de un dia de Abril, que, tan pronto rádia con toda la belleza del sol, como se oscurece á efecto de una nube. — Acto 1.º, esc. 3.ª

LAS ALEGRES COMADRES DE WINDSOR.

El amor acepta á la razon como médico, pero no lo admite como consejero. — Acto 2.º, esc. 1.ª

MEDIDA POR MEDIDA.

La naturaleza crea las grandes almas para los grandes fines, y jamás presta el más simple escrúpulo de sus perfecciones sino como una diosa interesada que se adjudica todos los gajes de un acreedor, el interés y agradecimiento de su concesion. — Acto 1.°, esc. 1.ª

Así como la intemperancia acarrea el ayuno, la libertad desenfrenada trae consigo la sujecion. — Acto 1.º, esc. 3.ª

Como las ratas, que devoran veneno que acaba con ellas, nuestras inclinaciones se ceban en el mal de que están ansiosas, y con la saciedad nos dan la muerte. — Acto 1.º, esc. 3.ª

El perdon es casi siempre el padre de la reincidencia. — Acto 2.º, esc. 2.ª

Lo que parece clemencia no es tal cosa las más de las veces. — Acto 2.°, esc. 2.ª

Si los grandes de la tierra pudieran tronar como Júpiter, Júpiter no tendria jamás un momento de reposo; pues el más ruin, el más insignificante déspota, no haria más que tronar y retronar en su empíreo. — Acto 2.°, esc. 2.ª

El hombre vanidoso, revestido de un poder limitado y pasajero, é ignorante en grado sumo de lo que cree conocer mejor, (su frágil esencia), se complace, al igual de un mono colérico, en representar tan groseras farsas á los ojos del cielo, que hace llorar á los ángeles, y los haria desternillarse de risa, si estuvieran sujetos á las mismas propensiones que nosotros. — Acto 2.º, esc. 2.ª

Los grandes pueden burlarse de los santos: tal burla, en ellos, es prueba de chiste; en sus inferiores, es una odiosa profanacion. — Acto 2.º, escena 2.ª

Lo que en el general solo es una frase de cólera, en el soldado es una redonda blasfemia. — Acto 2.°, esc. 2.ª

Los ladrones tienen derecho a robar cuando los mismos jueces dan el ejemplo. — Acto 2.º, esc. 2.ª

La más peligrosa de las tentaciones es la que nos arrastra al crímen por amor á la virtud. — Acto 2.º, esc. 2.ª

Escribid la palabra ángel en el cuerno del diablo y nadie verá en él la cimera del demonio. — Acto 2.º, esc. 4.ª

No es más culpable destruir pérfidamente una existencia bien dada á luz, que verter metal en crisoles prohibidos para crear una ilegítima. — Acto 2.º, esc. 4.ª

El dolor de la muerte es, más que todo, un fantasma de la imaginacion: el pobre insecto que aplasta nuestro pié sufre fisicamente las mismas crueles angustias que un jigante que espira. — Acto 3.°, esc. 1.ª

LAS EQUIVOCACIONES.

La libertad sin freno se ve azotada por la desgracia. — Acto 2.º, esc. 1.ª

La calumnia vive hereditariamente, y se establece á perpetuidad, allí donde toma posesion. — Acto 3.°, esc. 1.ª

Es práctica laudable el faltar un tanto á la sinceridad cuando la dulce voz de la lisonja logra vencer la disension. — Act. 3.°, esc. 2.ª

El tiempo es un verdadero bancarrotista y debe á la ocasion más de lo que vale. — Acto 4.°, escena 2.

Los ácres clamores de una mujer celosa envenenan más mortalmente que la mordedura de un perro rabioso. — Acto 5.°, esc. 1.ª

MUCHO RUIDO POR NADA.

Una victoria vale por dos cuando el que triunfa vuelve con toda su gente. — Acto 1.º, esc. 1.ª

Vale mil veces más llorar de alegria que alegrarse del llanto. — Acto 1.º, esc. 1.ª

El enamorarse, el casarse y el arrepentirse son como una jota, un minué y una zarabanda: el requiebro es fogoso y rápido como la jota, pura ilusion todo él; el casamiento es grave y digno como el minué, reflejo de circunspeccion y antigüedad; y luego sigue el arrepentimiento, que, con su pata coja, toma parte en la zarabanda, resbalando y resbalando, hasta que se hunde en la fosa. — Acto 2.º, esc. 1.ª

La amistad es consecuente en todo, menos en asuntos é intereses de amor; y por esto, el corazon apasionado debe ser su propio intérprete. Los ojos deben hablar por sí mismos y no fiarse de agentes extraños, porque la hermosura es una hechicera que con mágia poderosa trueca la fé en pasion. — Acto 2.º, esc. l.ª

El silencio es el mejor heraldo de la alegría. — Acto 2.°, esc. 1.ª

La oveja que no hace caso de su cordero cuan de bala, desatenderá al choto cuando berree. — Acto 3.º, esc. 3.ª

Cuando los bellacos ricos recurren al auxilio de los bellacos pobres, éstos pueden poner el precio que quieran á sus servicios. — Acto 3.°, esc. 3.ª

Jamás se vio filósofo que sufriese paciente un dolor de muelas, por más que escribiera en magistral estilo, haciendo mofa del hado y el sufrimiento. — Acto 5.°, esc. 1.ª

PENAS INFRUCTUOSAS DE AMOR.

Vientre obeso pregona un pobre cacumen: los bocados suculentos enriquecen la carne y arruinan de un todo el espíritu. — Acto 1.º, esc. 1.ª

El estudio, á ejemplo del radiante sol del cielo, se revuelve contra el análisis de unos ojos impudentes. — Acto 1.°, esc. 1.ª

La belleza se estima por el juicio de los ojos y no por la vil lisonja de una lengua que se interesa en darle fama. — Acto 2.°, esc. 1.ª

La mano que dá, aunque sea fea, tiene segura su alabanza. — Acto 4.°, esc. 1.ª

Un borracho gusta siempre de otro borracho como él. — Acto 4.°, esc. 3.ª

El tacto del amor es más delicado, más sensible que los blandos cuernos del enroscado caracol. — Acto 4.°, esc. 3.ª

Las mujeres son los libros, las artes, las academias que explican, contienen y alimentan todo el universo. — Acto 4.°, esc. 3.ª

La sensual juventud es menos ardiente en sus excesos, que la gravedad cuando se entrega al amor. — Acto 5.°, esc. 2.ª

La locura aparece menos acentuada en los locos que en los cuerdos; pues cuando el buen juicio desatina, todas sus facultades tienden á probar de un modo claro la enormidad de su desvarío. — Acto 5.°, esc. 2.ª

La lengua de las jóvenes satíricas tiene el propio filo que el corte invisible de una navaja que divide el más ténue y diminuto cabello; su idioma es tan sutil que escapa al sentido de la imaginacion; sus tiros tienen alas que vuelan más que las flechas, las balas, el viento, la idea, cuanto hay de veloz. — Acto 5.º, esc. 2.ª

Palabras francas y sencillas llegan con gran facilidad a los oidos del dolor. — Acto 5.°, esc. 2.ª

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO.

Más bien halla en la tierra la rosa que destila su sávia, que la que marchitándose en su virgineo, espinoso tallo, crece, vive y muere en solitaria beatitud. — Acto 1.º, esc, 1.ª

La carga del pesar se hace más angustiosa cuando el sueño insolvente rehusa pagar su deuda. — Acto 3.º, esc. 2.ª

Por un hombre que guarda su fé, millones la quebrantan, cometiendo perjurio tras perjurio. — Acto 3.°, esc. 2.ª

Juramentos con juramentos contrapesados no dan el peso más mínimo. — Acto 3.°, esc. 2.ª

No calumnies la fé que no conoces si quieres librarte de un costoso escarmiento. — Acto 3.°, escena 2.ª

El loco, el amante y el poeta, son todo imaginacion. El primero vé más diablos de los que puede contener el vasto infierno; el segundo, no ménos delirante, halla la belleza de Elena en el rostro de una egipcia. La vista del poeta, en alas de un hermoso arrobamiento, lanza miradas del cielo á la tierra, de la tierra al cielo, y como la imaginacion dá cuerpo y formas á las cosas desconocidas, la pluma de aquél las configura más tarde y asigna á un fantasma aéreo nombre y existencia real. — Acto 5.°, esc, 1.ª

La exaltada mente es tal en sus desvaríos que, si concibe la más simple alegria, crea un portador de ella; si se forja un terror en medio de la noche, toma al primer golpe un matorral por un oso. — Acto 5.°, esc. 1.ª

En todo lo que la buena voluntad muestra falta de poder, la noble consideracion avalora el esfuerzo, no la excelencia de la ejecucion. — Acto 5.°, esc. 1.ª

EL MERCADER DE VENECIA.

Si tan fácil fuera ejecutar como saber lo que es bueno llevar a cabo, las capillas serian iglesias y las cabañas de los pobres palacios de principes. — Acto 1.°, esc. 2.ª

Más fácil es enseñar á veinte personas lo que es bueno de hacer, que constituirse en uno de los veinte para seguir las instrucciones que dá uno mismo. — Acto 1.º, esc. 2.ª

A ejemplo de una liebre, el jóven frenesí salva de un arranque las redes del baldado buen juicio. — Acto 1.°, esc. 2.ª

Una conciencia mala, produciendo sagrados testimonios, se asemeja á un bellaco de risueña fisonomía y á una hermosa manzana de corazon podrido. — Acto 1.°, esc. 3.ª

El amor es ciego y los amantes no pueden ver las bellas locuras que hacen. — Acto 2.º, esc. 6.ª

La verdadera clemencia es de suyo espontánea; cae como la dulce lluvia del cielo sobre la madre tierra. — Acto 4.º, esc. 1.ª

COMO USTED GUSTE.

Al que carece de dinero, favor y tranquilidad, le faltan tres buenos amigos. — Acto 3.°, esc. 2.ª

Los palaciegos tienen las manos perfumadas con algalia. — Acto 3.º, esc. 2.ª

Es más fácil contar las átomos de un rayo de sol que satisfacer a las preguntas de una amante. — Acto 3.°, esc. 2.ª

La mujer amada está más dispuesta a dejarse convencer que á mostrarse convencida. Este es uno de los mil casos en que las mujeres dejan por mentirosas á sus conciencias. — Acto 3.°, esc. 2.ª

El amor no es más que desvarío, y positivamente es tan acreedor á una celda oscura y á unos azotes como cualquier otro loco. No se castiga y cura de esa suerte, porque es tan comun, que hasta padecen de él los azotadores. — Acto 3.°, escena 2.ª

La verdadera poesía es la que finge más, y los amantes son dados á ella: todo lo que juran en verso, puede decirse que lo fingen como amantes. — Acto 3.°, esc. 2.ª

La protesta de un amante no hace más fuerza que la palabra de un tabernero; ambas son confirmaciones de cuentas equivocadas. — Acto 3.°, escena 4.ª

Más quisiera mantener á un bufon que me alegrara, que adquirir experiencia para estar triste. — Acto 4.°, esc. 1.ª

La mujer que no sepa convertir cualquier desliz suyo en culpa de su marido, no debe criar á su propio hijo; le criará tonto. — Acto 4.°, esc. 1.ª

La opulenta honestidad vive, á ejemplo del avaro, en una casa pobre; como la perla en fea ostra. — Acto 5.°, esc, 4.ª

La hermosura, acompañada de la honestidad, es como azúcar con salsa de arrope. — Acto 3.°, escena 3.ª

LA NIÑA INDOMITA, AMANSADA.

Una débil llama toma cuerpo al soplo del menor vientecillo; pero el huracan furioso extingue de raíz un incendio. — Acto 2.°, esc. 1.ª

El alma dá la riqueza al cuerpo; y así como el sol traspasa las nubes más densas, el honor reluce al través del vestido más grosero. — Acto 4.º, escena 3.ª

Una mujer irritada es como una fuente turbia; cenagosa, intrasparente, desagradable, repulsiva; y en tanto que así se mantiene, nadie, por ahogado ó sediento que esté, se dignará beber en su linfa ni mojar siquiera los lábios. — Acto 5.°, esc. 2.ª

La obediencia que un vasallo debe á su rey es precisamente la que una mujer debe á su marido; y cuando es bronca, indócil, terca, descontentadiza, y resiste á sus nobles mandatos, aparece como una loca y sostenida rebelde, indigna por su conducta del cariño marital. — Acto 5.°, esc. 2.ª

BUENO ES LO QUE BIEN ACABA.

La afliccion moderada es un tributo que se debe á los muertos; el dolor excesivo, un antagonista de los que viven. — Acto 1.º, esc. 1.ª

La virginidad es un mueble que pierde su lustre en almacen; mientras más se la guarda menos vale. — Acto 1.°, esc. 1.ª

Los recursos que pedimos al cielo se hallan en nuestras manos la mayor parte de las veces. — Acto 1.°, esc. 1.ª

Las empresas extraordinarias se hacen imposibles para los que miden las dificultades segun la apreciacion general, imaginando que lo que no ha sucedido no puede suceder. — Acto 1.°, esc. 1.ª

La prevision se vé chasqueada muchas veces en aquello de que más se prometia, y á menudo alcanza la victoria en medio de las más tibias esperanzas y en el colmo de la desesperacion. — Acto 2.°, esc. 1.ª

Verse inflado de títulos pomposos y exhausto de virtudes, es como tener el honor hidrópico. — Acto 2.°, esc. 2.ª

Lo bueno es bueno aunque carezca de nombre; lo vil es siempre vil. — Acto 2.°, ese. 3.ª

El precio de las cosas depende de su mérito, jamás de su epíteto. — Acto 2.°, esc. 3.ª

El honor de mejor ley es el que emana de nuestros actos, no el que nos viene de abolengo. — Acto 2.°, esc. 3.ª

El nombre honor no es más que un trofeo mentiraso que se vé en infinitos sepulcros; un esclavo servil de los panteones que casi siempre está mudo en las tumbas de los patricios venerables, relegadas al polvo y al infame olvido. — Acto 2.º, esc. 3.ª

LA NOCHE DE REYES.

La virtud que peca, es solo un parche de pecados, y el pecado que se enmienda, un pegote de virtudes. — Acto 1.º, esc. 5.ª

La decrepitud que postra al cuerdo aumenta la simpleza del tonto. — Acto 1.º, esc. 5.ª

Los sábios que se extasían grandemente oyendo á ciertos payasos de fama, son á mi ver, algo menos que bufones de los mismos payasos. — Acto 1.º, esc. 5.ª

El bufon con título de tal, aunque se pase la vida motejando, no injuria jamás; como tampoco injuria en lo más mínimo el hombre de reconocida discrecion, aun cuando no haga otra cosa que censurar. — Acto 1.º, esc. 5.ª

El placer se hace pagar más temprano o más tarde. — Acto 2.º, esc. 4.ª

Los que juegan diestramente con las palabras pronto las hacen livianas: — Acto 3.°, esc: 1.ª

La necedad se pasea por todo el orbe, como el sol: donde quiera se dá con ella. — Acto 3.°, esc. 1.ª

No hay en el mundo agente de amor que haga valer tanto á un hombre con las mujeres como la fama de valiente. — Acto 3.°, esc. 2.ª

Una terrible blasfemia, lanzada á tiempo y con voz de maton, suele dar á un hombre más fama de osado que un hecho de verdadero valor. — Acto 3.°, esc. 4.ª

CUENTO DE INVIERNO.

Una buena accion dada al olvido mata mil otras que hubieran venido en pos de ella. — Acto 1.º, esc. 2.ª

Si todos los que tienen esposas desleales se abandonaran á la desesperacion, la décima parte del género humano se ahorcaria. — Acto. 1.°, escena 2.ª

El silencio de la pura inocencia trae á veces la conviccion que no alcanza el raciocinio. — Acto 2.º, esc. 2.ª

La prosperidad es el verdadero lazo del amor; la desgracia altera conjuntamente su alma y su esquisita esencia. — Acto 4.°, esc. 4.ª

Aunque el poder es un oso rebelde, con el dinero se le lleva a menudo por la nariz. — Acto 4.°, esc. 4.ª